Sobre el filo de la hora 23 se desató un dantesco incendio en el inquilinato ubicado en la calle Necochea N° 26 de esta ciudad, lugar donde viven aproximadamente 20 personas, muchas de ellas integrantes de familias con niños pequeños.
Sin que por el momento pueda precisarse el origen de las llamas, testigos ocasionales refirieron que, antes de que comenzaran a verse llamaradas por un ventanal del piso superior, se sentía en esa cuadra de la calle Necochea, que hace esquina con la avenida San Martín, un fuerte olor a humo. Esos mismos testigos refirieron a este medio que, de inmediato, comenzaron a observase columnas de humo que salían al menos de dos ventanales del piso superior.
Cronistas de este medio, presentes en el lugar, verificaron que en un momento y casi repentinamente inmensas llamaradas comenzaron a apoderarse el primer piso de la vieja casona, llamas que fueron atacadas por los Bomberos Voluntarios que concurrieron, en primer término, con el autobomba N° 4 a cargo de Franco Rojas. Minutos más tarde fue preciso que también llegara al escenario del siniestro el camión cisterna del servicio de voluntarios local, precisamente para abastecer de agua a los equipos que allí estaban trabajando.
Fuentes consultadas por La Mañana informaron que no se registraron heridos, ya que todos los habitantes del inmueble salieron presurosamente de la casa cuando comenzó el foco ígneo. Todos ellos se aglutinaron en la esquina de Necochea y San Martín, donde pudo verse a varios niños arropados con mantas, ya que a esta hora la temperatura en Bolívar es muy baja.
Los habitantes de ese inquilinato, con toda seguridad, no podrán esta noche al menos retornar a la vivienda y se escucharon algunas voces solicitando ayuda, que seguramente llegará de la mano de los servicios de asistencia del municipio.
Una ambulancia del SAME concurrió también al lugar del incendio por razones preventivas, aunque como se refiere más arriba no se verificó la existencia de heridos ni de gente afectada por el humo que, a la hora de este reporte, aún puede sentirse en esa zona de la ciudad.
La Mañana dialogó con los damnificados, muchos de ellos extranjeros que se alojan en esa casa de alquiler, quienes no pudieron dar detalles sobre el origen del siniestro. Los periodistas de este medio pudieron también confirmar que no se vivía entre ellos escenas de nerviosismo ni pánico, aunque sí de marcada preocupación por haber quedado momentáneamente sin lugar para pernoctar.
