Una fuerte incorporación de gente al elenco tranquiliza, pero no deja en paz: “crear la necesidad de ver teatro” a fin de “no terminar haciéndolo para un público de cinco”, sigue siendo el imperativo en el análisis de Duilio Lanzoni, director de Artecon, que perfila tres obras para comenzar un 2020 que el grupo proyecta “intenso”.
¿Cómo proyectan este año?
Lanzoni: -Tenemos la intención de hacer un año intenso en cuanto a las producciones, porque hemos planificado y más o menos distribuido los elencos para tres obras. Esto parte del crecimiento del plantel actoral del grupo, los que venían trabajando más gente que se incorpora. La idea fue no trabajar con grupos tan grandes, que por ahí ralentiza el estreno porque hay que empezar a tener en cuenta diversos factores y situaciones que se van produciendo y retrasan los ensayos, dado que a mayor cantidad mayores son las posibilidades de que haya enfermos y gente con problemas. Por eso encaramos el año con la idea de poner tres producciones a rodar: dos obras mías, viejas, y una de Arístides Vargas.
Sobre lo mío, haremos una que escribí en 2001, que se llama Las diversas muertes del Tito Rocatagliata, obra con la que obtuve varios premios, por ahí el más importante es del Consejo Federal de Inversiones, con el que logré un segundo lugar a nivel nacional y la publicación. Y por diversas cuestiones, con Artecon nunca la estrenamos. En esta obra, a priori estaríamos con dos de los debutantes, Pachín Asín y el ‘Tecla’ Rodrigo Farías, más Marina Hernández, Luis Alberto Montoya, Nacha Rodríguez y un actor más que me falta definir.
La otra obra mía se llama Sociedad Rural, fue escrita en 2003 y también resultó premiada por el anuario La Escalera, de la UNICEN, y publicada. Tampoco se estrenó, y ni siquiera la comenzamos a ensayar. En el elenco estarán Elbio Fabián Sarnari, Chelo Barrios y Carolina Castillo.
La de Arístides Vargas lleva el título en castellano de una canción de Los Beatles, Jardín del pulpo. Estarán Nadia Marchione, Sol Gutiérrez, otra de las incorporadas, Candela Vallone y me falta definir el varón de ese elenco.
Una vez que nos reunamos todos, un tiempito más adelante, lo resolveremos en base a las posibilidades de cada elenco. Y si es posible, empezaremos los ensayos de las tres en paralelo, o dejaremos alguna para más adelante.
¿Qué cuentan Las diversas muertes del Tito Rocatagliata y Sociedad Rural?
-Las diversas muertes… transcurre en un bar cualquiera de un pueblo cualquiera, en donde dos de los parroquianos llevan veinte años sin salir de ahí. Y todo el tiempo cuentan historias del mítico Tito Rocatagliata, que ha hecho todo lo que uno pueda imaginarse. Al lugar llegan periodistas a averiguar sobre su identidad y dónde está el tal Tito. Desde ahí van surgiendo las situaciones que desencadenan el nudo o la trama de la obra. Está escrita en contexto, tiene que ver con lo que sucedía en 2001 y como venimos de una situación relativamente parecida, me surgió la idea de que era el momento para esta obra de salir a escena.
¿Es un drama o una comedia?
-Está en el límite. Digamos que es una comedia con toques dramáticos, o un drama con toques de comedia. Camina por ahí. En cambio Sociedad Rural relata la historia de un matrimonio sometido por su patrón. Está definida concretamente como una cuestión dentro de la tragedia. Ambas son obras cortas, y Sociedad Rural sospechamos que tendrá un impacto diferente porque tiene un contenido mucho más fuerte y un elenco maduro como para abordar una temática bastante compleja y que sigue siendo actual, por más que el texto tenga diecisiete años.
Jardín del pulpo es al estilo del realismo poético o mágico, como quieras llamarlo, de Arístides Vargas. Consiste en el relato y el recuerdo de una gente que va al río y el río le entrega cosas que no quisiera recibir.
“NOS HEMOS QUEDADO ATRÁS FRENTE LAS REDES SOCIALES Y NETFLIX”
Hace no mucho tiempo hablábamos de que el grupo requería la incorporación de gente, en especial de hombres. Hoy eso se ha revertido completamente. ¿Obliga a replanteos o modificaciones en la manera de trabajar?
