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viernes, 29 de marzo de 2024
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Impactante presentación de Diario de un loco

Su protagonista, Cristian Thorsen, brilló en Artecon.

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Se presentó el sábado la obra Diario de un loco, de Nikoai Gogol, protagonizada por el bolivarense Cristian Thorsen con dirección de Fabián Vena.

Ocurrió en El Taller, la sala de Artecon, ante un muy buen marco de público y bajo organización de Cable a tierra Producciones. La función resultó conmovedora y seguramente inolvidable para lxs bolivarenses que se dieron cita, por la descomunal labor del protagonista, que durante casi una hora nos lleva por los intersticios de la mente de alguien que enloquece, según los parámetros que impone esa sustancia abstracta y a la vez férrea que conocemos como normalidad (quiénes son los cuerdos y quiénes los locos, si la locura no es una ‘creación’ del poder, son preguntas que flotan durante el trayecto de la obra).

El viaje es un paulatino descenso a los infiernos de la desesperación, en un crescendo en el que el protagonista va quedando desnudo, en carne viva, encerrado y solo, anhelando con ternura el último refugio, que es en rigor el primero, sin renunciar a sus delirios de grandeza y a su rebelión contra un sistema de poder que lo oprime y lo frustra. (La música y la iluminación acentúan ese desgarrador periplo.) Un amor no correspondido es también su combustible, lo que lo impulsa a auscultar las relaciones de poder, los atropellos cotidianos y casi siempre invisibles contra el hombre común, promovidos por la burocracia y la represión de un orden que se alimenta de la cobardía y el egoísmo de los serviles y es manejado por idiotas, según denuncia una y otra vez el atormentado protagonista de la pieza.

Thorsen volvió a desplegar su talento y sus sólidos recursos actorales, y a través del manejo de su voz y de su cuerpo logró transmitir la tragedia interna que somete a un hombre que jamás podrá levantar cabeza dentro de un marco cuyas reglas no eligió ni comparte. Si el mundo ya estaba enfermo en la época y lugar en los que transcurre esta historia, supongamos que la Rusia zarista, Aksenti Ivanovich no está dispuesto a adaptarse, aunque le vaya la vida en ello. La obra también puede ser leída en tiempo presente, los temas que plantea no han perdido ni perderán vigencia.

Chino Castro.

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