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martes, 23 de abril de 2024
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Mujeres Hilanderas propone un retorno a una práctica ancestral

La actividad importa una importante incorporación de valor a la lana de oveja de nuestros campos.

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Una muy interesante actividad realiza un grupo de mujeres en el galpón de bovinos. Allí han instalado una maquina hiladora de lana y muestran a quienes se detienen a observar su actividad, detalles de una tarea tan antigua como vigente y que importa, de alguna manera, una habilidad artesanal muy atractiva.

Forman parte de un grupo que se organizó a partir de la Chacra Experimental del INTA ubicada en Bellocq, entre ellas Carolina Estellrich y Lucía Vasquez, que fueron nuestra interlocutoras en un paso que hicimos por su lugar de trabajo.

El campo experimental mencionado pertenece al Ministerio de Desarrollo Agropecuario de la provincia y hace dos años que allí se desarrolla un módulo ovino, explica Carolina. “Son unas 150 ovejas en producción y buscando solucionar el tema de la lana, que a veces para el productor se transforma en un problema, es que nos propusimos dictar talleres de hilado.

Con las personas que se sumaron, tanto en la chacra como en otras localidades (Magdala, partido de Pehuajó) e Ibarra (Bolívar) se conformó un grupo de mujeres que hoy asciende a más de 30. Hemos conformado el grupo Mujeres Hilanderas del Centro Bonaerense que busca aprender, compartir, seguir capacitándonos y difundir una técnica que nuestras abuelas o bisabuelas dominaban. Se trata de agregar valor a una materia prima que tenemos localmente”.

Informa nuestra entrevistada que se juntan habitualmente en cualquiera de los nodos que se han conformado y que la lana que utilizan es la que genera la chacra de Bellocq. “Cualquier tipo de lana puede hilarse. Si es muy gruesa no servirá para hacer prendas de vestir, aunque sí para otras utilidades. Por el momento están en un proceso de hilar lana de calidad, lo que significa un espesor adecuado, que no tenga altos índices de torsión y que esté bien lavada. “No obstante, la mayoría de las mujeres hilanderas también saben tejer” y por lo tanto pueden ellas seguir agregando valor a la materia prima obtenida. Respecto a este punto Carolina revela un dato sorprendente: “un kilo de lana recién equilada pueda valer aproximadamente $ 50 y cuando se encuentra hilada oscila en los $ 10.000 el kilo”, lo que significa una incorporación de valor impactante.

Quienes quieran contactarse con las Hilanderas del Centro Bonaerense deben tener en cuenta que, en Bolívar, se hacen reuniones en el CEAT de Ibarra. Allí pueden comenzar a aprender la actividad independientemente de la llegada de instructores.

“Es un grupo hermoso”, finaliza Carolina. Nos une no solamente el hilado sino también el compartir. A quienes vivimos en zonas rurales nos gusta mucho juntarnos y compartir experiencias.

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