-No te puedo decir que todos los que están en el grupo van a actuar, porque no es factible hacerlo cuando tenés una cantidad que crece así, pero una de las búsquedas fue hacer obras de menor cantidad de personajes y poder disponerle a todo el mundo la posibilidad de subir al escenario, que es lo que se busca. Creo que tuvo mucho que ver en esta incorporación de gente el trabajo que hicimos con Artecon para Teatro Foro, junto con el Foro Infancia, que se empezó sobre el segundo semestre del año pasado y con el cual se realizó alguna presentación. Mucha gente que se incorporó a este foro pasó al grupo, se dio una retroalimentación que nos vino bien y que espero no se detenga, y que tengamos la posibilidad desde Artecon de contener y darle actividad a todo el mundo, para tener sobre todo una dinámica más intensa de presentación de espectáculos, no de público, pero a eso lo seguiremos peleando como desde hace treinta y siete años.
Quizá ese crecimiento en el plantel de actores y actrices tenga un correlato en una mayor afluencia de público…
-Nunca se sabe. Nosotros este año tuvimos las dos caras de la moneda con Crepúsculo de los bueyes: nuestra última presentación en Bolívar convocó a cuatro espectadores. Se hizo igual, por supuesto, por decisión del elenco y porque es lo que corresponde, y a la semana actuamos sala llena en 30 de Agosto. Estamos conviviendo con esos vaivenes. Nunca tuvimos una receta para asegurarnos la cantidad de espectadores, y tampoco hemos buscado “congraciarnos” con el público para que venga a vernos. Ponemos a consideración nuestras ideas, o nuestras respuestas o preguntas frente a determinadas cuestiones, y luego la gente elige si nos quiere ver o no. Lo que es cierto, y creo que atañe a todos los grupos que intentan hacer arte en el interior del país, es que nos hemos quedado atrás y no tenemos buenas herramientas de competencia frente a las redes sociales, no tenemos formas concretas de competir con Netflix y todas las propuestas hogareñas. Nosotros, insisto, no poseemos ninguna solución, lo que hacemos es seguir haciendo lo nuestro para ver si sumamos uno, sumamos dos. Sabemos que estamos en situación desventajosa frente a la actualidad y modernidad porque el teatro no sabe de redes sociales, a lo sumo las usa como herramienta, pero es algo que se ve en vivo y compartiendo en la oscuridad con otros al lado, y por ahí no hemos sabido crear la necesidad. Creo que tenemos que ver muy bien cuando planteamos la cuestión de la cultura, si no nos estamos equivocando al seguir pensando que los instrumentos que hay a nivel estado, hablo del CPTI, son para proveernos de dinero a los que hacemos teatro, yo creo que eso debe ser para generar las condiciones que permitan tener más público en las salas. De otro modo, continuaremos luchando contra los molinos de viento, y cada vez más en desventaja.
“LOS NÚMEROS DE ASISTENCIA A LAS SALAS SON ALARMANTES”
De todos modos, supongo que leés como un dato positivo que al menos siga habiendo interés en hacer teatro.
-Sí, eso está bueno, ha tenido una modificación en los últimos cinco años, ha habido mayor interés. Pero no quisiera que en un tiempo más terminemos haciendo teatro para cinco personas, porque los números de asistencia a las salas, y hablo en general, son alarmantes. Hay mucha gente que quiere hacer, pero es menos la que quiere ver. Esa necesidad tenemos que aprender a crear. El año pasado, en julio, decidimos cortar el traer elencos de afuera, porque venía gente que se hacía trescientos kilómetros para que la vieran veinte personas. Ni ellos se llevaban cubiertos los gastos, y nosotros perdíamos. No es sólo una cuestión económica, nos ha tocado ir a otros lugares y actuar para doce, y te puedo asegurar que no volvés con la misma sensación que cuando tenés aunque sea treinta personas en la sala.
Fuera de lo musical, Artecon continuará este año ofreciendo recitales en su sala El Taller, y en esa dirección ya fue anunciada en redes sociales la presentación de Hilda Lizarazu el 19 de abril, que llegará a la ciudad por gestión de Cable a Tierra Producciones.
Chino Castro
