Fue muy destacada, como idea llamada a crecer, la exposición de Apicultura que ayer tuvo su manifestación principal. Una forma de poner en valor una actividad histórica del campo argentino que, sin embargo, en muchos escenarios nacionales tiene aún en el imaginario popular más el halo de actividad vocacional y hobbística que lo que verdaderamente es: un desarrollo productivo que aporta a la economía nacional a valores importantes.
Una decena de stand armados en inmediaciones de la pista central permitieron que apicultores locales y foráneos compartieran escenario, mostrando al numeroso público que ayer se acercó al predio de la avenida Mariano Unzué sus desarrollos particulares.
Así, en la simple recorrida podía apreciarse desde elaboradores de materiales aplicables a la actividad, como a comercializadores de indumentaria, equipamiento, productos veterinarios, etc., incluyendo también a aquellos que ponen el acento en la genética y el acopio con la mirada puesta en la exportación.
Hubo presencias de gente de Mendoza, La Pampa y Córdoba, entre otras provincias, que trajeron a Bolívar sus experiencias y productos para enriquecer a la apicultura local, que tiene en este distrito numerosos adeptos y aplican las mejores técnicas productivas.
La expo apícola fue muy celebrable y obliga a encontrar caminos de continuidad.
