El pasado lunes 6 de marzo, Lucas Burgos, quien se encuentra instalado en La Plata desde principios del 2021, finalizó el curso de árbitro en la Escuela de Árbitros AAA. La parte teórica tuvo su cierre a finales del 2022, lo que le faltaba era la parte física, que la rindió con creces.
Su camino comenzó allá por el 2021, donde tuvo que cambiar de ciudad y llegar a La Plata, para constantemente viajar todas las semanas a Buenos Aires, para asistir a las clases, tanto prácticas como teóricas. “Fue una decisión que no la tomé solo, se decidió en conjunto con mi familia y mi novia. Lo mejor era ir a hacer el curso, porque lo que yo quería hacer era progresar en el arbitraje y entrar aAFA (Asociación del Fútbol Argentino)”, expresó.
Además, describió que “desde el día uno hice amistades enseguida, hay mucho compañerismo entre todos. Desde el curso te forman como persona, no solo desde las reglas de juego. También soy árbitro de futsal, algo que cuando entré a estemundo, tenía muy poco conocimiento en esa disciplina”.
“Disfruté todo el trayecto, fue muy lindo, fue algo único. Estás en contacto y convivís con los árbitros de primera, te toca dirigir con gente importante dentro del rubro y así vas adquiriendo experiencia junto a los que más saben. Siento que crecí muchísimo desde que me fui de Bolívar hasta hoy. No me creo bueno, pero todos estos conocimientos te permiten ser un mejor árbitro”, explayó.
Luego de recibirse, Burgos seguirá dirigiendo los torneos por la escuela y el sindicato de las AAA junto a la pasantía de AFA. Hace un año y medio que está dirigiendo en AFA como pasante, y, además, el próximo gran objetivo es “esperar que me elijan para hacer la homologación cuando quieran incorporar árbitros nuevos a AFA”, indicó.
Uno de los pilares más importantes en todos estos años para Lucas fue Maximiliano Castelli, árbitro profesional bolivarense, que tiene constante actividad en la Liga Profesional de Fútbol y en la Primera Nacional. Sobre él, Burgos manifestó que “desde que lo conocí es mi referente. En la forma de ver y hacer las cosas, ir por el camino correcto. Aprendí que además de ser buen árbitro, lo que importa es que te elijan como persona, siendo esto lo principal que te remarcan en la escuela de la AAA. Dentro de la cancha yo voy tomando mi rumbo y cada uno, dependiendo de su personalidad, elije como dirigir”. La prueba física consistió en seis pasadas de velocidad de 40 metros en 6 segundos, y luego de eso, 40 piques de 75 metros en 15 segundos de carrera por 20 segundos de caminata entre cada uno de los piques. Como dato, la prueba la llevaron a cabo los estudiantes durante todo el año, pero para aprobarla, la primera de todas había que hacer como mínimo 28 piques, luego 32, después 36 y por último 40 si o si para realizarla con éxito.
