Al frente de un andamiaje de eximios instrumentistas, el cantante Neco Marcenaro presentó, el sábado en El Taller, una selección de obras propias pertenecientes a sus dos discos, en especial al primero, Otros mundos, más un puñado de canciones que aún no ha grabado y seguramente nutrirán su tercer opus.
El compositor y vocalista nacido en Rauch llevó adelante una cálida performance en la que se lucieron sus canciones, esas singulares mixturas de jazz y folclores de este lado del mundo con un ‘carozo’ rockero siempre alerta, pero también brilló alto su banda, incluyendo obviamente su propio desempeño: esto es, Pablo Passini, en guitarra; Juan Simón ‘Colo’ Maddío, en batería, y Quique Ferrari, en bajo y coros. (Con excepción de Neco, todos habían tocado en Bolívar al menos una vez.)
Poco a poco el grupo fue metiéndose al público, poca gente esta vez, menos de la que una propuesta de este calibre artístico merecería, en su bolsillo, con la variedad como herramienta ya que, en base a un adecuado manejo de los tiempos y los matices que toda propuesta artística debe contemplar, el recital pasó por baladas intimistas y canciones de neto tinte rockero, al menos desde el encare en vivo, para las que el cuarteto se puso con naturalidad el traje de aplanadora musical.
Ese es el atuendo que eligió lucir en el segmento final, para alegría de un público que se sacaba el frío metiéndose de cabeza en el fuego que bajaba del escenario. Cuando conectó con el código que propone Neco, que es todo un desafío porque sus canciones son complejas (aunque no retorcidas o pesadas), la platea se involucró de otro modo y produjo el abrazo con los artistas, ese puente invisible que no siempre está y que es tan necesario como difícil de definir.
Faro, Planes, Hija, El fuego de Dios y Solo rueda fueron, en despreocupado desorden, algunos de los títulos interpretados. Obras con un sello propio, que se parecen a muchas cosas y, a la vez, a ninguna, lejos del plan ‘una que sepamos todos’, o todes, que sólo podrían desplegar encarando un menú de versiones de hits que, está muy claro, no es lo que les interesa.
Produjo y organizó Cable a tierra, de Daniela López, con sonido de MB (Moura-Blandamuro). Neco agradeció la atención y a la productora, que sigue apostando a programar música en vivo aún con las dificultades que conlleva cuando se trata de proyectos autogestivos, que se mueven por fuera o en los márgenes del mainstream, como es el caso del que nos visitó el sábado, y sin un colchón económico sino a pulmón, de modo artesanal.
Chino Castro
