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lunes, 13 de mayo de 2024
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La noche de Mamba Negra

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El jazz, cuya palabra proviene de “jass”, vocablo que usaban los negros del sur de los Estados Unidos para referirse al comercio sexual, posee una rica historia tan apasionante como su música misma. Con su pasado de ritmos traídos de África quinientos años atrás, el jazz tuvo en el sur de Norteamérica una gran caldera donde se cocinó una poción mágica: negros spirituals, gospel, blues, worksong: música religiosa mixturándose con música profana. Comenzará a tomar su forma en la Guerra de Secesión cuando los negros tomaron contacto con los instrumentos de viento de las bandas militares (trompeta, trombón, clarinete, tambor). Derrotadas las tropas sureñas, los esclavos obtuvieron su libertad y los músicos incorporarían los instrumentos de viento de las bandas militares, (disponibles en casas de empeño y de compraventa a precios muy accesibles). Estos músicos formaron bandas que hacían música en los entierros, actos políticos, bailes, y además, pasaron a formar parte de le escenografía del prostíbulo, lugar en el que descubrirán el piano.
Podemos afirmar entonces que el jazz, nacido de madre prostituta y de padres curas y militares, tiene su punto de partida en Nueva Orleáns para luego diseminarse en casi todos los lugares del planeta.
Aquí en Bolívar también se cultiva el jazz, y englobamos en el jazz toda la música negra relacionada con ése género (blues, funk, rhythm and blues y otras derivaciones). El guitarrista Ariel Tardivo, como solista, en La Destilada y en La Destilada Evolution es uno de los principales referentes del género, aunque también están sus compañeros de grupo Jorge Suárez, Diego Peris, Pepo Villanueva, Álvaro Damiano, Eduardo Real, quiénes junto a Franco Exertier, Jorge Godoy, Hernán Moura, Nico Holgado, Clara Tiani han hecho jazz al menos en algunas oportunidades.
Hace un tiempo se sumó a la escena musical local Mamba Negra, un cuarteto que se distingue por su repertorio exclusivamente afroamericano, está integrado por Nicolás Tico Álvarez (saxo), Juan Pedro Garavano (guitarra), Bruno Irastorza (bajo) y Lolo Blandamuro (batería).

