Diario La Mañana. San Carlos de Bolívar +54 9 2314 53 5776

jueves, 25 de abril de 2024
15.5 C
San Carlos de Bolívar

“Me falta un montón para considerarme actriz”

Susana Silva no se miente.

- Publicidad -
- Publicidad -

Le “encantan” la formación y “el nivel” que hay a su alrededor, tal vez por eso admite que le falta “un montón” de “metodología y entrenamiento” para considerarse una actriz, ya que sus experiencias han tenido más que ver con “la intuición”. Sin embargo, Susana Silva dice que le gustaría algo que la pusiera “a prueba”, como un monólogo tragicómico, aunque a contramano de colegas, su ansiedad por mostrar es igual a cero. La honestidad brutal de una ¿actriz? que hoy prefiere “disfrutar de ver”, desde la ‘cocina’ de una obra.

Cuando te propuse la entrevista, dudaste, te cuesta verte como actriz. ¿Te considerás una actriz o no, y por qué?

-No sé. Depende de qué lugar lo vea. Considero que para ser una actriz o un actor hay que formarse. Yo no he tenido una formación periódica y sostenida. Por eso en principio dije que no. Pero también pienso que las veces que hice algo, lo llevé a cabo con responsabilidad. Entonces en ese momento lo fui. Hoy no, me parece que me falta un montón para autodefinirme actriz.

¿Qué te falta, concretamente?

-Formación. Metodología. Eso. Entrenamiento. Todas mis primeras experiencias, a mis 15 años más o menos, tuvieron que ver con la intuición. Actuaba por intuición, digamos. Me generaba mucha adrenalina no saber qué estaba haciendo, hacer como que.

Silva estudió unos años en la Escuela de Teatro de Olavarría (vivió en la vecina ciudad), “que no planteaba un esquema de cursadas, como fue el Profesorado de Teatro acá, sino de talleres a lo largo de un año lectivo. Luego también hice talleres en Cultura, con José María Alabart, y nada más. Pero no fue algo sostenido por mí, por eso siento que me falta para considerarme una actriz”, insiste la ¿actriz?

¿Alguna vez elegiste serlo, más allá de esa discontinuidad formativa que mencionás?

-Cuando era chica, en casa había muchos libros. Cuando cursaba segundo grado de primaria, buscando un libro encontré La dama del alba, una obra de teatro, que hoy me resulta bastante aburrida pero entonces me encantó. Me gustó leer teatro, ese formato. Sentía que quería jugar a eso, a ser un personaje de ahí. Y cuando leía otra obra me pasaba lo mismo.

¿Perdura ese deseo?

-Sí. Pero desde otro lugar. Yo ya había decidido dejar, antes de la pandemia. Por ahí sí me gustaría alguna cosa que me pusiera a prueba. Por ejemplo un monólogo cómico, que nunca hice.

Sólo así volverías a actuar, en una comedia o en algo aún más diferente, como sería un monólogo.

Sí. Un monólogo tragicómico me tentaría. Pero tampoco digo que no haré nunca más algo como actriz, no lo sé, pueden surgirme nuevamente esas ganas y participar de algo que sea una propuesta colectiva. Hoy no me está pasando. Veo la formación que hay mi alrededor, el nivel, y me encanta. Siento que tendría que hacer un esfuerzo muy grande, y no me siento capacitada para eso. Entonces prefiero disfrutar de ver. Me motiva poder ser espectadora no sólo de una función teatral sino del proceso, estar en la cocina. Ver esas transformaciones me resulta muy interesante.

¿Que estés dispuesta a hacer un monólogo tragicómico o quizá una comedia implica que te ‘ves’ más en ese género que en el drama, que es lo que has hecho siempre?

-No. Tiene que ver con algo muy concreto: haber actuado mucho por intuición, sin formación. Me pasaba que hay obras que hice hace mucho, que me daban ganas de volver a hacer. Después de formarme un poco más, veía todo lo que podría haber hecho. Una vez vi un unipersonal que me encantó, una comedia, y creo que en algo con ese estilo me gustaría probarme. Lo que no implica necesariamente mostrarlo, por ahí no da y no importa.

O sea que estás lejos de la ansiedad de algunxs colegas artistas por subir a tablas, por salir a mostrar a como dé lugar.

-Sí. Sí. Sí. Estoy totalmente lejos de esa ansiedad. Pero incluso antes de la pandemia. Formo parte del grupo La Barranca, en el que surgió, antes de realizar la obra Bernarda Alba, la idea de hacer Bodas de sangre. Yo no quise participar. No tenía ganas de llevar a cabo un proyecto así como actriz, pero sí de intervenir desde otro lugar, como colaboradora en lo que hiciera falta.

SUS PREFERIDES

¿Qué actores y actrices te gustan, y por qué?

-Va variando de acuerdo a cómo voy cambiando yo. En su momento me gustaba mucho Johnny Depp, ahora no tanto. Me gusta mucho Marion Cotillard. El por qué tiene que ver con la versatilidad, con haber visto a alguien en diferentes lugares, en personajes diversos, y que todo me llegue. Viola Davis también me gusta mucho. Adrien Brody. Danny Day-Lewis. Y Mastroianni, que es como una cosita…

¿Qué quiere decir ‘como una cosita…’?

-Que es una joya (se ríe), como una joyita. Es otra cosa, otro nivel.

Chino Castro

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

Más Leídas

Edición Impresa

- Publicidad -
- Publicidad -
spot_img
spot_img