La Solidaria Jam Session, que se realizaba en el parador cultural de barrio Amado, tuvo su último encuentro el pasado jueves.
Había sido anunciada así, la Solidaria Jam Session, a beneficio del comedor Tía Tata, a realizarse todos los jueves de febrero; y así fue, ni un día más, ni un día menos.
La Solidaria Jam Session nació en el parador cultural Lo De Fede, y si bien había deseos de que el espacio continuara, el pasado jueves 25 de febrero fue el último encuentro musical, acontecido en el corazón de barrio Amado.
La idea del evento fue de Federico Suárez, el responsable del parador cultural; él es músico, y desde su deseo de disponer de un espacio para tocar, sumada a la posibilidad de colaborar con el Comedor Tía Tata, fue que, con la colaboración y trabajo de músicos locales, pudo realizar la Solidaria Jam Session, cada jueves del mes de febrero.
Fueron cuatro los encuentros, al aire libre y bajo protocolo, por donde pasaron muchos músicos por el escenario, no solo de Bolívar, sino también de la zona, ya que la Jam dio que hablar, y músicos de ciudades vecinas vinieron a compartir encuentros musicales al parador cultural.
Cada noche, una banda “fija”, acordada con antelación, abría el encuentro musical ofreciendo algunas canciones y standars de jazz, para luego dar lugar a quienes tuvieran ganas de subirse al escenario a tocar un instrumento o cantar, y allí era donde verdaderamente sucedía la magia, ya que lo lindo de las Jams es cuando la conexión musical comienza a suceder y músicos que, tal vez nunca se habían visto, se encuentran compartiendo canciones y disfrutando de la música.
La magia sucedió allí, en cada encuentro, cada jueves, al aire libre, disfrutando de la música, de los encuentros, de compartir en canciones.
La Jam, además, dejó al descubierto una vez más la gran cantidad y calidad de músicos que hay en Bolívar, pero por sobre todas las cosas, generó un espacio de encuentro y de compartir, donde todos se sintieron a gusto y disfrutaron de poder tocar juntos.
Los jueves en lo de Fede resultaron ser un mimo al corazón para quienes aman la música y elijen compartirla, y también fue un espacio que sirvió para colaborar con el Comedor Tía Tata, en tiempos complicados como los que atravesamos, lo cual, también es gratificante, ya que es bueno saber que disfrutar de la música y prestar colaboración con quienes lo necesitan, son dos cosas que combinaron muy bien.
Si bien quedaban algunas dudas acerca de si La Jam se extendería al mes de marzo, Federico Suárez confirmó a LA MAÑANA que el encuentro del pasado jueves 25 de febrero fue el último.
Se extrañarán los jueves musicales, claro; pero es bueno saber que la Jam fue un espacio que se construyó colectivamente, que se realizó bajo protocolo de manera responsable para cuidar de la salud de todos, y que ha dejado precedentes de que es una movida que en Bolívar puede realizarse, que gusta mucho, y que seguramente, más adelante se vuelva a realizar.
L.G.L.
