Cuando muchas veces utilizamos la palabra desidia alguno se enoja porque piensa que vemos que todo está mal y que no apreciamos las cosas buenas. Pues bien, para esos, sepan que vemos todo; pero generalmente se marcan las cosas que están mal, no las que están bien, no nos llaman para felicitarnos por las notas que hacemos a diario, nos llaman para decirnos “te equivocaste”.
Pues bien, nosotros obramos igual. Yendo al grano, el cartel ubicado en la rotonda de la ruta 226 y avenida Calfucurá, que cuando uno viene del lado del cementerio le indica que si toma por la vía izquierda viene hacia el centro y si dobla a la derecha se va para Olavarría, hace rato, por no decir más de un año, por no exagerar diciendo desde antes de la pandemia del Coronavirus, que tiene una “pata rota”.
El cartel está sujeto por dos palos, bueno, debería, porque uno está roto, sólo uno lo sostiene, e incluso el accidente que lo dañó (vaya uno a saber cuándo y en qué circunstancias) lo dejó mirando para un lugar que no es el ideal. Ahora, tenemos en Bolívar un Campamento de Vialidad Nacional en plena planta urbana, por no decir en el centro de la ciudad (los que viven en el Barrio La Portada consideran con razón el centro a todo lo que está del predio de la Sociedad Rural hacia el sur).
Y a escasos 2 kilómetros del lugar hay un cartel roto en una ruta nacional a la cual no se la bachea sino que tampoco se le arreglan los carteles. Sería bueno que se prestara más atención a algunas cuestiones que son de sentido común, de observar un poco la ciudad y de reparar con 0 recurso; pero al parecer quienes deben cambiarlo, cuando toman la rotonda deben ir atentos a que no venga alguien de algún otro lado, y no lo han visto.
Angel Pesce
