El regreso de la música en vivo con público, y bajo estricto protocolo, tuvo lugar en La Lomada, casa de bandas el pasado domingo.
Tras casi 7 meses sin shows musicales con público, finalmente sucedió la magia, la vuelta a los escenarios, y no podía acontecer en un lugar que no sea La Lomada, un cálido lugar de la ciudad, que trabajó mucho, con gran responsabilidad, para que la vuelta sea cuidándonos entre todos, y disfrutando de eso que tanto adoramos, que es el encuentro con otros a través de la música.
Rara la sensación de llegar a un lugar que a todos nos roba una sonrisa, escondiéndola detrás de un barbijo, pero a la vez es reconfortante ver que podemos asumir responsabilidades colectivas, para tener la seguridad de que nos estamos cuidando y tomando los recaudos correspondientes, para poder acceder a estos espacios artísticos que tanto deseamos y extrañamos durante la cuarentena, que ahora nos propone esta “nueva normalidad” en la que debemos acatar los protocolos.
El protagonista del regreso de La Lomada fue Raúl Chillón, anfitrión a la vez del espacio, junto a su compañera Romina García, con quien tuvieron la responsabilidad de elaborar el protocolo, presentarlo, y luego ponerlo en marcha el domingo. Romina, “Freezer Woman”, a su vez, fue la responsable de la gastronomía del evento, e hizo que el domingo al mediodía, además de reconfortarnos de amor a través de la música, también lo hicimos a través de la comida, con unas exquisitas papas rústicas y unos novedosos “sanguches de pizza”, que elevaron aún más el gran plan de ir a La Lomada.
El show de Raúl fue impecable, como siempre. Recorrió canciones de su disco Cuatro Caminos, y también tocó canciones que surgieron con posterioridad a la grabación de éste. E incluso, se dio el gustazo de dedicarle una canción a su compañera Romina, con la que inició el show, que había escrito el día anterior, en medio de toda la adrenalina que le generaba la vuelta de La Lomada. También Raúl compartió la canción “A la infancia”, grabada en cuarentena junto a Clara Tiani, Nicolás Holgado y Diego Peris, quienes lo acompañaron en vivo también, respetando el protocolo de distancia y el uso de barbijo, y con gran alegría porque, para ellos, también fue la vuelta al escenario con público, al menos en una canción.
Fue un domingo maravilloso, de completo disfrute colectivo, porque, a pesar de los barbijos, las distancias entre las mesas, el no poder abrazarse, todo eso sucedió de otra forma; los abrazos fueron las canciones, los aplausos, las miradas de almas emocionadas deseosas de estar ahí y reencontrarse con quienes comparten el mismo amor por el arte en un lugar tan cálido como La Lomada, donde los responsables del espacio, Raúl y Romina, se pusieron al hombro la realización de un evento social en este contexto tan sensible que atravesamos, y estuvieron sumamente a la altura de las circunstancias, demostrando que se puede disfrutar del arte responsablemente cuidándonos entre todos.
La Lomada ya tiene su segunda cita, y será el próximo domingo 15 de noviembre con la presentación de Medio Pelo. El valor de la entrada será de $200 (incluye un cono de papas) y ya se pueden reservar los lugares.
L.G.L.
