El Domingo de Ramos se celebra con la bendición y distribución de ramas de olivo, que representan las ramas de palma que la multitud esparció frente a Cristo mientras él entraba en Jerusalén según narra el Evangelio.
Pese a la fuerte lluvia que cayó incesantemente durante todo el día de ayer en la ciudad, los fieles se acercaron a la Parroquia San Carlos Borromeo, que lució llena.

En esta oportunidad, la bendición de los ramos se hizo en el templo mismo y no en la plaza Alsina, como usualmente. Tampoco pudo concretarse el recorrido del padre Mauricio en lomo de mula hasta la Iglesia, emulando el ingreso de Cristo en Jerusalen, pero sí lo hizo desde la puerta hasta el altar.
Hoy se realizan confesiones.