Claudia Lozano es una vecina de esta ciudad que vive sola en su domicilio de la calle Roca. Trabaja casi todo el día en diferentes actividades y por esa razón su casa permanece sin gente durante muchas horas al día.
Esa debilidad es aprovechada recurrentemente por delincuentes que en más de una oportunidad han ingresado a ella sustrayéndole diferentes elementos.
Cuando este viernes apenas tenía unos 10 minutos de vida, todo volvió a suceder. Claudia llegó a su domicilio y, apenas abrió la puerta, supo que había maleantes en su interior. Habían ingresado por los fondos y roto una pequeña ventana que da al patio. Alcanzaron a revolver algunos cajones, pero el ruido de la puerta de entrada los alertó y se dieron a la fuga por los techos.
Cuenta Claudia al cronista de este medio que, sabiendo por anteriores situaciones vividas la mecánica de estos intentos de robo, salió presurosa a la calle para descubrir que uno de los malvivientes, encapuchado, había salido hacia la misma calle por los tapiales vecinos. Lo encontró parado sobre un pilar de la vereda y hasta alcanzó a forcejear con él, aunque no pudo retenerlo. Quizás mejor así, porque tal vez otras fuesen las circunstancias que debiera narrar este cronista.
Un vecino que allí estaba narró que alcanzó a ver a alguno de los malhechores saltando por los techos de esa manzana, en tanto una amiga de Claudia llegó al lugar para prestarle contención.
Convocada la Policía de esta ciudad se comisionaron dos móviles con personal al sitio del hecho delictivo. Desarrollaron las labores protocolares correspondientes e invitaron a la víctima a acercarse a la Comisaría de esta ciudad para labra la denuncia correspondiente. Se desatará ahora una investigación que, aguardamos, termine con este calvario de Claudia y ponga tras las rejas a estos ya habituales ladrones.
