Para los que se resisten a reconocer que Bolívar sigue siendo un pueblo de campo, aquí va una muestra que quizás les sirva. En Arenales y 9 de Julio, como si fuese una mansa mascota, un ternero Holando aprovechaba hoy el fresco y abundante pasto que crece en las veredas.
Quizás el dueño del animal sea un novedoso emprendedor que promocione al noble animal como cortadora de pasto ecológica, sin ruidos molestos ni contaminación ambiental por la quema de combustibles y, en tal caso, habrá que comprender que en estas épocas de dificultades económicas pueda ser un modelo a respetar e, incluso, a permitir e imitar.
No sabemos acerca de la existencia de un tambo demasiado cercano, ni una chacra en la que se críen estos simpáticos ejemplares “a guachera”, de modo que es dable presumir que alguien está engordando al hermoso ternero, ya casi novillito, en el patio de su casa. El collar rojo colocado sobre su cogote y el brillo de su pelaje dan la pauta de que está muy bien cuidado; pero dados los kilos que ya acumula también es casi seguro que prontamente alguien se olvidará del trato como mascota y su destino sea mejorar la dieta cárnica de algunos vecinos.
