Tras la asamblea convocada por el flamante presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Luis Puenzo, con realizadores, programadores de salas, productores, distribuidores y representantes en general de la industria argentina del séptimo arte, surgió como imperativo para esta nueva etapa otorgar mayor difusión a las producciones chicas en términos económicos, para que no sigan marchitándose a la sombra de los tanques yanquis y también los nacionales, que son apoyados por empresas internacionales igual que las películas más taquilleras del mercado. Que todo el cine del país circule en todo el país, es la idea-fuerza.
La coordinadora y programadora del Cine Avenida de Bolívar, Nadia Noemí Marchione, estuvo en Baires hace dos viernes, y se llevó una muy buena impresión de Puenzo y de su segundo, Nicolás Battle, quienes básicamente escucharon las inquietudes de los convocados. La bolivarense fue parte de un colectivo integrado por programadores de otras salas bonaerenses y del país que forman parte de Espacios INCAA.
FEDERALIZAR ES LA PALABRA
¿Qué viene para el Avenida tras la asamblea con Puenzo?
Marchione: -Los cines de Espacios INCAA conformamos una red, integrada por más de cuarenta unidades en todo el país (a la asamblea con Puenzo concurrieron sólo cuatro representantes de salas), pero hoy está desarticulada. La idea es que vuelva a ser una red. Espacios INCAA nos provee la programación, cada cine tiene un convenio que cumplir por funciones, días y horarios. Estamos hablando de cine nacional. Lo que ha faltado es la comunicación entre nosotros y que esa red se fortalezca, para fortalecer al cine argentino. Queremos que haya encuentros, etcétera. Hay cosas que pasaban antes que yo no viví, ingresé al cine hace casi dos años (en febrero 2018, en reemplazo de Analía Carbajo Mega, primera coordinadora del Avenida desde que se transformó en sala municipal en octubre 2013). De hecho, toda la comunicación que he tenido con otros compañeros de Espacios INCAA ha sido por whatsapp, que tenemos un grupo, pero no nos conocemos. Que el cine argentino sea federal y llegue a todo el país, como quiere el INCAA, en parte también depende de todo esto que estamos charlando. La idea además es que Espacios INCAA forme parte de la comunidad.
¿Puenzo está de acuerdo con todo esto, instrumentará medidas al respecto?
-Por la línea política que representa creo que sí. Él y Battle, que viene de la producción de cine independiente. Creo que lograremos ser escuchados y que podremos fortalecer esta red. Son abiertos y federales, si bien esta fue una primera reunión, y entiendo que habrá muchas más.
(…) Tras el cónclave con Puenzo y Battle, se acercaron referentes de distribuidoras pequeñas, que quieren trabar vínculo con Espacio INCAA. La verdad es que para la distribución de cine argentino somos una herramienta súper poderosa, que a veces está desaprovechada porque por ejemplo Cinemax, si hablamos de un tanque proyectará La odisea de los giles, pero no películas más chicas en términos de producción y económicos.
Quizá los representantes de esas productoras chicas directamente no han podido estos años dar a conocer sus películas.
-Posiblemente. O sí, pero con un empuje tremendo de las salas, no en base a una política institucional de INCAA. Lo bueno sería generar iniciativas conjuntas que tiendan a federalizar los contenidos. Producir intercambios, que el cine del país circule por el país. Sonó mucho en la asamblea la palabra federal, había directores y productores de toda la Argentina, y percibo que hay muchas ganas de que nuestro cine se exprese en todo el territorio nacional.
Seguramente hay cantidad de films, el tema es cómo está repartida la difusión.
-Claro. Distribución, difusión. Los tanques (nacionales) tienen un gran aparato atrás, ni siquiera están distribuidos por firmas argentinas sino que pertenecen a un ámbito mucho más macro. Pero las distribuidoras argentinas más pequeñas, que están empujando otro tipo de productos, se cruzan con megatanques que se devoran toda la cartelera. Hay una ley de cine que habla de estos asuntos, que no se está cumpliendo. Hoy está todo desregulado, el libre mercado que imperó estos años en economía también se expresó en lo relativo al cine, y eso se traduce en que por ejemplo se estrena Frozen, llena todas las salas y no quedan resquicios para los filmes argentinos, más allá del compromiso de las salas de pasar obras nacionales, que para eso existe Espacios INCAA. Hay una ley al respecto, que debe reactivarse.
Por otra parte, se apuntará también a crear espectadores. Lo de Las escuelas van al cine está bueno y se está haciendo, pero sería interesante que se fortaleciera. Todo lo que sea formación de espectadores es vital para el cine argentino, que es variado y es diverso pero se torna clave que su exhibición no dependa de las salas en particular, individualmente. Porque además, la unión hace la fuerza: si muchos pedimos en el país que gire tal película, lo lograremos.
También se habló en la asamblea de cine en cárceles, de cine al aire libre, cosas que nosotros hacemos y que estaría buenísimo sostener y consolidar como red de Espacios INCAA.
Chino Castro
