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miércoles, 24 de abril de 2024
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“Santilli fue el único que le ganó al peronismo unido”

Cerca del gobernador Axel Kicillof, y de sus "auditores" Máximo Kirchner y Martín Insaurralde, toman posiciones frente a la crucial elección del año próximo.

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La interna en Juntos por el Cambio suma todos los días un capítulo. Al calor del salto en el perfil público de Mauricio Macri, en las últimas dos semanas, Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño y precandidato “in pectore” a las presidenciales del año próximo en las PASO opositora, llevó adelante una operación de contención del expresidente que incluyó, este miércoles, una invitación que publicitó para que participara de una reunión del gabinete porteño. ¿Sobreactuación? Todo indica que sí, y las sobreactuaciones tienen siempre una razón, más allá del ego del aspirante a artista.

En este caso, Larreta atiende varios frente simultáneos: por lo pronto el de Macri, que llegó a la conclusión de que el año próximo debería jugar una precandidatura si el Frente de Todos (FdT) se parte, por lo que las aspiraciones del mandatario porteño y de la “delfina” Patricia Bullrich se verían postergadas; de esa misma tensión se dispara la que Bullrich motoriza con la presunta posibilidad de una alianza con el libertario Javier Milei, hoy ya convertido en una estrella mediática, al que el resto de Juntos por el Cambio (JxC) acusó de ser funcional al oficialismo. Por último está la presión del radicalismo de la Ciudad encarnado en el “evolucionado” Martín Lousteau, que dice que ya decidió que irá contra Jorge Macri en una interna del oficialismo capitalino. ¿Otro “acting”?

En la provincia de Buenos Aires, la “madre de todas las batallas” en 2023, las cosas para el “larretismo” están más claras, lo que no significa que no haya tensiones. El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, y su operador y funcionario Diego Kravetz, siguen avanzando en el armado de una opción para discutirle el liderazgo a Diego Santilli, quien picó en punta como precandidato a gobernador.

En el propio gobierno de Axel Kicillof admitieron esta semana ante este sitio que prefieren “a cualquier candidato” en la provincia antes que a Santilli, pero no se ilusionan. “Es peronista, camina los barrios y entró abajo, lo estamos viendo todos los días”, reconoció una fuente de la Casa de Gobierno platense.

Por otra parte, Facundo Manes dejó en claro en las últimas semanas que no piensa competir en el mayor distrito electoral del país sino que solo piensa en la candidatura presidencial por el radicalismo. El neurocientífico dejó el territorio bonaerense en manos de la UCR, que no tiene un candidato del calibre de Santilli, que le ganó al peronismo unido en 2019 con poco más de dos meses de campaña y muy poco después de haber dejado la vicejefatura del gobierno y el ministerio de Seguridad porteños. “Después lo remontamos en las legislativas, pero eso no lo consiguió nadie antes. Solo un peronista podía hacerlo”, admitió una fuente cercana a Carlos Bianco, la espalda política de Kicillof.

Sin Provincia no hay Nación, saben bien en el FdT. No es suficiente, pero ganar ahí es condición necesaria para ganar la presidencial, sea quien sea el candidato o la candidata, siempre que la convulsionada coalición no se parta. Que el desafío de Santilli es serio lo muestra el hecho de que el kirchnerismo se abroqueló en la Provincia y mostró una foto de unidad en la que aparecieron, esta semana el propio Kicillof, Máximo Kirchner, Martín Insaurralde y Malena Massa, entre otros dirigentes, pero ningún representante del gobierno nacional. Fue para la institucionalización del FdT con una estructura colegiada de conducción que incluye a Kolina, el Frente Grande y Nuevo Encuentro, los socios menores de la alianza.

“Es un movimiento primero defensivo pero después, ofensivo. Ya mostramos que cuando nos organizamos, cuando tiramos todos para adelante, pudimos darla vuelta”, remarcó, con un poco de optimismo, la fuente del “kicillofismo”, si algo así existe. En el FdT tampoco tienen dudas de que el mandatario irá por la reelección y el mensaje unitario estuvo dirigido a los que todavía dudan, a la vista de la feroz interna nacional.

En cualquier caso, el plan territorial de los “cristinistas” –si ven que no es posible repetir en 2023- no anuncia aún una ruptura total. Sí irán por una diferenciación entre la pelea provincial y la nacional, aunque Kicillof insista en que no habrá desdoblamiento de las elecciones generales. Muy probablemente sea el único que no lo haga: el tucumano Osvaldo Jaldo acaba de picar en punta con la diferenciación. Y está claro que habrá muchos otros que lo seguirán.

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