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La huerta agroecológica, una saludable realidad que crece de la mano de Ramiro Amado

Ramiro Amado comenzará el lunes 3 con las charlas y la entrega de semillas en los CAPS de esta ciudad.

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El programa PRO Huerta del INTA nació hace 32 años. Desde hace diez años este proyecto de economía social y agricultura familiar permite que las familias de Bolívar aprendan a trabajar la tierra, produzcan alimentos saludables y tengan un ingreso. El profesor Ramiro Amado fue el impulsor en esta ciudad. En el comienzo de la entrega de las semillas de la colección primavera -verano mantuvimos un largo diálogo con él, en el cual nos cuenta detalles del programa y sus vivencias en todo este tiempo.

El profesor Amado contó que “la capacitación y entrega de semillas es una buena excusa para juntarnos e intercambiar experiencias, contarnos como nos fue con las semillas anteriores, como anduvieron las huertas, que hacemos con las situaciones climáticas que tenemos y los problemas con los que nos encontramos.

El referente de INTA apunta a que todas las personas interesadas en tener su propia huerta puedan acceder a las semillas, es por ello que desde el día 3 de octubre y hasta el lunes 17 estará realizando las charlas taller en los Centros de Atención Primaria de todos los barrios de Bolívar. “El cronograma está diseñado para que todos puedan acceder. Durante nueve días voy a estar a partir de las 13.30 horas reuniéndome con la gente que se acerque para charlar de cuestiones básicas que hay que tener para la huerta, buscamos estar en todos los puntos del partido y descentralizamos los lugares de entrega en busca de que sea cómodo y de que la gente se pueda acercar”, dijo Amado.

“La horticultura es un mundo hermoso. Hoy vemos mucha gente nueva interesada en incurrir en esto, gente joven que se acerca por cuestiones de salud, porque tienen otra mirada con los hábitos saludables y que la gente mayor por gusto o por cuestiones económicas. La huerta pega en todos los niveles de la vida con diferente onda y eso es muy lindo”.

Más allá de que PRO Huerta es un programa nacional del INTA, a nivel local vos sos la persona que impulsa, educa, insiste y sostiene en el tiempo. Sos el referente que muchos buscan para iniciarse e incluso las instituciones educativas te llaman a vos al momento de enseñar…

El programa PRO Huerta en agosto cumplió 32 años y nace con la intención de asegurar la alimentación saludable en los nutricional a partir de poner una semilla hortícola en la tierra en cualquier espacio para todas aquellas familias que no tienen el acceso a buenos alimentos. Hoy seguimos buscando eso que a las mesas lleguen alimentos sanos, que sepamos qué es lo que comemos, con que nos alimentamos y una de las bases que tiene Pro Huerta es trabajar en educación en la gente grande y en los niños. En el caso mío como soy docente tengo más facilidad y más llegada a todo lo que es sistema educativo y también porque conozco a los actores del sistema.

El programa siempre funcionó con las escuelas en todo el país, con diferentes estrategias de los diferentes técnicos, pero los técnicos de Pro Huerta somos todos medios parecidos, tenemos el mismo perfil y un mismo chip por decirlo de alguna manera. A esto le sumamos la cuestión profesional de cada uno hacía donde los guiamos.

El programa con el correr de los años cambió y también creció muchísimo, con ello la concientización a la hora de generar nuestros propios alimentos. ¿Cómo se logra esto?

Antes cuando arrancaba el lanzamiento de semillas dejábamos una notita en los casilleros de las escuelas y en el Consejo Escolar comunicando que había comenzado la entrega de semillas para que cada escuela viera sí les servía, por ejemplo en el caso de las escuelas rurales como una forma de llegar con las semillas a las familias más lejanas y por otro lado para abrirse a las capacitaciones cuando llegaba el momento de hacer los germinadores y a partir de todo eso siempre quedamos como referentes. En estos diez años he pasado por todas las escuelas de Bolívar, Urdampilleta y Pirovano, en todas he estado y hemos hecho algo, solo me queda un sector en San Andrés, otro en la zona de la Escuela N°8 y en Marsiglio. Esto también depende de la iniciativa y de la inquietud de la gente de la Comunidad Educativa.

