Julio Olondriz fue noticia en los últimos días cuando un resonante spot publicitario se viralizó en las redes sociales. Allí estaba él, en medio de una de esas escenas locas que nos ofrece la taquillera saga de Rápidos y Furiosos, prácticamente como un protagonista más de esa delirante pero apasionante historia.
LA MAÑANA se comunicó con Julio, quien en una extensa charla comentó que esta posibilidad llegó luego de varios años que combinaron el trabajo, la pasión por la actuación y también, por qué no, la aventura y las peripecias de la vida.
Es que el joven dejó la ciudad de Bolívar en el 2015 cuando tenía 23 años y se entregó a la vivencia de ser un viajero por el mundo. Primero vivió en España pero luego las circunstancias lo llevaron a México país del que, asegura, se enamoró.
“México es la cuna de la producción”, comenta. Y claro, ese era el lugar oportuno desde el que Olondriz podía explotar al máximo su verdadera vocación: la actuación. “Yo siempre tuve clara cual era mí pasión. Y este país me dio la oportunidad de prepararme, estudiar y retomar esta actividad que tanto me gusta”, explica.
Antes de esto había realizado pequeños trabajos, incluso desde Bolívar, pero fue su llegada a tierras mexicanas lo que le abrió las puertas en el ambiente y a partir de allí supo ganarse un nombre.
Ya instalado y ligado a la red de trabajo, apareció este proyecto del que admite “no tenía muy en claro de qué se trataba” porque “por cuestiones de confidencialidad suelen manejarse así, sin dar demasiada información a los postulantes”.
Fue así que fue pasando distintas pruebas hasta que, una vez seleccionado, se le develó el misterio de que trabajaría en una publicidad para la película Rápidos y Furiosos. “Fue una sorpresa y una alegría inmensa enterarme”, confiesa.
Como si esto fuera poco, la grabación consistió en una colaboración para dos potentes marcas como lo son Coca Cola y Cinépolis. Al respecto, Julio destacó el trabajo de la producción que fue “superior”, de la mano de un equipo que cumplió a rajatabla con los parámetros fijados por una productora gigante como Universal, que fue la empresa respaldatoria del comercial.
“Fue una de las experiencias más enriquecedoras que tuve para con mi vida y mi carrera. Ni siquiera en el día del rodaje fui consciente de la magnitud del proyecto. Con los días me fui dando cuenta y hoy no puedo estar más agradecido del momento que me tocó vivir”, expresó.
Un paso gigante para la carrera del oriundo de Bolívar quien se prestó al diálogo con ese tono humilde típico del que hace años que no está pero nunca se fue. Sus raíces bolivarenses lo acompañan cada día y lo motivan a perseguir nuevos sueños como, según dijo, instalarse en la ficción. Queremos y creemos que lo logrará.