Poniendo nombre de apuros
Hay muchas anécdotas al respecto: un día Pipo Lernoud juntó a Ben Molar con Miguel Abuelo. Ante la requisitoria de Molar de si hacía música y tenía un grupo, Miguel le contestó que sí y que se llamaba Los Abuelos de la Nada. No tenía nada armado, sólo que Miguel en ese momento estaba leyendo Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal y tenía bien presente una frase del libro: “Padre de los piojos, abuelo de la nada”.
La agrupación Bolívar Tango debutó en 1974 en el Club Racing de Olavarría en un recital a beneficio para los damnificados de la inundación en Pehuajó. No sin apuro se formó un grupo integrado por Mario Rossi en piano y dirección, Jorge Riccio en bandoneón, Humberto Cacho Borzillo en contrabajo, y Jorge Soria y Néstor Darino como cantores. Cuando llegó el momento de la presentación el locutor preguntó cuál era el nombre del grupo, al no obtener respuesta alguna de sus integrantes, el presentador los bautizó como Bolívar Tango.
También ocurrió con nuestros invitados de hoy. A fines de 2018 Tico Álvarez hacía tratativas con Nacho Castellani para tocar en el festival Birrock. “Me preguntó por el nombre de la banda, pero todavía no lo teníamos – dice Tico – ni siquiera habíamos ensayado, la situación se fue dilatando hasta que llegó la hora de hacer los anuncios de las bandas que tocarían en el festival. Me llamó una noche y yo justo estaba mirando Kill Bill, la escena que pasaba Mamba Negra, así que le mandamos Mamba Negra, que al final suena muy bien.”
Aquí hacemos un alto para detenernos en Tico a sus catorce años, aprendiendo guitarra y escuchando casetes todo el día. En una ocasión viajó a La Plata a visitar a su hermano que vivía enfrente de Plaza Italia. Desde el balcón pudo divisar a un pibe que estaba tocando el saxo, inmediatamente bajó para saber más sobre el instrumento. Ese flechazo inicial lo marcó a Tico, tiempo después cambiaría la guitarra por el saxo. A sus veinte conoció a Jeremías García y Juan Pedro Garavano, que ya eran músicos. “Me pasaron un disco de B. B. King y cuando lo escuché me transformó, me encantó, nunca más deje de escuchar música afroamericana, como blues, jazz, funk, soul – nos cuenta Tico – Músicos referentes tengo muchísimos, pero los que más me gustaron que fueron los primeros que escuché, Charlie Parker, B.B. King, Hank Crawford, Groover Washington, Art Pepper, Stanley Turrentine, la lista es larga.”
Por su parte, Bruno Irastorza, el bajista del grupo, comenzó a tocar en 2012 a instancias de Pepo Villanueva y el ‘Gara’. Su primera banda fue El Quirófano de Aldo; luego vendría Mamba Negra. “Comencé a escuchar el repertorio de Mamba hace poco tiempo gracias a Tico, los chicos de La Granja, Lolo, el Flaco Holgado, toda gente del mismo palo”, dice Bruno que en cuanto a influencias cita: “Diego Arnedo en un principio, Marcus Miller, Víctor Wootten, y Guillermo Vadalá, últimamente.”
Mamba Negra nació con el propósito inicial de participar en el Birrock. Tico Álvarez regresaba a Bolívar desde La Plata, luego de haber integrado La Granja & Los del Mondongo junto a tres coterráneos, Pepo Villanueva, Jeremías García y Juan Pedro Garavano. Tico se contactó con Lolo Blandamuro (transitaron juntos la escuela primaria), luego ingresaría Bruno Irastorza y finalmente Garavano, que está radicado en La Plata pero pasa los veranos en nuestra ciudad.
Les fue tan bien en ese festival que decidieron continuar con el proyecto.
“Cada uno de nosotros fue proponiendo nuevos temas y engrosando una lista siempre relacionada con la música afro: blues, funk, jazz. Siempre mantenemos ese estilo, a diferencia de La Granja que era una banda con cantante, Mamba Negra es instrumental”, dice Tico
Dentro del granado repertorio que maneja el cuarteto podemos citar al guitarrista y cantante George Benson; el saxofonista tenor Stanley Turrentine; Hank Crawford, que comenzó tocando saxo barítono y luego se pasó al alto; el saxofonista Donaldson, que en sus inicios cultivó el bebop influenciado por Charlie Parker; Maceo Parker, cantante y saxofonista; y el trompetista Dizzy Gillespie, uno de los pesos pesados de la historia del jazz.
Aparte del mencionado Birrock, los Mamba Negra participaron del cierre de la octava edición del Festival de Cine Leonardo Favio (en ausencia de su guitarrista titular, el violero fue Nico Holgado); en febrero de 2019 se presentaron en Las Tranquera con invitados: Nico Holgado, una suerte de quinto integrante y la voz de Clara Tiani. En el verano de 2020 participaron en Me Encanta Bolívar; luego vendría la pandemia.
Después de un largo período de abstinencia debido a la cuarentena, el viernes 5 de febrero pasado Mamba Negra volvió a tocar, y en Bolívar. El escenario fue en Lo de Fede, un espacio cultural que se abrió este verano. Hacía un largo tiempo que los chicos se debían un recital como el de esa anoche. Huelga reiterar cómo la vienen remando todos los artistas en estos tiempos, pero ese viernes Tico Álvarez, Juan Pedro Garavano, Bruno Irastorza y Lolo Blandamuro se dieron el gustazo de tocar y sonar como ellos querían: grandes joyas de la música afroamericana brillaron desde la óptica de Mamba Negra, un cuarteto que sigue creciendo (la búsqueda de una o un cantante no hace más que prometer nuevos vuelos artísticos de la agrupación).
Los invitados, Juani Martínez y Nico Holgado, el excelente sonido, y la propuesta de Lo de Fede, que es cenar rico y escuchar música al aire libre rodeado de pinos y álamos bajo un cielo tamizado de estrellas, fueron condimentos que terminaron de redondear la hermosa noche del retorno de Mamba Negra.

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