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miércoles, 24 de abril de 2024
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“La gente no come televisores porque tiene hambre de comida”

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Factores que no fueron tenidos en cuenta. La influencia del ‘voto heladera’. La precarización laboral, la desocupación, el hambre “de comida” que relega al apetito por la mentira televisiva, la embestida contra derechos históricos, la devaluación y la “inflación permanente”. “El colchón del estado de bienestar generado durante doce años comenzó a desarmarse. Y el pueblo se empezó a dar cuenta”, dice el dramaturgo y militante peronista Duilio Lanzoni, convocado a analizar el cimbronazo de las PASO.

 

La paliza electoral que la oposición le dio al oficialismo fue sorpresiva para todos. ¿A qué obedecen esos resultados?

-Hay varios factores que deberían haberlo preanunciado. Uno, que en las elecciones previas el gobierno había obtenido segundos y terceros lugares a distancia bastante grande del Frente de Todos. Se daban en provincias de poca cantidad de votos, pero debieron haber constituido tendencia. Eso sumado a esta práctica que no es de 2015 sino que lo antecede, de plagar la información de datos falsos. Las posverdad, las fakes news, el big data. Términos en inglés para denominar a la mentira.

 

La posverdad es la neomentira.

-Sí. Son expresiones que suenan grandilocuentes y cool, en otro idioma. Esta construcción llegó a su punto cúlmine cuando el viernes, hasta el propio presidente, de tanto mentir, se creyó la mentira, y los mercados se comieron el amague, de modo que produjeron ese alza que desembocó en una baja estrepitosa y lo que ya sabemos con el dólar.

Hay varias expresiones, como el voto heladera: la gente abrió la heladera, la encontró vacía y comprendió que hacía cuatro años no le pasaba lo mismo.

Yo creo que ha habido un derrame pequeño, pero sostenido, de quienes en 2015 habían votado a Macri. Siempre partiendo de otra base: tomamos como referencia el ballotage, donde Macri superó el  50 por ciento, pero en las dos vueltas previas su núcleo de votantes es similar a lo que obtuvo ahora. Es un tercio más o menos de la población que se juega por una opción de derecha neoliberal, que en muchos casos atenta contra sus propias necesidades y expectativas. Digo esto porque desde la rotura del contrato social con los jubilados y la reforma previsional, encabalgado en el triunfo que había obtenido en las elecciones de medio término, el oficialismo empezó a padecer una sangría por cuentagotas de votantes. Que los maestros, que los rubros donde se producían despidos, que las pymes que cerraban, que la violenta devaluación de 2018, que dejó sus secuelas, que la inflación permanente. Son indicadores que no debieron ser ignorados. Porque si lo comparamos con 2015, la situación es totalmente inversa: la gente, con los cuestionamientos que puedan hacerse, estaba diez veces mejor. Llenaba la heladera, podía viajar y todas esas cosas que a González Fraga le molestaba que los ‘clase media’ estuvieran haciendo. 

 

Si la víscera más sensible es el bolsillo, como decía Perón, duele más ahora.

-Sin ninguna duda, porque las condiciones han cambiado sustancialmente. El colchón del estado de bienestar generado durante doce años se empezó a desarmar. Y el pueblo se empezó a dar cuenta que perdía el trabajo, que no le alcanzaba para llegar a fin de mes, que se precarizaba su relación laboral, que se lo amenazaba con precarizarla aún más, con quitarle derechos obtenidos no durante el kirchenrismo, sino durante el primer peronismo. Y todo esto en un marco de desmanejo y descontrol gubernamental en muchos pequeños detalles, fue sumando para construir esta nueva mayoría, a partir de otro elemento, imprescindible: la unión de todos los sectores del peronismo, que volvieron a la foto previa a las elecciones de 2011.    

 

BENDITAS ORGANIZACIONES INTERMEDIAS

Para el director del grupo teatral ARTECON, tras su victoria en urnas en 2017 el oficialismo creyó que “había constituido una nueva hegemonía”, como para instalar un régimen neoliberal “de los más violentos” en un mundo de gobiernos de derecha que son proteccionistas con lo suyo, cuidan su industria y no se entregan a los oscuros designios de la timba financiera. “Pero lo que hay que tener en cuenta es que este grupo de gente, que es parecida a la que estuvo hasta el 2011, son sus hijos, no construye un proyecto de país, sino uno personal, de sus negocios y empresas, y poco y nada le interesa el bien común, el resto de la población, en tanto y en cuanto esa población pueda significar, como lo marcan reiteradamente, un costo. Y como los costos son pasibles de ser achicados, precarizan al trabajador para que sea moneda de cambio”.

