La ciudad de Daireaux vivió hoy una jornada histórica, al reinaugurarse tras varios meses de modificaciones, la Plaza San Martín, el emblemático lugar deroense que marca el centro de la localidad.
Fue una obra que se puso en marcha sobre finales del año pasado y cuyo plazo de ejecución fue estimado en 240 días, durante la mayoría de los cuales el sitio estuvo vallado por sectores para permitir las labores.
Todo fue posible merced a aportes financieros provinciales y municipales y las tareas se desarrollaron, casi íntegramente, por mano de obra local y específicamente municipal.
La reinauguración, tal como lo previeron las autoridades municipales, coincidió con el aniversario 171 del fallecimiento del General San Martín, motivo por el cual el acto central que conmemora ese acontecimiento histórico se trasladó a la plaza. Habitualmente se desarrolla en la Escuela Normal Nº 2 que lleva, precisamente, el nombre del gran libertador de América.
Adaptándose en todo lo posible a ciertos protocolos que deben cumplirse con motivo de la pandemia, la actividad se limitó al corte de cintas, que estuvo a cargo del intendente Alejandro Acerbo, el secretario de Planeamiento y Obras Públicas José Omar Subiría y un grupo de vecinos históricos de Daireaux especialmente invitados entre los que este medio destaca a Caíto Pérez Apellaniz, un verdadero luchador por la cultura popular.
Luego del corte de cintas Acebo se dirigió a los presente en un tono absolutamente coloquial. Como un vecino más mostró su alegría por el momento y detalló algunos de los aspectos centrales de la obra llamada a hermosear el centro de una ciudad bella y prolija como pocas.
Entre otros detalles, el jefe comunal informó que el sistema de luces permitirá el cambio de colores a través de una aplicación de telefonía celular. Así, esos colores se adaptarán a las celebraciones del calendario. Ejemplificó con la Semana del Cáncer de Mama, cuando todo se tiñe rosa.
“Se ha sembrado toda la plaza y hemos colocado un sistema de riego automatizado y programable”, enfatizó Acerbo, además de hacer mención a la reforestación practicada y el mantenimiento de los árboles históricos del lugar.
Además, se reacondicionaros los monumentos emplazados en el sitio, así como la estructura del mástil central de la ciudad y el ancho callejón central se planteó “como una continuidad del edificio municipal”, siguiendo un criterio arquitectónico moderno y funcional.
También se descubrió una inmensa placa que da testimonio del momento vivido que, como lo aseguró Acerbo en más de una oportunidad, “quedará en la historia de nuestro pueblo”.
La Plaza San Martín data de 1906 y si bien no hay registros claros acerca de los trabajos originales que le dieron nacimiento, se sabe que el vecino de entonces Emilio Vezzozi la trazó con un arado de mancera.
Numeroso público que se congregó en el lugar, luego del acto protocolar, recorrió la “nueva/vieja plaza” que permitirá, cuando la pandemia lo permita, su utilización para el simple paseo pueblerino o para la organización de las tradicionales “placeadas” en el también renovado y ampliado escenario allí instalado.
