Hay una cuenta de Facebook que casi todos miran y muy pocos comentan. Pero en los corrillos de café, en los talleres y en algunas sobremesas familiares es motivo de diálogo. Es la cuenta de Jorge Orlando Campos, convertido desde hace unos cuantos meses en algo así como un influencer local, una especie de francotirador que ataca con su salva verborrágica aceptando, esas son al fin las reglas del juego, todo tipo de respuestas, desde las complacientes a las más duras, incluso insultivas.
Allí está él, abigarrado en su núcleo familiar y de amigos más estrechos, asumiendo un protagonismo social que debe ser algo así como una materia pendiente que quiere rendir con suficiencia después de un pasado como policía que le mereció elogios y críticas.
Lo que pareció que era simplemente un juego de redes sociales, ese ámbito tan particularmente moderno donde todo se conjuga, valiendo por igual una noticia real que cualquier infundio, da la sensación que se transformó, con el correr de los días en un territorio fértil de intenciones que pueden ser realidades.
Campos participó con un entusiasmo sin igual en el grupo de Amigos de la Laguna San Luis y allí está ese magnífico espejo de agua recuperado gracias al trabajo de la Comisión Directiva y de ese grupo de amigos al cual Jorge Campos dotó de una energía especial. Y es motivo de sus posteos recurrentes, cargados de slogans y hasta de tiros por elevación hacia quienes califica como enemigos de la laguna, en una disputa político/legal que aún está por definirse.
Pero hay una propuesta mayor, una apuesta gigantesca en el ideario de Campos, que lisa y llanamente aspira a ser el próximo número uno de la Cooperativa Eléctrica de Bolívar, comandando un grupo de hombres y mujeres a los que propone para ganar las próximas elecciones e integrar el Consejo de Administración.
No es una aspiración pequeña, por cierto. Se trata de arribar a la conducción de la empresa más importante de Bolívar, que cumple una finalidad cooperativa indispensable para toda la comunidad y que siempre ha sido un botín apetecido, especialmente por la política y los políticos.
Para eso, dio nacimiento a Campos Energéticos, poniéndole nombre a ese grupo de gente con esa finalidad.
Si bien Campos y su gente siguen moviéndose en el terreno de las redes y son renuentes a aportar precisiones ante los medios de prensa locales, algunos nombres se van filtrando e, incluso, llamando a la sorpresa.
Eduardo “Pachanga” Campos, ex trabajador de la Cooperativa, ya retirado; Alfredo “Fredy” Alvarez, contador bolivarense con amplia experiencia en EDEN de Mar del Plata; Rosana Brey, farmacéutica; Verónica Coria, óptica; María Luz Piro, médica pediatra; Pedro Mazzuco, reconocido docente director de la ESB 10 y productor agropecuario; Mauricio Danessa, ingeniero aeronáutico que desarrolló gran parte de su carrera en TBA; Víctor Chiclana (hijo), contador; Lucía González, comunicadora social; Virginia Arena, abogada; Federico Mansilla, empleado en Sindicato de Empleados de Comercio y Alejandro Demódena, reconocido comerciante del rubro electricidad, son algunos de ellos.
Sabemos también que se están preparando para asumir el desafío. Hay gente estudiando, planificando, y participando de encuentros con otras cooperativas.
Uno de los proyectos más ambiciosos que este grupo plantea es la instalación de una clínica en Bolívar. De la mano de la inversión de la propia Cooperativa y de privados, apuntando a dotar a la ciudad de un segundo efector de salud. Suena muy fuerte en este punto el nombre del Dr. Nelson Condado, ex director del Hospital Capredoni, quien como líder de este proyecto y secundado por la Dra. Virginia Alvarez ya se habrían reunido al efecto con directivos de clínicas de ciudades vecinas interesadas en esta cuestión.
Está claro que Campos se escapó de las redes y sus proyectos están más allá de meras palabras. Habrá que ver hasta dónde llega en el intento.
