Mariano Sarraúa, Director de Servicios del municipio, ha implementado una nueva modalidad de trabajo respecto a la recolección de escombros, ramas y deshechos.
Lo que se hizo históricamente dos veces por semana en toda la ciudad y una vez por semana en todos los barrios, con la llegada de Mariano se intensificó, y ahora hay cambio de horarios. Desde hace unos días las cuadrillas trabajan de noche, lo cual les permite mayor celeridad y no interfieren en el tráfico normal que la ciudad tiene en horario diurno.
¿Desde cuándo cambiaron el horario de trabajo?
– Esto es algo que tenía en mente desde el inicio de mi gestión. Las ciudades grandes tienen sus recolecciones de noche, lo cual te permite trabajar mejor, más rápido, y molestás menos a la gente. Hasta que le tomé el pulso a la gestión era bastante complicado, y después fui armando todo para ir subiendo los escalones de a uno. Arrancamos con un recorrido de 11.500 kilómetros al mes y lo llevamos a 23.500 con todas las máquinas.
Periódicamente pasábamos por los barrios cada 25 días, por los más cercanos cada 10 ó 12 días, y por el casco urbano dos o tres veces semanales con las palas. Mi objetivo era bajar la periodicidad entre una pasada y la otra, le imprimimos velocidad, tuvimos una gran ayuda del intendente Marcos Pisano cuando nos compró las palas, porque eso nos permitió armar otro equipo más de trabajo, y ahí vimos que ya la velocidad era otra. Y de apoco logramos llegar a pasar dos veces en el centro y tres veces en los barrios; pero no daba para más porque la velocidad hace que algún vehículo se te rompa y que estemos siempre al límite.
La última vara para subir era el plan original, que era trabajar de noche, lo empezamos a pensar a principios de año, con alguna resistencia lógica de la gente que nos acompaña, sobre todo porque todos somos resistentes a los cambios. Tuvimos que negociar mucho hasta que lo entendieron y hace más o menos una semana que extraoficialmente estamos trabajando muy bien de noche. Hemos logrado pasar la primera semana dos veces por cada lugar de Bolívar, y eso lo logramos con la velocidad con la que te permite trabajar la noche.
Normalmente hacemos todo el centro lunes, miércoles y viernes en calles paralelas a San Martín y martes, jueves y sábados en las perpendiculares, y a ese recorrido le agregamos Casariego, Melitona, San José, Villa Diamante, Cooperativa y Anteo Gasparri, a esos sectores se los liberamos a las palas que iban por los barrios y los hacemos con las que hacemos la planta urbana. Y las palas que van por los barrios, al verse liberadas de ese recorrido, lograron pasar tres veces por cada uno de los otros barrios, los más alejados del casco urbano.
¿En qué horarios lo hacen?
– Las barredoras siguen saliendo a las 23 horas y las palas a las 24, y trabajan hasta las 6 de la mañana. Y a las 6 arrancamos con el turno de los barrios, hasta las 13.
Esto colabora con la seguridad de la ciudad en la noche también…
– Los primeros cuatro días hice los dos turnos derecho, de punta a punta. Hay momentos en la noche en que cruzás sólo vehículos municipales y por ahí la policía, todos autos con balizas.
Han tenido la suerte de un año no llovedor en esta época…
– Sí, claramente, porque la lluvia ensucia y mueve, y además te para, no podés trabajar. Miro el servicio meteorológico y festejo si va a llover después de la 1 de la tarde, porque me dejó trabajar ese día.
Con Obras Públicas están trabajando en el mejorado con dolomita…
– Sí, estamos colocando una capa de arcilla y piedra que se endurece y hace que sea impermeable al agua. Es una capa de protección que lleva un mantenimiento mucho menor al de la tierra. Entre la obsesión del intendente que tengamos a los barrios en igualdad de condiciones con la planta urbana, más nuestro trabajo y el de Lucas (Ezcurra), hemos logrado una sinergia y estamos trabajando de sur a norte hasta completar todas las calles.
Ahora estamos en la zona del cementerio, en calles paralelas a Calfucurá. Después cruzaremos a La Ganadera y veremos de avanzar con la prolongación 25 de Mayo para unirla con la Cacique Pincén. La Antonio Díaz, en Los Zorzales, ya tiene hasta la mitad dolomita, y se va a terminar hasta el empalme con la 25 de Mayo, y de ahí hasta la 9 de Julio.
Ahora en nuestra secretearía se van a agregar más tractores para parques y plazas y así poder tener más para cortar el pasto, ya que tenemos más espacios públicos. En Servicios se agregan dos recolectores para mejorar el recorrido, se van a comprar 50 containers para agregar en el centro y en los barrios porque por hechos vandálicos se han roto varios, hay gente que no cuida las cosas. Vamos a traer una barredora más, de las grandes, y cuando logremos eso el desafío será pasar tres veces por semana por cada lugar del centro y a muchos barrios dos veces por semana.
¿Vas preparando el regador para el verano?
– En este momento está en el taller. La parte de Parques ya tiene uno preparado para ellos, con lo cual se me achica el recorrido. El mejorar el tema de los recorridos me permite parar los camiones para hacerles el service, para que el parque automotor no se caigan tan rápido.
¿Estás conforme con cómo se ha dado todo?
– Estoy muy conforme y muy contento, mi capacidad de asombro de adaptarme a las situaciones no termina nunca, de esto no sabía casi nada cuando entré y me he ido adaptando. Próximamente buscaremos nuevos desafíos.
Angel Pesce
