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Orfelio Ulises Herrera, un bolivarense que cimentó la fama del cerro Uritorco

Investigación del Archivo Histórico Municipal "Florentino Ameghino".

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El cerro Uritorco, en Córdoba, puede ser considerado como el centro o ‘meca’ de la peregrinación esotérica en Argentina. Con 1979 metros sobre el nivel del mar, se sitúa geográficamente en el norte del Valle de Punilla, en Capilla del Monte, en la mencionada provincia serrana. A él acuden innumerable cantidad de personas que creen en las energías que de él emanan, en la posibilidad de avistaje de OVNIS, etc.

El Uritorco apareció en escena como una especie de ‘portal’ con la vida extraterrestre en 1986, cuando fue hallada una enorme huella en una zona aledaña al cerro, que fue atribuida a una nave de otro planeta. Y si bien esto ha sido el motivo del auge turístico que se evidenció en los últimos cuarenta años, hay registros de que el cerro ya era considerado un lugar sagrado por los indios ‘comechingones’ hace tres siglos.

Los comechingones son, precisamente, el punto de unión entre este emblemático cerro y un bolivarense. Esta etnia local es considerada por algunos metafísicos como descendientes de una proto-raza aria, poseedores de una cultura con conocimientos telúricos mágicos particulares, cuyo cacique Vultán/Voltán fue quien encargó construir con piedra de basalto, hace más de 8000 años, el denominado ‘Bastón de Mando’, en el que se encontraría mágicamente codificada toda la sabiduría de la humanidad.

¿Y qué tiene que ver un bolivarense con todo esto? En que fue un bolivarense, Orfelio Ulises Herrera, quien encontró ese mágico y preciado bastón hace ya muchas décadas y se transformó en un personaje respetado por quienes creen en ese mundo.

El caso es que este considerado maestro ocultista o maestro metafísico habría obtenido la información sobre el ‘Bastón de Mando’ en la ciudad tibetana de Samballah, donde estudió durante ocho años. Herrera habría recibido ayuda extrasensorial, ya de regreso al continente americano, para encontrar en el cerro Uritorco la famosa ‘piedra que habla’. En sitios especializados en esta temática se explica que este objeto “habría sido una herramienta de los dioses para unir y dar sabiduría a los hombres y poder a quien lo tuviera”.

Los relatos ubican el viaje de Herrera en 1913, cuando con 26 años, emprende ese mítico recorrido al Tíbet, y citan a 1934 como el año en el que encuentra, cavando ‘con sus manos’ el cerro, la tan mentada pieza lítica junto a otras dos más, todas pertenecientes a los comechingones. Pero no son muchos los datos concretos que se poseen de él, y en todos ellos sólo se menciona que habría nacido en una estancia en Bolívar, provincia de Buenos Aires, allá por 1887.

Por este motivo, en la búsqueda de documentos que permitieran hallar la veracidad o no de su existencia, el Archivo Histórico Municipal ‘Florentino Ameghino’, que dirige Santos Vega, inició una investigación en la que se halló registros documentales históricos que testimonian el paso por esta vida terrena de Orfelio Ulises Herrera. Lo demás, queda a consideración de cada uno.

Así compartió la investigación en su página de Facebook el AHFM:

“Orfelio Ulises Herrera (Bolívar- Tíbet- Uritorco).

Como todas las historias, ésta comenzó con la pregunta de un amigo y lector de esta página, cuando inquirió sobre más datos acerca de Orfelio Ulises Herrera ya que, en una visita reciente al cerro Uritorco (Córdoba- Argentina), este enigmático personaje “nacido en una antigua estancia de Bolívar” es el propiciador de la fama mundial que el Uritorco tiene. Además de haber residido en el Tíbet durante 8 años, en monasterios, junto a monjes tibetanos.

Puestos a investigar rápidamente, como corresponde, efectivamente confirmamos que Orfelio Ulises Herrera (“El Maestro”), era bolivarense. La partida de bautismo es inapelable.

