Este martes no será un día más para Marcos Pisano cuando le toque jurar por los próximos 4 años de mandato que lo transformarán en uno de los intendentes que más tiempo permaneció en el poder (10 años cuando cumpla estos 4 en 2027).
Marcos Pisano asume un mandato muy distinto al que logró revalidar 4 años atrás. En aquel 2019 ganó sin despeinarse por más de 4.000 votos. En esta ocasión, y ante el mismo contrincante, Juan Carlos Morán, apenas pudo superarlo por 331. Sigue teniendo en el Concejo Deliberante mayoría, lo cual siempre es bueno; pero en cuanto a la gestión hay varios puntos por mejorar de cara a los 4 años que se vienen.
Habrá que ver si afronta este nuevo gobierno con los mismos hombres y mujeres o hay cambios en el gabinete, esos que le vienen pidiendo desde hace rato. Se habla de que habrá modificaciones, habrá que ver cuáles y cuántas, para darle un poco de aire fresco a una gestión que, sumada a la que él heredó de Eduardo “Bali” Bucca, ya tiene 12 años sobre el lomo.
Hablamos de último mandato porque como está la Ley hoy, no podría ir por una supuesta reelección en 2027. Incluso ya algunos propios discutían si podía ir en esta oportunidad, porque entendían que no estaba del todo claro si aquellos dos años en los que sucedió a Bali Bucca contaban como mandato completo o como medio mandato. Finalmente esta vez no hubo trabas; pero la próxima directamente no podrá ir, salvo que se vuelva a modificar la norma.
Se avizora un gobierno de doble comando. Marcos intendente, Bali concejal, tal cual se vendía en los pasacalles, es una mezcla de dos tipos muy distintos. Es cierto que Bali se puso la campaña al hombro y terminó ganando la elección; pero el intendente y el que tienen la última palabra y la lapicera entendemos que es Pisano, por lo tanto habrá que dialogar y buscar consensos primero que nada adentro del espacio, para luego, una vez unificados, buscar los consensos necesarios afuera, con las otras fuerzas políticas en el caso de que sea necesario.
Atrás han quedado 12 años (6 de Pisano) con aciertos y errores, con muchas cosas por mejorar y con desafíos permanentes que plantean los nuevos tiempos. El descuidado ABL debería ser la prioridad que no fue durante muchos de estos años, el tema es si habrá presupuesto para afrontar el bacheo urbano y ya también el pavimento de los barrios, además de los ajustes que siempre hay que hacer en la recolección de residuos, el mantenimiento de algunas las plazas (muchas descuidadas y desforestadas después del viento de diciembre 2021) y el alumbrado de algunos puntos de la ciudad, que se tendrá que rever en conjunto con la Cooperativa Eléctrica.
Sin gobierno nacional del mismo color poco se puede soñar con grandes proyectos. Es más, no son pocos los que sospechan que los proyectos ya iniciados y no terminados como la obra de del anillado de agua, la Casa de la Provincia, el nuevo edificio del Instituto N° 27, el CAPS contiguo al Corralón Municipal, el traslado de la planta depuradora de residuos cloacales, el complejo urbanístico detrás de lotes con servicios y demás. Ni hablar de las cloacas de Urdampilleta, que seguirán postergadas, iniciadas, sí, pero postergadas.
Cabe recordar el peregrinaje que hicieron primero Bali Bucca y después Marcos Pisano a Nación en tiempos de Mauricio Macri. En aquel momento se pedía por el avance de la Línea 132, que finalmente se terminó en este 2023; pero que con Macri no avanzó nada, por supuestas irregularidades o lo que fuera. Quedó demostrado que cuando el gobierno local no está encolumnado con el nacional, poco se consigue, y el que no lo crea, que vaya y le pregunte a los ex intendentes Julio Ruiz, Juan Carlos Simón o José Gabriel Erreca. Y aún teniendo el gobierno nacional del mismo color, a veces nos dieron la espalda, ahí los tienen a Alfredo Carretero y a Juan Carlos Reina que les pueden dar testimonio de esto.
Pisano tiene por delante cuatro años con más dudas que certezas. Con un país cuya economía aún no se sabe qué rumbo tomará, con una Provincia que sin los ATN (aportes del tesoro nacional) va a estar más complicada que en los cuatro años que pasaron, y encima que se transformará en el refugio de varios de los que se fueron de Nación con la llegada del gobierno de Milei, como el caso de Gabriel Katopodis, que es una cara visible; pero debe haber más, muchos más.
Habrá que usar la creatividad, esa que hay que sacar a relucir en tiempos de crisis. “Bolívar mejora”, fue el slogan de campaña, los bolivarenses le volvieron a dar el crédito de intendente y si bien ya están viendo que el contexto nacional puede ser desfavorable, le van a pedir que algo mejore, sin prisa pero sin pausa, enfocado en los pequeños hechos por sobre las grandes obras, ese es el Pisano que se espera de momento, el panorama no prevé en el corto plazo que pueda hacer mucho más que lo que debe hacer un intendente.
Párrafo aparte para la relación con los empleados municipales, con los tiras y aflojes de fin de año, con las horas extras que se pagaron desdobladas, y que seguramente en muchos casos dejarán de existir. Pisano abrió el paraguas antes del balotaje cuando dijo “si no gana Massa se va a complicar pagar el aguinaldo y el sueldo de diciembre”. Massa no ganó; pero de todas maneras se supone que el dinero aparecerá. Ojo, no es una realidad sólo de Bolívar, es de la mayoría de los 135 distritos bonaerense.
Si se le hubiera abierto la puerta en junio para colarse segundo en la lista seccional como diputado, quizás Pisano no tuviera que afrontar este berenjenal con el que iniciará los primeros pasos de sus nuevos 4 años de gobierno. Pero las cosas se dieron así y hay que afrontarlas. Por el bien de Bolívar y los bolivarenses, ojalá le vaya bien, que es lo que se le desea a todo intendente que gobierna los destinos de todos, de los que lo votaron y de los que no.
Ángel Pesce.
