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La informalidad laboral en tiempos de Coronavirus

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Desde el municipio, con buen tino, comenzaron a expedir credenciales de “libre tránsito” a aquellas personas que puedan demostrar que tienen que salir de sus hogares para acompañar a un adulto mayor en su hogar. Bolívar, con un 25 % de su población de adultos mayores, tiene de estos casos de a miles; pero el problema surge con la informalidad laboral.

Uno de los principales requisitos que se pide en el edificio de la Sociedad Italiana, donde se está expidiendo estas credenciales, es que acrediten ser cuidadores domiciliarios. Se sabe que al curso lo han hecho pocas personas en la ciudad comparado con la gran cantidad que trabaja de ello, y que la mayoría está empleada por el municipio o las obras sociales, tal nos relataba el intendente Marcos Pisano en un cruce informal de conversación telefónica.

Si bien desde la modificación de la Ley que rige el trabajo en casas particulares en 2013 se avanzó bastante en el blanqueo del personal, todavía sigue siendo uno de los sectores que más gente en negro tiene, todo ello pese a que el costo para “blanquarlos” es mínimo. Falta  mucha información al respecto, tanto de empleados como de empleadores, pocos saben que en muchos casos inscribirlos en la AFIP cuesta el 5 % del sueldo que perciben estos trabajadores.

La larga cola que se formó en la Sociedad Italiana era de gente que trabaja con adultos mayores pero que en la mayoría de los casos no está registrada. Cuando les pedían el certificado de cuidador domiciliario, no lo tenían, y cuando les solicitaban el recibo de sueldo, tampoco podían presentarlo, por lo que comprobar que esa gente trabaja, que de seguro lo hace, es muy complicado.

Hay que tratar de no entrar en la discusión de que los “cuidadores domiciliarios” son los que hicieron el curso y los que tienen el diploma colgado en su casa. Los que trabajan de cuidadores domiciliarios son muchos más que los que tuvieron la oportunidad de cursar, y en muchos casos mucho más experimentados y formados por la experiencia. En todas las profesiones hay buenos y malos trabajadores, y la condición de tener un título o no, en estos casos no necesariamente los hace mejor que otros.

Lo indicado sería recomendarle a los cuidadores domiciliarios que en estos tiempos de posibles infecciones letales para los adultos mayores, tendrían que extremar los cuidados (seguramente ya lo han hecho) y que quien tiene la chance de quedarse con el abuelo durante la cuarentena internado en la casa de su empleador, que trate de hacerlo y salga sólo lo necesario. En algunos casos esto se podrá porque es cuestión de ponerse de acuerdo entre las partes, y en otras no porque quien cuida a un adulto mayor tiene una vida en su casa, hijos y cónyuges que atender, etc.

Para aquellos que no pueden pasar la cuarentena con sus empleadores y deben seguir con el horario normal (generalmente los acompañan por las noches), en su credencial de libre circulación debería existir el horario de ingreso y egreso de trabajo, y una tolerancia de 15 minutos más-menos para que puedan circular tanto antes de entrar como de salir.

Hijos con padres adultos mayores

Otra de las problemáticas que se planteó esta mañana en la Sociedad Italiana fue la concurrencia de los hijos que tienen padres mayores a los que ir a atender una o dos veces por día. En ese caso se les estaba pidiendo que concurran al médico de cabecera y que con una autorización de éste podrían circular hacia la casa de su familiar sin mayores problemas.

Lo ideal en este caso también sería poder extenderle la credencial, pero a un solo hijo, y limitarle los horarios de salida y regreso, con tolerancia también de 15 minutos más-menos para que no tengan inconvenientes. No se puede dar un “cheque” en blanco para que todo el que tiene que hacer algo que es imprescindible pueda salir porque de esa forma el confinamiento no termina siendo tal.

No es fácil la tarea que afronta el municipio ante estos casos, y es entendible que la gente que tiene que ir a trabajar o a proveer de pastillas a sus padres o abuelos tenga una situación de estrés anormal porque va en busca de un permiso que posiblemente no le den o se encuentre con alguna traba lógica. Lo ideal es actuar con paciencia y explicarse de la mejor manera para ser entendido y tratar de llegar a un buen término para todos.

Seguramente en los próximos días todo se va a ir solucionando porque comienzan a aparecer inconvenientes que en la vida diaria y normal no se presentan. Es cuestión de entre todos entender la situación y saber que lo mejor es quedarse en casa, y si no se puede, obrar con la mayor responsabilidad posible.

Angel Pesce

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