Resulta difícil contrarrestar una nota (“Roca sí, Roca no”, publicada en este medio el 17 de julio pasado) porque es un texto plagado de pseudo-argumentos ,comparaciones inconsistentes y preguntas supuestamente retóricas que no incitan a ninguna respuesta interesante.
Por ejemplo“: ¿Estamos en una etapa de reivindicación o de revisionismo histórico?”. Hace falta que alguien le conteste al arquitecto Carballo Laveglia que ¡SI!? ¿No tiene familiares, hijos que concurren a la escuela? ¿No asiste a actos patrios? ¿No se dio cuenta que por suerte a la historia oficial, liberal, mitrista se le han caído ya casi todos los velos? ¿No ve que otros actores se expresan, se visibilizan? Esos que fueron acallados en los relatos de los manuales escolares hasta no hace mucho tiempo?
Luego, refiriéndose a la calle Roca, dice: “¿le cambiamos el nombre ya que fue designada por ordenanza municipal en noviembre de 1915?”. ¡Es tan obvia la respuesta nuevamente! Sí, sería una acción coherente y no está descartada, por supuesto.
Con respecto a Rosas, Sarmiento, Avellaneda y Alsina, desde el lugar que ocupamos como Colectivo Mujer Originaria, nadie los reivindica, precisamente. Al igual que al resto de los militares que participaron de la Batalla de San Carlos y cuyos nombres están en varias calles de nuestra ciudad. Si de nosotros dependiera, por supuesto que acordaríamos con renombrar las calles y plazas de modo acorde a la revisión histórica que afortunadamente se ha podido hacer gracias a la investigación de historiadores de la talla de Osvaldo Bayer y Marcelo Valko, entre otros y otras. No perdemos la esperanza de que eso llegue de la mano de las próximas generaciones, pues las semillas de la verdad y la ética están sembradas y ya nadie puede impedir su crecimiento y expansión.
Más de un centenar de vecinos avalaron con su firma algo que ya está en el pensamiento de muchos bolivarenses, en parte por las acciones político-culturales y de revalorización de los Pueblos Originarios que en Bolívar se realizan desde el año 2010 en articulación con el Municipio y también porque hubo una gran luchadora como Olga Garay que reivindicó su origen mapuche de manera pública y sostenida hasta su fallecimiento. Por eso es justamente la Cuidadora espiritual de la Plaza.
Por otra parte, aquellos que hubiesen deseado oponerse al cambio de nombre (como implícitamente pareciera ser Carballo Laveglia) contaron con la posibilidad de expresarlo a través de un Registro de oposición que se mantuvo abierto durante treinta días. ¿Será que no leyó en este Diario en el cual hoy escribe, la publicación al respecto para enterarse? ¿Será que nadie se lo contó oportunamente? O será que este tema tan importante, sensible y que forma parte de un proceso similar en varias ciudades del país le sirve como excusa para “pegarle” al Intendente justo en época de campaña política?
No nos oponemos a que alguien se exprese en su ideología, pero decir que enjuiciar a Roca y que el gobierno (no sólo el DE sino el HCD por unanimidad) se posicione en ese sentido, es una suerte de puerta de entrada para otros cuestionamientos (utilizando el absurdo ejemplo de un profesor que no compartía su golosina con los alumnos) es una fallida chicana, que por lo inconsistente, no merece más comentarios que destacar su malicia y banalización. Malicia antidemocrática por no reconocer procesos legítimos que se dan en la comunidad bolivarense y banalización que se genera cuando lo que se dice no es porque se tiene genuino interés en el tema, sino porque se usa como medio para otros fines.
Colectivo Mujer Originaria Bolívar
