La lectura es la práctica más importante en el estudio y su velocidad dependerá de la clase de material y los propósitos del lector.
Saber leer más y mejor es una preciosa habilidad que debe adquirir el hombre.
La escuela, desde los primeros años de la escolaridad, debe introducir al educando en la lectura dinámica y comprensiva.
La lectura es un proceso complejo que alcanza:
1) Un movimiento de recepción sensitiva que comprende ciertos movimientos adecuados de los ojos.
2) Una etapa cerebral en la que se elabora el significado de los símbolos impresos. La eficiencia de la lectura depende de que estos dos aspectos estén ampliamente desarrollados.
Es natural que la percepción dependa de ciertas condiciones ( iluminación, estados de los ojos) y de otras psicológicas ( la tranquilidad, la atención, la distención).
Los defectos más comunes que obstaculizan una lectura correcta son las regresiones, la vocalización y la sub vocalización.
Estos defectos surgen durante los primeros años escolares que hay que ir corrigiendo.
La regresión consiste en volver atrás para ver lo ya leído. Esa regresión puede ser: por no haber captado la idea, por no haber captado bien alguna palabra o por hábito.
Si no se ha captado la idea, es aconsejable seguir leyendo para descubrir en los párrafos siguientes el sentido del texto. Si éste es difícil o complejo, se justifica la regresión.
La vocalización, consiste en la lectura en voz alta. Al vocalizar se está pendiente de cada palabra.
La sub vocalización, consiste en ir pronunciando lentamente la palabra. Esto se da en las primeras etapas de aprendizaje de la lectura, cuando se adquirió el hábito de apoyarse demasiado en imágenes y palabras concretas para captar las ideas.
En forma lenta, el docente puede enseñar a leer en forma activa captando el mensaje del autor.
La percepción visual perfecta debe ser rápida, precisa, amplia y rítmica.
Lo esencial de la lectura es la comprensión y la actividad mental correcta.
Lo importante es descubrir el pensamiento del autor y recibir su mensaje.
Hay dos formas de lectura: oral y silenciosa. Ambas son necesarias para el desenvolvimiento del individuo en el aspecto social y su realización individual.
Todo docente sabe la importancia que tiene el dominio de la lectura en la vida de la niña y del niño, no solo en la escuela como actividad escolar, si no para acceder a la información, a la cultura y al placer que la lectura puede brindarle.
Lo dicho implica respetar la marcha natural de ese aprendizaje en cada alumna y alumno.
El educador no debe limitarse solamente al uso del libro de lectura. Seleccionará textos en lengua informativa y expresiva, recurriendo a obras literarias o informativas, a periódicos y revistas. Es conveniente que los textos presenten temas variados ejemplificando distintos tipos de lengua.
Las lecturas deberán:
*Contener una idea completa.
*No ser demasiado extensas.
*Ser adecuadas a la edad psicológica de las alumnas y de los alumnos.
*Responder a los auténticos intereses de las alumnas y de los alumnos.
Interés y comprensión están relacionados. El interés del educando en lo que está leyendo incide en su comprensión.
Cualquier lector comprende mejor cuando está interesado en lo que lee.
Una manera adecuada de fomentar el hábito de la lectura es brindar a los escolares la posibilidad de seleccionar su material de lectura a través, por ejemplo, de la biblioteca escolar o del aula.
