Colaboración Teresa de los Angeles Turrión, Teresita.
Indecisiones que pueden impedirnos mirar el futuro que se acerca con esperanza. Puede que en esta sola palabra encontremos la esencia, porque para los creyentes, es parte de un período litúrgico, el de la Navidad, que se extiende hasta la fiesta del Bautismo (mediados de enero) y se determina por la esperanza que Emmanuel que volvió a nacer, estará siempre a nuestro lado. Esperanza que anima, sostiene, fortalece y que renueva el sentido relevante de nuestra vida y la ocasión de volver a empezar o a mejorar.
La esperanza de la Navidad nos estimula para que el año nuevo nos permita una vida nueva. Porque Jesús es nuestra esperanza y confianza ante lo desconocido.
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré?”
¡Que en el Año Nuevo , Dios nos colme de Bendiciones!