Mi objetivo cuando ingresé hace diez años a Pro Huerta era trabajar con jóvenes. Hemos estado en guarderías y es hermoso trabajar con los chiquitos. Ellos ponen su semillita y cuando ven que nace una planta de zapallo por todos lados se ponen súper felices y eso no se olvida.

¿Las escuelas de la localidad tienen sus propias huertas?

Sí y afortunadamente son muchas. El miércoles hicimos en la escuela de Unzué una huerta con los chicos del jardín, el miércoles estuve con los alumnos del Jardín N° 1 haciendo macetitas con los chicos y comenzaremos a hacer una huerta encubierta, durante la exposición rural hicimos una jornada para muchas escuelas con el grupo Uniendo Sonrisas. Estamos trabajando también con los chicos de sexto año del Instituto Jesús Sacramentado que van a hacer una huerta cubierta en el jardín y en la Escuela N°40 tienen también una hermosa huerta. También la Escuela N°22 de Urdampilleta siempre estuvo muy ligada a las huertas y en la charla estuvieron los niños de tercer grado que los tengo que ir a visitar. En todos los Centros Complementarios con alguna docente siempre se hace huerta. También hicimos en algún momento en la Escuela N° 7 y en la Escuela 2 funciona y ahora me están llamando para que iniciemos la huerta de la primaria.

Y para vos debe ser muy satisfactorio ver esto. Metafóricamente podemos decir que vos plantaste una semilla hace diez años y que hoy tenés una huerta gigante con gran parte de la comunidad…

Tal cual. Justo eso de la semilla yo lo uso en todas las charlas y digo “dejemos de usar la metáfora de las semillas para hacerlo literal”.  Hablamos de sembrar la semilla del futuro, sembrar la semilla en los jóvenes para… y yo digo sembremos la semilla en serio para ver que sale y después que nos da esa semilla, adonde llegamos.

Después de 10 años me encuentro con alumnos míos que vienen a buscar semillas, chicos de entre 20 y 30 años que están con la onda de comer saludable y que porque alguna vez yo pasé por algún lugar o me cruzaron en una escuela saben en donde pueden ubicarme para buscar semillas para empezar con la huerta, cuando los recibo y me cuentan adonde me conocieron o porqué vienen es una satisfacción muy grande y te da mucha energía para seguir.

¿Cuál es tu sueño con esto? ¿Cuáles son los próximos objetivos?

Cuando concursé hace diez años para ser técnico de Pro Huerta yo siempre decía que para mí Pro Huerta era entregar la semilla con cada capacitación, aprender que esa semilla me dé algo de la mejor manera, después utilizar esa verdura para consumo o producir semilla  y sí tenemos ese excedente, nos va fenómeno y podes regalar esa verdura que nos sobró o podemos conseguir semilla propia para regalarle a un vecino también apuntar a llegar a la venta de ese excedente sí nos viene bien económicamente. La para que me falta es la del valor agregado a través de un producto, por ejemplo, hago acelga y se la vendo a una persona que hace ravioles o cosecho ajíes y hago conservas y los vendo. Apuntamos a que de cada huerta salga un emprendedor.

¿Qué te dejan a vos las charlas?

Las reuniones que tenemos con la entrega de semillas son un ida y vuelta. Entregamos las semillas y a cambio intercambiar saberes. Los técnicos de Pro Huerta de todo el país, el 60% de la información que manejamos es del contacto con la gente, de las charlas, de intercambiar experiencias y el otro 40 son los fundamentos científicos para poder explicar esas experiencias.

En cada zona hay realidades distintas por las variantes de suelos, lluvias y demás…

Dentro de la misma ciudad ninguna huerta es igual. Yo digo que la huerta que te da de comer es la huerta que funciona, entonces sí vos tenés un vecino que a él le fue bien y a vos te fue mal, lo que tenés que hacer es compararte con el vecino para ver que tiene que vos no tenés o que hace que vos no haces, porque cada suelo cambia. Sí tenes un suelo en el fondo de una casa y hubo una construcción antes, vas a tener un terreno con escombro que te va a generar un PH distinto. Sí una persona hace compostaje y revuelve los residuos orgánicos con la tierra y va generando un espacio para la huerta va a tener otro resultado. Son muchas las variantes y todo eso es lo que hablamos en las charlas.

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