Orfelio nació el 27 de marzo de 1890 en San Carlos de Bolívar, hijo natural de Silvana Genoveva Serra, sin padre declarado. Compartió su existencia en nuestro incipiente pueblo, con un hermano, Pedro Ismael (que había nacido el 29 de junio de 1894) quien como Orfelio había sido bautizado en la Parroquia de Bolívar (La de la plaza Mitre), y es Silvana quien lo “anota” con su apellido de soltera.

Es en realidad al año siguiente (1895) que las complicaciones por encontrar el derrotero de nuestro Orfelio Ulises, nos siembra la primera duda. En el censo de ese año, mayo 1895, en el distrito Nº 1 de la provincia de La Pampa, figuran dos niños de 2 y 0 años ya con apellido Herrera, compartiendo el techo con Silvana (de 24 años) y Pastor Justo Herrera, jornalero, también de 24; hacia arriba, separado por una línea, aparece un tal Marcos Evangelista Herrera, hacendado de 26 años y hermano de Pastor Justo Herrera. Los tres adultos figuran como solteros. Sabemos con seguridad quien es la madre, no tenemos certezas de quien es el padre.

El 26 de noviembre de 1896 se funda la localidad de Intendente Alvear, precisamente donde estaban ubicados los cinco censados, y es entre 1896 y 1901 en que Silvana y Marcos Evangelista formalizan una unión civil de matrimonio en esa zona de La Pampa. Tienen los esposos tres hijos más, Helvecio Pastor nacido el 7 de marzo de 1901, Alfredo Marcos nacido el 12 de enero de 1905 y Zulema Sara nacida el 11 de agosto de 1906, los tres bautizados en la Parroquia de San Carlos de Bolívar. Pero es hora de volver a Orfelio.

No tenemos certezas en qué lugar cursó sus primeras letras, la Escuela Nº 17 de Intendente Alvear se funda en 1899 y recién en 1900 comienza con sus clases. Es bastante posible que Orfelio fuera alumno de la Escuela Nº 1 ‘Domingo Faustino Sarmiento’ de Bolívar, pero este dato no lo tenemos confirmado con documentación. Lo que si sabemos, es que sus abuelos paternos y maternos tenían propiedades y residían en la planta urbana de Bolívar. Don Cosme Herrera (abuelo paterno) tenía en la sección 1ª, manzana 56, los solares 4 y 6, 1/8 de manzana haciendo cruz con La Vizcaína; también era propietario de 6 lotes en la actual calle Boer entre Paso y Rodríguez Peña, media manzana exactamente. Su abuela paterna Doña Eustaquia Sánchez poseía a fines de 1889 tres solares en la manzana 49, frente a la Escuela Técnica de la Avda. Centenario. En tanto Don Francisco Serra, de nacionalidad francesa, casado con Daniela, Damasia, Dámasa, Damás, y un sinnúmero más de erróneas anotaciones, y Medina de apellido, son los abuelos maternos de Orfelio Ulises, que también poseían en la manzana 6, de la sección 1ª, los solares 5,7,9 y 10 (1/4 de manzana) sobre la actual Luis Mallol.

Es hasta aquí que pudimos seguir el rastro de nuestro convecino, luego quedaran para otros estudiosos que saben más sobre Orfelio y lo que fue de él, aunque sabemos (por ellos) que en la segunda década del siglo XX viajo al Tíbet, y allí residió con los monjes por 8 años en los monasterios tibetanos, luego volvió a América (México, Perú, Chile) y por fin a Córdoba, Argentina. Tuvo por esposa a Dominga Prigione con la que tuvo dos hijos y luego…recibió un mensaje telepático…, falleció el 1 de agosto de 1951 en la provincia mediterránea. Lo que falta de su historia está en los links que les dejamos al pie de estas palabras, además de una reserva de datos en el Archivo Histórico Municipal de Bolívar”.

En la publicación del Archivo se puede acceder a las fuentes consultadas y links para profundizar más en la historia de este singular personaje que trascendió las fronteras de Bolívar y dejó su nombre impreso en la historia de un mundo particular.

V.G

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