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jueves, 25 de abril de 2024
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Se recordó a los veteranos y caídos en Malvinas a 37 años del inicio de la guerra

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Se cumplió ayer el 37° aniversario del comienzo de la guerra y se conmemoró así el Día del Veterano y los Caídos en Malvinas. En todo el país se realizaron actos en los que se trajo a la memoria presente el recuerdo de aquella absurda acción histórica que tantas vidas se cobró.

En Bolívar, como todos los años, el homenaje se llevó a cabo en la plazoleta Héroes de Malvinas, ubicada en la esquina de Av. Venezuela y Matheu. Previamente se izó la Bandera Nacional en el mástil central, actividad que encabezó el intendente municipal Marcos Pisano junto a los veteranos de Bolívar (Luis María Herrera, Fabián Sgarlatta y César Alí) y miembros del Ejecutivo.

En el lugar se congregaron las banderas de ceremonias de los establecimientos educativos de la ciudad y de Bomberos Voluntarios. Estuvieron presentes referentes institucionales y de distintos espacios políticos, autoridades policiales, miembros del Departamento Ejecutivo, concejales, consejeros escolares, y público en general.

Herrera, Sgarlatta y Alí junto al intendente y dos alumnos fueron los encargados de izar las banderas nacional y bonaerense en el mástil de la plazoleta, seguido a lo cual se entonaron las estrofas del Himno Nacional, interpretadas por Dolores Lopardo en voz y Hernán Caraballo en guitarra.

Se hizo un minuto de respetuoso silencio en memoria de los caídos y se trajo a colación al soldado conscripto Horacio José Echave, quien naciera en Bolívar y fuera uno de los tantos héroes que dejó esta guerra como saldo. Echave falleció en combate el 13 de junio de 1982, un día antes de que Argentina se rindiera, cuando el Regimiento N° 6 de Mercedes, al que pertenecía, se replegaba hacia Puerto Argentino. Sus restos fueron identificados en 2017; él fue uno de los 88 soldados argentinos -de los 121 que yacían como NN en el cementerio de Darwin- que recobraron ‘su nombre’ en el operativo llevado a cabo por el Comité Internacional de la Cruz Roja.

La bendición religiosa del padre Mauricio Scoltore precedió a las palabras alusivas del profesor Marcelo Chillón. “Malvinas representa una conjunción de sensaciones, es un viaje al interior de nuestras emociones. (…) Malvinas, la tempestad con sus vientos huracanados, la llovizna que cala los huesos, los pies de trinchera, el miedo y el hambre, el dolor y la muerte. Pero también la camaradería, la esperanza, la valentía, el sufrimiento, la hermandad, la unión y la juventud”, comenzó a rememorar.

“Aún indigna el hundimiento del Belgrano; todavía me suenan las palabras que ponían la esperanza en la aviación, sin saberse suficiente; incluso, mojan las lágrimas de dolor, impotencia e incredulidad ante la rendición del 14 de junio. Todo parecía un sueño, maravilloso al principio, efímero y pesadilla sobre el fin”, prosiguió ‘Pillo’ con la semblanza.

“Tuvieron que pasar décadas para continuar allanando el camino de la verdad. Aquellos hombres guardaron las palabras, los gobiernos su reconocimiento, nuevamente hubo que comenzar a reconstruir la historia, la conciencia y la memoria. Aprendimos a reconocer fragmentos de aquellos a los que no les llegó la comida; los que estuvieron enterrados en el barro; los que fueron estaqueados; los que se impregnaron de gloria; los que tocaron el cielo. Escuchamos perplejos cómo desarmaban un barco en alta mar para rearmar el otro; conocimos un verdadero contrabando de armas para continuar en combate; los galpones con comida; el valor de los soldados y también la torpeza de los jerarcas”, remarcó Chillón sobre ‘la parte de la historia de la guerra’ que los argentinos comenzamos a conocer mucho después de la rendición, del regreso cuasi oculto de los soldados, de su negación y falta de reconocimiento, de la carencia de apoyo que tuvieron en esas aciagas primeras horas post-guerra.

“Allá quedó la memoria, la verdad y las tumbas. De a poco fuimos trayéndolas, arropándolas, contándolas; y con ello también la identidad de los caídos en la turba malvinense. Uno de ellos nos tocó de cerca, el soldado Horacio José Echave, muerto en combate y sepultado en Darwin”, expresó Chillón.

“Consecuencia inesperada de la Dictadura, Malvinas dejó un legado más. La guerra significó una re-unificación del colectivo nacional, fue la gota que permitió abrir las puertas a la democracia, y finalmente una reafirmación del NUNCA MAS. (…) Porque aún clama el viento y ruge el mar, a los que quedaron, a los que volvieron, a los que siguen, GRACIAS”, concluyó. Sus palabras, emotivas, fueron coronadas con la entonación de la Marcha de Malvinas.

Los puntos finales del acto los constituyeron el descubrimiento de un nuevo cartel conmemorativo con la letra de la canción de Alejandro Lerner “La isla de la buena memoria”, a la par que fuera interpretada por el virtuoso artista local Hernán Caraballo. Y la interpretación, sentida, del tema de Raúl Porcheto “Reina Madre”.

Para seguir conmemorando la fecha, desde las 21.30 horas en el Cine Avenida hubo una función especial del ciclo Otro Cine con la proyección del film Teatro de Guerra de Lola Arias.

V.G.

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