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jueves, 28 de marzo de 2024
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Lucas Giarola: “Nunca me sentí tan cómodo”

Afina un nuevo plan para salir a golear.

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En línea con el Gustavo Cerati de “nunca me sentí tan bien” (‘Puedo equivocarme /todo por delante /y nunca me sentí taaaan bieeen’), de su canción Fuerza Natural, Lucas Giarola asegura que nunca se sintió “tan cómodo” que con su nuevo repertorio y su flamante banda. Aquí, todo sobre su estrategia de ‘menos es más’ y la artillería para volver al ataque.

Tras casi un año de silencio en Bolívar, durante el ASPO y el DISPO de un 2020 que astilló la médula de la historia y sigue vivo en el ‘21, el cantante, compositor y guitarrista regresó a La Plata para un año que en su caso se perfila diferente, en el que estrenará material y banda. Desde “la base”, como en términos del guerrero estético que es llama a su hogar en la bullente ciudad de las diagonales, Lucas anticipó en exclusiva con este diario de qué se trata el plan con el que desplegará una faceta más.

Este verano que acaba de terminar hubo patios musicales en Bolívar que fue un contento. Sin embargo, no se te vio. ¿Por qué?

-Primero, porque en febrero me volví a mi casa platense. Anhelaba regresar a ‘la base’ desde fines del año pasado o desde que la situación por la pandemia se tornó menos restrictiva. Estuve a punto de tocar en el parador Lo de Fede, pero no prosperó porque tenía la cabeza acá, donde encaramos una serie de proyectos. Pero esta profusión de eventos y lugares me pone muy contento, que se mueva otra vez esa célula cultural y artística local. Ya habrá oportunidad para volver.

“Una química zarpada”

¿Cuáles son esos proyectos?

-Lo más directo es la cuestión del ensayo. Ya el año pasado habíamos armado una formación grupal de cuatro: Franco Maggi (guitarrista, de la CABA), Francisco Ané (baterista, de Bolívar, habitual ladero de Giarola) y Coco Baldovino (de Quilmes, bajista), para empezar a laburar un material nuevo y también el viejo, para darle ruedo a la banda. Nos juntábamos en una salita en La Plata. En el año nos movimos virtualmente para que las ganas no mueran, y la idea era arrancar el 2021 ensayando otra vez.

En 2020, “hicimos una sesión (musical) a distancia, Refugio; una producción de fotos con Ana del Mar, que nos ayudó con Refugio, para las tapas de los nuevos singles que se vienen, y un video con Guido Bovina, que también es de Bolívar y está en la ‘capi’”, enumeró.

Todo, con el retorno a ensayos entre ceja y ceja, cosa que se concretó en febrero. A la banda se ha sumado el bolivarense Juan Manuel Fagnano Mimb, en teclados. Con el ex Cohetes Lunares Giarola ha compartido escenario al menos dos veces en esta ciudad. Más de un alma sensible ha de atesorar la resplandeciente versión de Celofán, de Babasónicos, que el dúo desenvainó en el Salón Rosa municipal la noche que vino Nito Mestre, y en La Lomada. También se incorporó el platense Juano Loyola, guitarrista que entreteje con Maggi la viola líder y la de base. “Necesitábamos a dos pibes de calidad para cerrar el dream team, con el que estamos súper contentos y ansiosos porque ensayo tras ensayo vemos que hemos conformado una química zarpada”, puso de relieve el piloto del colectivo.

El grupo se encamina a consolidar un setlist para salir al circuito, básicamente el platense y de CABA. Ensayando fuerte en abril, la banda estaría lista para volver al ataque. “La situación (por la pandemia) va fluctuando y tendremos que adaptarnos, pero la idea es estar preparados”, afirmó. “Con el respaldo de la banda el material adquiere otra impronta, si bien hay una esencia que se mantiene”, describió el autor de las canciones.

Antes, verán la luz multimediática una sesión con una reversión de un viejo tema de Lucas, de su primer disco, y tres singles con nuevas piezas.

“Desentramar, pero que tenga el mismo peso que la complejidad”

Veo un salto importante de Planeta Flor, tu primer disco, a Fárrago, que sigue enrolado en el electropop pero es más complejo y oscuro. Planeta Flor es un típico primer álbum, destila inocencia, en Fárrago hay también un salto a la madurez, algo inevitable ya que lo que vayas viviendo se transparentará siempre en tu obra. ¿Hacia dónde rumbea lo nuevo?

