Con pequeños demonios azules, la compañía teatral La Barraca abrirá el 21 de abril a las 16.30, en la sala “Adela Beatriz López” de El Mangrullo, el Regional de Teatro que realizará en Bolívar el CPTI, Consejo Provincial de Teatro Independiente. Es una de las doce obras de la región seleccionadas por el jurado, y en la nómina también hay piezas de otros grupos bolivarenses.
Pequeños demonios azules fue estrenada en El Mangrullo a principios de junio del año pasado, y tras la serie inicial de funciones no volvió a ser representada, aunque sus protagonistas quedaron ‘al dentes’, con ganas de más. Ese deseo comenzará a saciarse en un dos meses, o quizá antes, si prospera la idea ‘barraquera’ de realizar alguna presentación previa al Regional.
El espectáculo retornará con cambios, ya que Carla Gentile dejó el elenco y sus dos roles serán encarnados por Ana Laura Maringer, que es también la directora general de los Demonios. Como se sabrá, la propuesta, cuyo autor es José María Alabart, contiene en cuatro piezas de Tennessee Williams, cohesionadas por un prólogo, un interludio y un epílogo a cargo del mencionado, en el papel de Don Tomás. La marquesa del Detebencil (de Larkspur Lotion en el original de Tennessee), Háblame como la lluvia, No puedo imaginar el mañana y La habitación oscura son esos cuatro núcleos.
En las dos últimas se producirá el mencionado reemplazo. El director de ambas es Alabart, y Maringer se hace cargo de ese rol en las otras dos.
En estas semanas el grupo cumplimenta una intensa rutina de ensayos de las cuatro piezas por separado, mayormente en la vieja sala de El Mangrullo, en la planta alta del edificio donde también tienen sede el Museo municipal Ameghino y la biblioteca de La Cultural, y en alguna ocasión en el sector de adelante del amplio inmueble; en un puñado de días llegará el crucial momento del ensamblado general.
No repetir, transformar
¿Cómo está resultándote protagonizar dos obras y ser también la directora general del espectáculo?
-Es difícil pensar en cosas que se me ocurren para probar, y no poder verlas de afuera, no poder verme desde afuera. Pero tenemos a Santiago Santos para incorporar una mirada en ese sentido, y quizá Carla (Gentile) también nos haga un aporte; ellos seguramente nos brindarán una devolución. Pero siendo una nueva actriz, cambiaron esas obras. De hecho, a una le dimos un enfoque diferente, y, si querés, ya es un producto totalmente distinto. Y eso es lo bueno: no repetir el laburo que había hecho Carla, que estuvo buenísimo, sino transformarlo. Por supuesto yo no soy Carla y nunca voy a ser ella, entonces cada uno le pone su impronta. Como dice el ‘Mono’, hay tantas Julietas como actrices la representan.
Entusiasmo, mutación y frescura
Seguramente cuando encaren el ensamblado de las cuatro piezas también surgirán cambios con respecto a lo que se vio en junio.
-Claro. En realidad todas van medio mutando, porque todos van probando cosas diferentes. En su momento bajamos la obra, no más Demonios, pero cuando me entero de que venía el Regional a Bolívar, les planteo a mis compañeros que teníamos un ‘obrón’ y que ni siquiera iba a ser necesario viajar, y que debíamos aprovechar esta oportunidad. Todos estuvieron de acuerdo. Así recomenzamos, y en estas dos semanas vemos que todo va mutando, por lo que creo que será una nueva Demonios, por supuesto que con la misma esencia original. Algo fresco, a eso me refiero.
La labor en este período se centra más en quitar o recortar, que en incorporar elementos. Para que quede lo esencial, siguiendo, a sabiendas o no, aquel axioma que suele aplicarse a la poesía: Menos es más. Hay artistas, de la disciplina que sea, a los que les resulta más arduo recortar, el actor Vittorio Gassman, casi en modo pintor, supo referirse a una cuestión nuclear con folclórica claridad, en una definición que suele recordarse, y que le habría compartido a su amigo argentino Antonio Carrizo en una porteña trasnoche de copas y café en la que también habría estado Alejandro Dolina: “Yo tomo mi personaje y sobreactúo, sobreactúo, y después voy quitando capas”. Que ‘lijar’ resulte más escabroso que añadir quizá sea lo más común, sin embargo Ana Laura Maringer no lo vive de tal modo. En todo caso, ambos implican un laburo de amasado que a todo artista debería entusiasmar, son las dos caras de una misma moneda. “Está buenísima esta mutación, y todavía no la estamos viendo entera a la obra; cómo se resignificó el proyecto después de tantos meses, para mí es hermoso”, enfatizó la actriz y directora en esta entrevista, que desde que La Barraca decidió reflotar Demonios anda más ‘mánijer’ que nunca.
Quitar, poner, probar, rever, comparar, es lo que refleja que mantienen el entusiasmo con el proyecto. Lo otro sería repetir lo mismo durante meses.
-Claro, y es lo que hace que la obra esté viva.
Y sólo está viva una obra si sus hacedores están entusiasmados.
-Exacto. Y acá hay mucho entusiasmo, estamos con muchas ganas de trabajar y mover el cuerpo a mandíbula batiente.
El elenco de Pequeños demonios se completa con Andrea Gallo, Leandro Galaz, Patricia Galaz, Mélina Pederné Lo Cardó y Federico RonRon.
Dentro de las doce seleccionadas por el jurado del CPTI de un total de más de treinta obras que se anotaron de los distritos que conforman la Séptima sección más Saladillo, Lobos y alguno más, también quedaron Verdad, la Vaca, de Artecon, y Un documental para la huérfana, de Souvenir Teatro Fugaz.
Del viernes 21 al domingo 23 habrá cuatro funciones por día desde la tarde, repartidas entre las salas de El Mangrullo, Artecon y Vamos de Nuevo. La entrada será libre y gratuita. De ese total de doce, un jurado elegirá una, que participará del Provincial de Teatro a realizarse en los próximos meses, que derivará en el Nacional.
Chino Castro
