Campos Energéticos es quizás uno de los grupos de trabajo más disruptivos de los que surgieron en Bolívar en los últimos años. En este caso, el movimiento que se inició en casi una iniciativa personal de Jorge Campos, hace tiempo que dejó el terreno de la mera idea y se transformó en una potente unidad de trabajo y acción que pretende provocar un recambio total en la conducción de la Cooperativa Eléctrica de Bolívar.
Su actividad es permanente en ese sentido y nada parece hacerles torcer el rumbo ni cambiar la dirección de sus actos, convencidos como están todos de que son una alternativa superadora llamada a colocar a la cooperativa local en un papel de máxima trascendencia comunitaria.
Son bien conocidas las iniciativas del grupo, que a esta hora cuenta adeptos por docenas que, entre otras acciones, se han repartido tareas de investigación y aprendizaje. Así es cierto que han recorrido empresas similares de la zona, parques eólicos, instituciones de segundo grado que aglutinan a las compañías de su tipo, se han entrevistado y lo siguen haciendo con especialistas en el terreno energético y, especialmente, han intentado por todas las vías acceder a información precisa relativa al funcionamiento actual de la empresa más grande de la ciudad, de la cual todos los usuarios son parte y, al fin, dueños.
En momentos en que la pandemia de COVID 19 impone restricciones a la circulación y especialmente limita las reuniones de personas, quisimos saber en qué anda Campos Energéticos y cómo afecta a su trabajo “cara a cara” las limitaciones por todos conocidas.
“Sin dudas que es una limitante para nosotros”, contesta el profesor Pedro Mauricio Mazzuco, reconocido hombre de la educación local de significativo paso por la Dirección de la Escuela Nº 1 de esta ciudad y actual Director de la Escuela N° 10. “Pero de ninguna manera es algo que nos detenga. Estamos en permanente contacto, intercambiando ideas y conocimientos a través de plataformas tecnológicas y alimentando de esa manera la convicción del grupo en el sentido de que hay mucho por hacer. La verdad es que todos los que nos hemos ido sumando a esta iniciativa terminamos conformando un colectivo heterogéneo que nos enriquece mucho. Todos compartimos, no obstante, algunos valores que creemos centrales y allí encontramos los puntos de coincidencia que nos permiten avanzar. Honestidad, compromiso con la idea, verdadero interés comunitario son algunos de ellos”.
– ¿Cómo está la situación actual de la Cooperativa Eléctrica en punto a lo estatutario?
Eduardo Campos: “Tenemos algunas noticias de parte del INAES que dicen que se habría aprobado la reforma estatutaria realizada en el año 2019. Sin embargo es algo que la conducción actual del Consejo de Administración no informa a pesar de numerosos pedidos que hemos hecho al respecto. Esto sí es un verdadero problema para nosotros, porque cambia totalmente las reglas del juego. De ser así, la próxima elección del Consejo debe hacerse por delegados, algo que en realidad debió haber sido cambiado hace muchos años, más precisamente desde el año 2001. La propia ley dice que cuando una cooperativa supera los 5000 socios las elecciones deben hacerse por delegados y en este caso nuestra cooperativa los supera holgadamente. El tema es que debemos saberlo porque para eso también debemos prepararnos. Y las autoridades actuales juegan con los tiempos, los dilatan y yo creo que apuestan a nuestro desgaste. En realidad no tenemos inconvenientes en participar del modo que sea; simplemente pedimos que las reglas sean iguales para todos y conocidas con la anticipación que corresponde. La elección por delegados es mucho más compleja que la asamblearia porque, entre otras cosas, hay que conseguir muchos delegados que representan, cada uno de ellos, a distintas regiones”.
Campos Energéticos ha presentado denuncias y ha formulado inquietudes ante el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) y por ello, desde este organismo, consiguen acceder a cierto nivel de información que, no obstante, consideran insuficiente e informal. “Incluso el Consejo actual debe determinar la cantidad de delegados. Si va a haber un delegado cada 200 habitantes o cada 400. No es lo mismo, porque eso puede duplicar la cantidad de delegados y tampoco lo sabemos”, enfatiza Diego Sarchione, técnico superior en administración de cooperativas, profesor de matemáticas y comerciante local, también presente en el diálogo periodístico mantenido.
“Queremos jugar en las mismas condiciones que juegan ellos”, insistió Eduardo “Pachanga” Campos, “y no estamos teniendo las mismas herramientas. Ellos conocen el reglamento y nosotros no, por el momento. Queremos estar en las mismas condiciones. No tenemos miedo de correrle al ‘caballo del comisario’, que siempre será el de ellos. Pero necesitamos saber cuál es el reglamento”.
En otro orden, pero siempre en el terreno estatutario, los entrevistados aseguraron que el nuevo estatuto, a partir de su aprobación, rige para el futuro; “pero el Consejo actual ha hecho cosas para las cuales el estatuto viejo no los autorizaba, por ejemplo la instalación de Coopemed”, un tema sobre el cual recalcaron que no están en contra, ya que puede ser un estamento que sirva a la salud de Bolívar, necesitada como está de más efectores de salud. “Habrá que ver, una vez que lleguemos al Consejo cómo está armado todo, cómo funciona, qué servicios brinda, a qué costo, etc. Pero en principio no lo descalificamos, aunque a simple observación hay severos indicios de que todo fue hecho a las apuradas, tomando créditos caros, comprando ambulancias sobre la cuales habrá que revisar su homologación, etc.”
En rigor de verdad, Campos Energéticos tiene numerosos reclamos ya formulados y opinión formada acerca de la totalidad del desenvolvimiento actual del Consejo de Administración. Se nota a sus integrantes muy informados acerca de cuestiones tales como “la línea de 132 K” y otras de alta trascendencia comunitaria. Sus cuestionamientos mayores recaen en la actuación del Síndico de la Cooperativa Eléctrica, toda vez que ven en él a una persona que no ha defendido los intereses de los asociados, tal su rol, sino como a alguien alineado a los criterios y determinaciones de la conducción. Pero también se nota en ellos que, en este momento, prefieren no cargar las tintas sobre estos puntos y centrarse, con todo énfasis, en lo que consideran el tramo final de su lucha: apuntar con todos sus cañones a la próxima elección de autoridades.
“Solo pedimos que informen lo que corresponde que sea informado”, resumen. “Con esa información, que tienen la obligación legal de dar, estamos seguros que les vamos a ganar las elecciones bajo la modalidad que sea, en el terreno que sea y contra todas la ventajas que ellos tienen”.
VAC.
