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Otitis, hongos y piojos: cómo prevenir las afecciones más frecuentes en época de colonias

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No son graves, pero pueden dejar a los chicos afuera de la diversión de la pileta por algunos días, y complicar la logística familiar si es que no existe otra opción de cuidado de los hijos. Consejos para evitarlas y disfrutar del verano sin sobresaltos.

Durante los meses de verano, la pileta es el refugio para pasar los días de intenso calor. Y las colonias de vacaciones, la alternativa de cuidado de los niños de los padres que pasan muchas horas fuera de su casa.

De allí la importancia de cuidar a los más chicos de las principales afecciones propias de esta época, tanto para que los pequeños no se pierdan los días de colonia como para evitar contratiempos en la logística del hogar.

En ese sentido, otitis, hongos y piojos son los principales enemigos del verano.

“La otitis externa es una afección muy común, se trata de la infección del conducto auditivo externo. Se produce usualmente por microlesiones que se generan al rascarse o con el uso de hisopos para la higiene de la zona. Esto altera las barreras naturales de la zona”, explicaron desde la división Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas.

Hay dos tipos de otitis, que comúnmente se asocian a la pileta: la otitis externa, que a menudo requiere sólo un tratamiento tópico, y otitis media, que suele necesitar la administración de antibióticos por vía oral. “Mientras el chico está con un cuadro de dolor o inflamación, es recomendable que no asista a la colonia, porque el oído tiene que estar en reposo y bajo tratamiento”, señaló la médica pediatra Teresa Martorelli (MN 152.062), de la división pediatría del Hospital de Clínicas.

Para prevenir, sobre todo en personas con otitis frecuentes, se deben utilizar gotas luego de la exposición al agua. Puede usarse alcohol boricado o alcohol isopropílico.

En ningún caso es conveniente la autohigiene del conducto, ya que el cerumen contiene ácidos grasos que protegen naturalmente a la piel de la infección bacteriana. Únicamente, cuando el exceso produce disminución de la audición o prurito es recomendable visitar al médico, que puede retirarlo sin lastimar la piel.

En el caso de los hongos, “con la exposición al sol, a menudo se observan manchitas blancas, ocres o rosadas en espalda, pecho o brazos. Estas manchitas pueden ser ocasionadas por levaduras del género Malassezia, que forman parte de la flora normal de la piel. Cuando su número aumenta, lo que es favorecido por el calor y la humedad, aparecen las lesiones”. Desde la división Dermatología del Clínicas alertaron que “al exponerse al sol éstas se hacen más evidentes, resaltando sobre la piel bronceada. El tratamiento, local o por vía oral, curará las lesiones. La recidiva es muy frecuente, especialmente en los meses cálidos”.

Otras levaduras que forman parte de la flora corporal normal son las del género Candida, cuyo crecimiento numérico que generará una lesión se ve favorecido por el aumento de calor y humedad (además de otras situaciones generales como el tratamiento antibiótico o con corticoides). “Las zonas que mantienen más calor y humedad son los pliegues, y es allí donde se observan estas candidiasis superficiales: ingles, pliegues abdominales o entre los dedos. Además del tratamiento antifúngico es muy importante mantener la zona seca”, advirtió Martorelli.

“El ‘pie de atleta’ es una lesión que puede ser producida por diferentes hongos (por Candida acompañando a otros pliegues, por dermatofitos que afectan las uñas) o por bacterias. El espacio más afectado es el que está entre el cuarto y el quinto dedo del pie, es el pliegue más cerrado y mantiene mucho la humedad”, señaló la especialista. La forma de prevenirlo es realizando el tratamiento adecuado y manteniendo los espacios interdigitales bien secos.

Los piojos son “el” fantasma de los padres en época de pileta. Un simple cálculo demuestra que si un chico tiene cinco parásitos hembras en la cabeza (una cifra bastante normal, más bien conservadora), en un mes tendrá 450 ejemplares entre huevos y piojos jóvenes o adultos. De todos ellos, 405 serán hembras, que continuarán reproduciéndose en una escala asombrosa. Hay dos formas de contagio, la más frecuente es la directa, donde el piojo pasa de cabeza a cabeza. Sin embargo, existe contagio de forma indirecta, a través del intercambio de objetos personales de un chico infectado con otro.

Los pediculicidas no tiene poder residual, por lo cual no ofrecen protección contra la reinfección. Lo fundamental es comprender y explicar a cuidadores y padres cómo se aplican estas drogas ya que el éxito del tratamiento depende en gran parte de ello. Los piojos tardan siete días en desarrollarse, desde que son depositados los huevos hasta que aparece el parásito adulto. Por ello, debe repetirse un nuevo ciclo de tratamiento con una semana de intervalo”, aconsejó la pediatra.

Y dio una serie de recomendaciones para tener en cuenta:

*Es conveniente revisar a todos los miembros de la familia y tratar únicamente a aquellos que tengan liendres o piojos adultos.

*Se debe mantener el cabello peinado hacia atrás y firmemente recogido, pero no es necesario cortarlo.

*Los peines, cepillos, vinchas, hebillas y otros accesorios para el pelo deben ser individuales y hay que desinfectarlos sumergiéndolos en agua caliente (> 55 ºC).

*Prendas de vestir, sombreros, toallas, almohadas, juguetes de peluche deben lavarse separadamente y exponerse al calor del secado por al menos 20 a 30 minutos. También se les puede colocar previamente spray de permetrina.

 

Fuente:  www.infobae.com

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