En un mundo preñado de guerras y miserias es difícil esbozar el deseo de un año mejor solamente por el hecho de haber arribado al final y adivinar la aurora del que viene.

Sin embargo, y de la mano de la misma condición humana que entre otras cosas supone que el hombre está puesto sobre la tierra para construir su propia felicidad, chocaremos hoy nuestras copas con el ánimo dispuesto a recibir un 2023 esperanzador.

Al fin de cuentas, quizás la propia felicidad radique en la esperanza y sea ella quien ilumine el camino. Si es cierto que somos dueños de nuestro propio metro cuadrado y cada hombre del planeta se ocupa de mejorarlo, entonces esos mejores deseos que hoy nos expresemos tendrán una base de razón y sean, además de un buen augurio, el compromiso personal de hacer algo para cristalizarlo.

Desde La Mañana, este diario tan nuestro como suyo que en 2023 cumplirá sus primeros 70 años de vida, asumimos el compromiso de ser mejores. Para que el brindis que proponemos junto a ustedes y por ustedes también sea una construcción. Nuestro cálido abrazo a todos nuestros lectores.

Felicidades.