Visitamos al grupo de madres que se identifican bajo el nombre “Miradas Atípicas”, todas ellas mamás de niños que sufren algún trastorno del espectro autista y que se han juntado para, en principio, apoyarse mutuamente, aprender juntas y luego difundir esos aprendizajes.
“Queremos darle otro enfoque a lo que tradicionalmente se ve del autismo. Creemos que si se le da mayor difusión e información al tema no quedan fijados determinados mitos o fantasías que tiene la gente. La desinformación y el desconocimiento hacen que la gente tome una posición frente al autismo medio reticente. Nosotros queremos mostrar que hay muchas cosas que se pueden cambiar, especialmente el enfoque y la mirada que se tiene sobre el autismo”, expresó una de las madres de grupo explicando el porqué del nombre que las agrupa.
“El autismo es un espectro porque no hay dos autistas iguales. Es muy heterogéneo. Hay autistas que adquieren el lenguaje, otros no; están los hipersensibles al sonido y otro son hipo. Esa variedad y heterogeneidad hacen que se hable de espectro, aunque hay un hilo conductor que los atraviesa: todos ellos tienen un desafío en la comunicación social y que procesan los estímulos de afuera y de sus propios cuerpos de una manera muy particular. Por eso tienen respuestas diferentes al resto de la gente”.
El grupo, además del apoyo mutuo, busca darle soporte y estar presentes “para otros padres que recién empieza, que recién están con un diagnóstico o que están en proceso de un diagnóstico. Hay un montón de cosas que dan miedo, desconciertan, entristecen. Se pasa por varias etapas: la de la bronca, negación, miedo, etc. Nosotras estamos ahí para decirles a muchos padres que hemos pasado por eso y que van a venir otras etapas. Tener una red de contención genuina, desde adentro, ayuda”.
A pesar de remarcar que se siente apoyadas por médicos y especialista, sobre todo en lo individual, señalan las madres de Miradas Atípicas que aún hay mucho terreno por recorrer en ese punto, que es coincidente con lo que sucede también en relación a cuestiones educativas.
Resaltan que se ha creado, al respecto, un segundo grupo que se llama Miradas Atípicas Profesionales.
Lo cierto es que, con el apoyo indicado, los chicos pueden lograr hacer “un montón de cosas, sólo que a ellos les cuesta más y hay que encontrarles lo que necesitan.”
El diálogo con ellas se extendió por diversas aristas, todas ellas significaron aprendizaje y apertura a nuevos criterios.
