En el primer tramo de la calle Ignacio Rivas, entre Olascoaga y la avenida Almirante Brown, abrió sus puertas hoy el local comercial de Luz Azul, esa prestigiosa marca que es desde hace muchísimos años preferida del paladar bolivarense, paladar que encontrará ahora el lugar indicado para darse el gusto.
La apertura viene de la mano de Sergio Ruppel, un ingeniero nacido en Olavarría, radicado en Azul y con negocios en General Pico y Santa Rosa, La Pampa, que eligió Bolívar de tanto pasar por aquí y ver en ésta a una ciudad pujante, con un futuro mucho más ambicioso que lo que el presente marca. Sergio ya tiene franquicias de Luz Azul en General Pico y por lo tanto está fuertemente empapado en un modelo de negocios que la empresa tiene diseñado y funcionando en forma exitosa en todo el país, a caballo de sus 55 locales en marcha.
Ingresar al moderno y bien plantado comercio que ayer inauguró ya predispone bien. Amplio, luminoso, excelentemente ordenado con un criterio intuitivo, transforma la experiencia de compra en un verdadero paseo en el que rápidamente se comprende cuál es el denominador común de todos los productos en oferta: la calidad.
Luz Azul puede decirse que es un especialista en quesos y dulce de leche. En este último caso, es la empresa elaboradora de esa exquisitez tan particular que muchos buscamos, envasada en el tradicional pote de cartón cilíndrico y responsable de tantos atracones por culpa de ser sencillamente irresistible.
Nos recibió ayer Sergio y con él recorrimos el negocio, tarea que derivó en un apredizaje para el ojo periodístico. Nos enteramos de cuántas variedades y tipos de quesos existen y tienen a la venta, todos de elaboración propia por supuesto, y del sistema de alianzas que Luz Azul impulsa para sus franquicias.
“Luz Azul es también un sistema de alianzas con empresas pyme argentinas que apuestan a la calidad”, dijo Sergio Ruppel sintetizando filosóficamente la propuesta. Así, pueden verse en Ignacio Rivas 86 excelentes jugos de fruta 100 por 100 naturales, pasteurizados y envasados al vacío sin colorantes ni conservantes que comercializa Pura Frutta, magníficos embutidos y fiambres de marca FOX, entre los que destaca un jamón con 36 meses de estacionamiento; tapas para empanadas, pascualinas, etc. de Tapa Manía, aceitunas de Molanes, panificados de Pannet; los incomparables productos de Cagnoli, entre otros.
Cambiando la mirada hacia otra góndola encontramos salsas y aderezos muy particulares, incluyendo una mayonesa al ajo que no tardará en ingresar a nuestra dieta, de la empresa Arytza y un poco más allá exquisitos vinos de la bodega sanjuanina Casa Montes. Cada una de estas empresas y sus respectivos productos merecen, por historia, un aparatado especial, que excede el marco de esta nota. Pero basta marcar que encuentran unidad en el concepto de empresa familiar que apuesta al mejoramiento permanente. Por eso Luz Azul las eligió para transitar juntos la vida comercial.
Digamos finalmente que Luz Azul es una compañía que nació en Azul, presidida desde 2012 por Gabriela Benac que procesa algo más de 80.000 litros de leche fluida por día para tansformarla en quesos y dulce de leche que, ahora, nadie podrá dejar de probar.