-Creo que la tendencia, y ojalá que siempre sea la misma, es la de un cambio evidente entre un material y otro. Es respetable una postura más conservadora de encasillarse o quedarse en un género porque está buenísimo, pero acá juega también mi experiencia como oyente, que va por el lado de la diversidad. Además, sí, interviene mi recorrido personal en lo que voy haciendo. Habrá un cambio ahora. Estoy feliz con cómo se ha dado mi proceso artístico, me parece súper sano cómo fue evolucionando todo, sin presiones y tratando de hacer lo que podía y quería acompañado de gente linda, pero nunca me sentí tan cómodo como hoy. Y esto involucra a la banda y también a todo un equipo que se ha ido formando, con Ana (Colato) en las producciones audiovisuales, Guido Bovina, Mercedes Acuña que nos ayuda con las vestimentas. Se ha constituido un equipo muy amplio que da cuenta de esa madurez, y esa diversificación de tareas ha generado un material final más fino, más procesado y pensado, más cuidado. Me respaldo en todo ese laburo comunitario, ahí te das cuenta cómo lo colectivo ‘garpa’ en lo artístico. Es una cosa si se quiere mucho más profesional, si bien no me cierra del todo esa palabra.

Musicalmente, la “estética pop” sigue siendo la locomotora, aunque cambien los vagones. “Es un género que viene bien, porque da cuenta de la amplitud al ser completamente amorfo”, puntualizó el cantante. En las canciones de Giarola que pronto conoceremos,  conviven “reminiscencias de funk, de soul, de electrónica”, pero siempre fulgura “el gen rock y pop“.

Decías que nunca te sentiste más cómodo, y me acordé de Cerati cantando que nunca se sintió tan bien, en Fuerza Natural. De algún modo tu trayectoria tiene algo de ceratiana: con los años y la búsqueda Gustavo también pasó de un pop si se quiere inocente a uno mucho más denso, no en el sentido de pesado sino de complejo, de más capas.

-Obvio, obvio. Mirá qué loco, todo tiene su doble cara: esta cuestión de las capas, de cierta evolución que se evidenció en Fárrago con respecto a Planeta Flor, ahora es el elemento que tratamos de soltar, o desentramar, para quedarnos con lo realmente importante de toda esa complejidad en este tercer material, que va directo al centro de la cuestión. Encontrar una sencillez, una cuestión minimalista en ese restar, pero que tenga el mismo peso que la complejidad o densidad que había. Esa es la idea. Y obvio que Cerati desde siempre me encantó. No sé si uno se siente reflejado en su recorrido o en el de otros y otras artistas, pero son ejemplos que definitivamente llaman la atención.

Con el líder de Soda Stereo lo hermana además la condición de purista de lo sonoro. “Él ponía el acento en el aspecto técnico del sonido”, y eso interpela a Lucas. “Particularmente desde el año pasado, que comencé la carrera de Tecnicatura en Sonido”, comentó.

Este afán también lo ha motivado a involucrarse en la producción musical para otres artistas. “Colaborar con proyectos no propios, que a Cerati también le gustaba, es otra faceta musical que me interesa indagar”.

Señalabas que en el nuevo corpus de canciones, que quizá podría leerse como un resumen de tus dos primeros álbumes, se concentraron en que sólo quede lo imprescindible. Y contrariamente a lo que suele creerse, siempre es más difícil y arduo quitar que agregar.

-Total. Completamente. Te doy un ejemplo, genérico pero al mismo tiempo concreto, de a qué estamos apuntando: he escuchado mucho últimamente a los Bee Gees. Es una banda galardonada en lo minimalista. Y hay ejemplos más recientes, como Daft Punk. Por lo menos en su último disco, de 2013, dan cuenta de la simplicidad de los materiales con los que se compone una obra. Demuestran que no se necesita nada más que esos elementos contados con los dedos de una mano para producir algo totalmente genuino y orgánico. Lograr eso es lo más difícil, y estamos apuntando ahí. En el vivo también se nota esa simplicidad de elementos, porque nos da margen, un espacio a todos para ‘dibujar’ desde lo instantáneo o espontáneo.

Giarola explicó que no quieren “casarse” con ninguna idea, que la banda “tiene la convicción” de no descartar nada por prejuicio ni aferrarse a algo. El norte es “no agotar ninguna imaginación”, y que esa “diversidad de ideas” sea “transparente y democrática”. Todo, guardándose la libertad de rechazar lo que se considere que no marida con el menú del día.

El grupo ha fijado una suerte de “acuerdo tácito”: están todos “comprometidos con un proyecto solista, el de Lucas Giarola”. Pero a la vez, “todos somos integrantes de ese proyecto y aportamos”. La raíz, en el camino se enriquece y hasta se transforma con el riego y el amor de cada miembro. “Va más allá de que sean mis canciones, mi proyecto solista, intervienen muchas manos y cabezas pensantes, y no hablo sólo de los musical sino de lo audiovisual, la producción y cuestiones vinculadas con la difusión”.

Hay otro cambio grande, vos lo expresás con naturalidad pero pasaste de hacer casi todo solo, a ser parte de una banda.

-A tal punto esta etapa es nueva que yo básicamente dejé la guitarra, ahora sólo estoy cantando y haciendo un par de arreglos con sintetizadores. Es un desafío piola el de soltar el instrumento, que de alguna forma también es un refugio, y dedicarme a explorar la faceta del frontman, descubrir esa cuestión si se quiere más teatral o actoral que tiene el ser el cantante. Es todo muy estimulante.

Chino Castro

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