A cuarenta y un años de la declaración de la guerra por parte del dictador Leopoldo Galtieri al frente de la Junta Militar que gobernaba el país, una aciaga aventura bélica (y no hay ‘aventura bélica’ que no lo sea) que aquél 2 de abril de 1982 fue vitoreada por una gran mayoría de nuestra sociedad, nuestros Veteranos fueron homenajeados en la plazoleta Héroes de Malvinas, que tiene un cañón como monumento, en la intersección de avenida Venezuela y calle Matheu.

Al acto organizado por la comuna en la gris mañana de este domingo concurrieron funcionarios políticos en general del gobierno municipal, encabezados por el intendente Marcos Emilio Pisano; representantes de los diferentes sectores con apetencias electorales en un año en el que habrá comicios, es decir que hubo más presencia que otras veces; algún concejal; allegados a los ex combatientes; algún referente de lo que se conoce como instituciones intermedias; delegaciones escolares con sus banderas de ceremonia, es decir la Nacional y la Bonaerense; el senador Eduardo ‘Bali’ Bucca, que participó en diversos segmentos de lo programado, y el público en general o ‘de a pie’ sensibilizado por la ‘causa Malvinas’, como bien suele decirse una herida abierta en el pecho del pueblo argentino.

César Alí, Luis María Herrera y Adrián Plácido fueron nuestros ex luchadores presentes, en nombre de todos los demás. Precisamente, los mencionados junto al intendente Pisano tuvieron a su cargo el izamiento de los pabellones Nacional y Bonaerense, mientras la orquesta Love, que dirige Daniel ‘Tucu’ Nieva, interpretaba la marcha Aurora. Alí, Herrera y Plácido depositaron más tarde una ofrenda floral al pie de Cañón, junto a Pisano y Bucca, y en otra estación del recorrido recibieron de manos de los mencionados dirigentes una medalla por “los cuarenta años de la Gesta de Malvinas, otorgada por el Presidente de la Nación en nombre del pueblo argentino”.

La orquesta Love interpretó el Himno Nacional Argentino, y, ya sobre el cierre del acto, la Marcha de Malvinas, que cada 2 de abril impone su nota de hondura emotiva en las ceremonias del país.

El único discurso alusivo estuvo a cargo del director de Producción, Javier ‘Willy’ Fernández, quien en una breve intervención puntualizó que las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas, al tiempo que abogó porque como sociedad nos comprometamos en “levantar la bandera de la soberanía, la solidaridad y el respeto a nuestros héroes y nuestra historia”. “Nuestro homenaje y agradecimiento serán eternos, como eternas serán nuestras Islas, argentinas ayer, hoy y siempre. Prohibido olvidar”.

En el renglón destinado a los mensajes alusivos, se leyó uno de Fabián Sgarlatta, ex combatiente (no nació en Bolívar, pero vive acá hace añares) que esta vez no pudo estar en un encuentro en el que ha dicho presente siempre. El otro fue de los curas Alejandro y Francisco, impedidos de participar por encontrarse a esa hora de la gris mañana oficiando la misa del Domingo de Ramos. Los sacerdotes llamaron a no perder la memoria, ya que “la sangre derramada por ellos es misteriosamente el cimiento en el que debemos seguir construyendo el sueño común”. También recordaron a los ex combatientes que “siguieron perdiendo la vida por causa de esta guerra (como se sabe, entre los ex soldados ya es superior el número de fallecimientos por suicidio que el de caídos en combate). Finalmente, alentaron el surgimiento de “una nueva cultura del encuentro” entre los argentinos y argentinas.

Este año se celebrarán, en diciembre, las cuatro décadas de la restauración democrática, un hito que encuentra buena parte de sus fundamentos en la derrota en Malvinas, que terminó de liquidar a una dictadura, la más sanguinaria de todas las que hemos padecido, en cuyas sienes ya retumbaban al comienzo de los años ochenta los treinta mil desaparecidos y una aguda y ya indisimulable crisis económica. Por eso también los actos que se realizan en el país tienen un tinte especial en este 2023. 

En nombre de los ex combatientes bolivarenses se rindió tributo a los casi seiscientos cincuenta soldados argentinos que murieron durante la guerra, y a todos los participantes, en una gruesa mayoría pibes de 18 años sin formación militar e incluso con armas y tecnología que, según demostraron los años, tampoco eran las adecuadas para plantarse frente a un ejército profesional como el británico. Por fortuna los nuestros regresaron todos, con una dolorosa excepción: Horacio José Echave, bolivarense que vivía en Lobos y fue enviado al combate desde allí.

Finalmente, y antes del retiro de las delegaciones escolares con sus banderas y de la desconcentración, el acto fue cerrado oficialmente con el siguiente mensaje, propalado por los organizadores: “Hagamos que la memoria de este día y de aquellos que ofrendaron su vida, sean fuente de inspiración para recordar siempre que las Malvinas son argentinas”.

Chino Castro