Será mejor, sin dudas. Hay símbolos que así lo dicen, al menos desde los territorios personales de cada uno. La vida, ese maravilloso milagro que quizás nos merecemos nos sorprende minuto a minuto y a veces nos regala
la posibilidad del optimismo.
En todas las familias, al cabo la célula madre de lo que somos como sociedad, suceden día a día acontecimientos que casi siempre dejamos pasar de lado, urgidos por problemas a resolver, por compromisos con los cuales cumplir en los que, sin embargo, anidan signos de un mundo mejor. Y allí está el amor,
como motor de todo lo bueno posible, que cuando hace falta nos conmueve, nos pone en lugar, nos devuelve a nuestra condición de hombres que sueñan.
Será mejor, sin dudas, este 2021 que ya asoma. Lo sentimos, lo percibimos y lo deseamos.
En nuestro caso sabemos cuál es ese dato amoroso y familiar que nos ayuda y desde allí, invitamos a todos y cada uno a efectuar ese rescate propio, único y por ello mismo universalmente humano.
Seamos protagonistas y causantes de un año mejor. Inmensamente feliz.