Claro que esta intentona de “construcción de nueva hegemonía” se raspó la frente contra “una tradición de muchas décadas de lucha” protagonizada por el sector más ideologizado y combativo de la población argentina. “Porque como dice Juan Carlos Monedero hablando de España y de Podemos (es uno de los fundadores), la diferencia de Argentina con otros países de América y del mundo, está dado por las organizaciones intermedias: sindicatos, agrupaciones de desocupados, todo este tejido social intermedio que fue la red de contención más fuerte contra la embestida neoliberal, lo que protegió a un gran sector que estaba confundido, engañado, con una necesidad de cambio impuesta desde afuera, de un golpe mucho mayor, y quizá sí de la construcción de una hegemonía neoliberal”.

 

El periodista Mario Wainfeld habla de que han salido a la calle los mismos de siempre, pero también otros que no salieron nunca, y que eso fue erosionando al gobierno de un modo que quizá no haya sido advertido en su magnitud.

-Y agreguemos el crecimiento exponencial del colectivo feminista, del la problemática del aborto legal, de la violencia de género, que se incorporaron a la agenda de las movilizaciones y la resistencia, y que significaron una transversalidad de esta reacción que ha posibilitado esto que venimos hablando. 

 

El discurso de la prensa hegemónica es uno de los grandes perdedores de esta elección. La gente no come televisores.

-Sí. La gente no come televisores porque tiene hambre de comida. Cuando no tiene hambre de comida es probable que coma televisores. Eso explicaría los vaivenes de la votación de un tercio de la población, que un día está con Cristina y otro día con Macri. Pero no dejo de pensar que el televisor, la televisión, sigue siendo muy influyente con su repiqueteo de verdades preestablecidas y falaces cuando el vaivén de la historia lleva a que se acrecienta la clase media, se reduce la pobreza y el hambre no es tan acuciante. Ahí influye más.

 

La lógica indica que en octubre, la oposición ganará en primera vuelta. Ampliando incluso la diferencia sobre el oficialismo.

-La lógica indica eso. Sin tener en cuenta a los que vengan de esquiar de Europa, uno supone que por esto que los analistas llaman el síndrome del carro vencedor, va a crecer la cantidad de votos de los ganadores. Además, todo lo que hemos visto desde las PASO en cuanto a movimientos del gobierno, los deja más desnudos. Sobre todo porque quienes los protegían, los están abandonado. Y esto seguramente influirá también en un sector mínimo de la población. 

En general, la fidelidad del voto se mantiene en un noventa y pico por ciento, tanto para los Fernández como para Macri, en este caso. Quedaría ver cómo se distribuye ese cinco por ciento que vota en las generales pero no en las PASO, que son cuatro millones de votos, pero uno piensa que sufragará siguiendo los mismos caminos que los que votamos en agosto.

 

En próximas ediciones, Lanzoni analizará los resultados locales de las PASO.

Chino Castro

 

Fernando de la Macri

O Mauricio de la Rúa. Hoy, se parecen: confundir al martes con el lunes y decir que a las 8.30 de la mañana es muy temprano, es parecido a intentarse retirarse al aire de un programa de tv empujando un decorado al no hallar la puerta. Pero para Lanzoni, Macri siempre se asemejó a Fernando, sólo que en esta que parece ser su última hora, la prensa hegemónica que ayer le brindaba una gruesa cobertura hoy se regodea mostrando sus desatinos. Lo están dejando solo. “Hace tres años y medio que dice incoherencias, que no puede hilvanar dos frases seguidas, que la sintaxis no ha sido su fuerte, que la construcción de ideas tampoco, y mucho menos la hilvanación de ellas. Pero quedaba todo esto tapado por la no replicación de esa boutades por parte de los medios. Y ahora nadie lo protege. Yo creo que sigue siendo el de siempre. El que se juntaba con el presidente de Colombia y hablaba del ‘Chicho’ Serna y del ‘Patrón’ Bermúdez. El mismo al que cualquier reunión con cualquier presidente, hasta con Puttin, lo lleva a hablar de fútbol, porque es lo único que conoce”.

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