5 de octubre de 2020

Opinión

Opinión. La travesía del fantasma latinoamericano: Golpe blando y lawfare

Escribe:Lic Adriana Macchia


No parece casualidad hablar de “golpes blandos” en América latina. En estos tiempos es más una causalidad este fenómeno que azota a la región.


“La naturaleza de la guerra en el siglo XXI ha cambiado, el combate ahora es con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas", dijo el politólogo estadounidense, Gene Sharp, quien lo definió como una estrategia de “acción no violenta”, que no recurre a la fuerza bruta para hacerse con el poder.


Sharp asegura que en los Gobiernos, si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder, por ello hay que desgastar a los  gobiernos y arrasar la institucionalidad, donde el poder mediático, en sociedad con el poder judicial, se convierten en un gobierno paralelo que impide el desenvolvimiento democrático; siendo guerra el lawfare judicial y golpe blando, las “armas que en la actualidad se usan para derrocar gobiernos sin tener que recurrir a las armas convencionales”.


Las gestiones latinoamericanas siguen bajo el acecho de las potencias que pretenden re- apoderarse, de las democracias soberanas y sus recursos.


El concepto “golpe blando” tomó fuerza gracias a los acontecimientos dados al sur del continente,  golpe de estado blando, suave o encubierto es un dispositivo de dominación de masas,  un conjunto de técnicas conspirativas no frontales, una promoción de factores de malestar: desabastecimiento, criminalidad, manipulación del dólar, conflicto en las calles con violencia para protestar,-sin motivo explicito o hacer denuncias de corrupción sin sustento real.


El objetivo es desestabilizar un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder, para ello hay que travestir una minoría en mayoría, usando los medios de comunicación y amplificando dichos reclamos, crispando las controversias y fomentando enfrentamientos, lograr desgastar a la verdadera mayoría que gobierna, hasta hacerla caer por medio de  farsas judiciales, como fue en Honduras, o parlamentarista, como en Paraguay o forzando una intervención extranjera, con la legitimación de un gobierno paralelo en Venezuela, o en Brasil el Golpe Blando a Dilma Russef, o el de Evo Morales en Bolivia.



  1. Lacan en su obra “El atravesamiento del fantasma”, hace un desarrollo sobre el fin del análisis y su analizante, postula que hay tres etapas o momentos que se tienen que atravesar: el desarreglo que  se  produce -por la inseguridad-la deflación o el  desvestimiento del deseo y el desanudamiento del analizante con su analista.


Si hacemos una reflexión sobre nuestra transferencia crónica con el neoliberalismo, ¿no será  hora de que ejercitemos el  fin de este vínculo alienante y atravesemos el fantasma? ¿Que superemos una etapa miedos e inseguridades haciendo una separación ideológica con el neoliberalismo, al cual  hemos vestido con ropajes ilusorios y engañosos? ¿No será  el momento de desear otra cosa para lo cual sería promisorio  que desanudáramos este nudo de dolor, pobreza, desigualdades,  injusticias, golpes de estado y ahora golpes blandos?

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