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La Escuela Agropecuaria “Tomás Amadeo” se muestra en la gran vidriera que es la Rural

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Gustavo De Winne, integrante del staff de docentes de la Escuela Agropecuaria “TomásAmadeo”, es un poco quien coordina el stand que la institución educativa situada camino a la localidad de Unzué tiene en el final del pabellón Althabe de la Rural en esta Expo 91. Junto a dos de los alumnos de sexto año, visitó el stand de LA MAÑANA para hablar de lo que hacen y lo que muestran en esta gran vidriera que es la Expo.

Ya hace varios años que se ubican en ese stand…

– Claro, debe ser el cuarto o quinto año que estamos ahí. Antes había una carpa afuera; pero era un problema, sobre todo en los días de lluvia o mal tiempo, y luego nos cedieron ese espacio que a nosotros nos viene muy bien porque tiene mucha pasada de gente, y haga frío o calor la gente por ahí pasa igual. En el stand tratamos de mostrar todos los productos que hacemos en la escuela y que son hechos por los chicos que están acá, ellos aprenden haciendo esos productos, y acá venimos a exponerlos y a venderlos. El dulce de leche es lo que más sale, y es todo de producción y elaboración propia.

El stand lo atienden los alumnos de sexto año, que son los que elaboran en la escuela muchas de las cosas que estamos ofreciendo, las verduras de la huerta también, tenemos una huerta agroecológica en la que no usamos ningún tipo de agroquímico. También tenemos huevos para vender, un poco de todo.

¿Conejos?

– Sí, tenemos.

¿Y traen gazapos para vender?

– Tenemos un poco más grande que los gazapos, y traemos también conejos en escabeche para vender. También hay escabeche de pollo, todo es propia producción, al igual que los cerdos. Hacemos toda la cadena dentro del aescuela.

Uriel Triaca es uno de los alumnos de sexto año que sobresale porque tiene un yeso en su mano derecha. “Soy de Buenos Aires, hace 9 años que nos vinimos con mi familia para acá. Ya en la primaria me di cuenta que tenía cierta interacción con los animales, me gusta el aire libre, y poco a poco fui descubriendo la producción, los animales, y compartir ese tiempo con compañeros y disfrutar en la escuela fue lo que más me llevó a permanecer en la institución”.

Para detallar un poco la actividad diaria de lunes a viernes, Uriel contó que “entramos a la escuela a las 7.30 y nos retiramos 16.30 horas, son 9 horas, y el año pasado eran 10”. Llamativamente el chico que se vino de Buenos Aires no seguirá una carrera ligada al sector cuando termine en la “Tomás Amadeo”. Dijo: “Voy a seguir la carrera de profesor de educación física”.

Santiago Salicio es un bolivarense de toda la vida, también alumno de sexto año y vecino del barrio Pompeya, como buena parte de su familia. “Es una fascinación la que tengo por el campo, me encanta, tanto animales como maquinarias. Cuando entrás a la escuela pensás que vas derecho al campo, y te encontrás con que hay cuatro horas que tenés materias normales, ese suele ser un filtro para quien va pensando que es todo campo; pero después de almorzar empezás con cunicultura, apicultura, chacinados, y a medida que avanzan los años te van agregando cosas”.

¿Tienen mucha deserción de compañeros?

– La mayoría se va, ven que no les gusta o que son muchas horas y se van (Salicio).

– En primero entre los dos salones éramos alrededor de 100 alumnos, y hoy en sexto somos 12, es un filtro muy grande. A medida que van pasando los años te vas dando cuenta de qué es lo que te gusta, es una escuela muy recomendable (Triaca).

– El que queda espera los últimos dos años, porque es cuando venís a la Rural a mostrar lo que hacés. Yo estoy orgulloso de ser parte de la escuela. En mi caso pienso seguir ingeniero agrómo (Salicio).

– La escuela tiene ahora seis años de estudios y un séptimo que es optativo hasta el 202a. La mayoría de ellos va a seguir la tecnicatura, que es un séptimo año, y ahí obtienen un título que es equivalente a un título terciario. Todos los egresados de séptimo que hagan el tramo pedagógico pueden acceder a dar clases en la escuela.

Otra de las cosas a las que se les está dando mucho empuje ahora es a las pasantías internas, los chicos de todos los años, de a dos chicos por curso, tienen que ir durante la mañana, mientras el resto de sus compañeros tiene clase con las materias normales de cualquier secundario, a trabajar y a mantener los entornos formativos como la huerta, el sector porcinos, la avicultura, y ayuda a los maestros de sección a trabajar con los animales. Esto se implementa ya desde el primer año. Y parte de la evaluación de los alumnos es por su participación en los entornos formativos.

La idea es que los aprendizajes se hagan en el campo, no adentro de un aula, lo teórico está bien; pero la práctica se tiene que hacer afuera, tenemos 190 hectáreas para andar dando vueltas. También hacen las prácticas profesionalizantes, los de años más avanzados, en empresas vinculadas al agro que se ofrecen. Muchos de séptimo hoy están en el INTA (De Winne).

¿Se repite mucho esto de que a sexto lleguen sólo 12?, o hay camadas más numerosas…

– Los últimos años se incrementó, porque antes llegaban menos incluso, ellos son un buen número. Esto del stand, de las vaquillonas es una vidriera de mostrar lo que se hace para que la matrícula se mantenga y aumente. Todos los años recibimos la vista de la mayor parte de los sextos de primaria de las otras escuelas para que los chicos vengan a ver (De Winne).

– Antes de nuestra camada no teníamos un buen desempeño en los intercolegiales y poco a poco eso se fue revirtiendo. Otro avance que tuvimos fue el proyecto Duplas, que lo hace sexto dentro de la escuela, y lo llevamos a cabo dos compañeros, y consiste en construir una mini Pyme cumpliendo todas las normas y presentar a fin de año el proyecto terminado, con el producto vendido. Este año fuimos más para el lado de los agro alimentos (Triaca).

¿Hay mujeres en sexto año?

– En nuestro curso somos seis y seis (Triaca).

–           Y la igualdad se da en todos los rubros, si hay que manear un ternero van y lo hacen (Salicio).

–           Incluso a veces nos hacen quedar en ridículo (risas) (Triaca).

¿Ya está abierta la preinscripción para el 2020?

– No, arrancamos en noviembre (De Winne); pero ya hay gente que empieza a averiguar (De Winne).

Mucho se habla de que somos una ciudad muy vinculada al campo, sin embargo la matrícula de la “Tomás Amadeo” siempre es inferior a la de otros secundarios…

– Es como para analizarlo, porque tenemos todas las comodidades, un micro que te lleva y te trae, un comedor, incluso los chicos consumen lo que producen y comen algunas cositas más que en otras escuelas que dependen del Servicio Alimentario Escolar. Y de lo que nosotros producimos, la prioridad la tiene el comedor, y el excedente es lo que se comercializa, sobre todo la leche, el tambo es lo más importante que tiene la escuela hoy en día. Y también se está procesando leche para hacer dulces, y en algunas etapas también se hacen quesos, y los cerdos se transforman en chacinados para consumo de la comunidad educativa.

Es cierto que muchas veces hay otra preferencia del público en esa cuestión, el éxodo que se produce es porque los chicos no se aguantan la cantidad de horas de la doble escolaridad, y otros prefieren otra cosa. Hay una especie de estigmatización, y también está el hecho de que puede parecer que queda lejos (De Winne).

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