Pablo Troncoso, docente, directivo y deportista amateur, es un ciudadano preocupado por la gran cantidad de accidentes de tránsito, indicador de una problemática más profunda, que analiza y sobre la que se ha ocupado de investigar así como de idear proyectos. Sobre ello habla en esta nota con LA MAÑANA.
“La punta del iceberg es la cantidad de accidentes que uno ve a diario en Bolívar. Esto se ve desde las redes sociales, hoy por hoy en Instagram tenemos muchos medios: diario La Mañana, Presente Noticias, Noticia, etc., y es muy importante la cantidad de accidentes que reflejan los medios. Yo me tomé el trabajo de hacer en marzo de ver las publicaciones de un solo medio de comunicación y hay prácticamente un accidente por día, no quiero imaginar todos los que no alcanzan a reflejar los medios.
Pero esto es una parte. Entiendo que Bolívar tiene un serio problema de convivencia urbana que va más allá de los accidentes y me parece que la falta de comprensión del tema es lo que lleva a políticas desacertadas a la hora de implementar.
¿Por qué digo que es la punta del iceberg? Porque la convivencia urbana no es solamente el tema de los accidentes; es el tema de las motos, los ruidos, la falta de respeto del automovilista respecto al peatón. Me gustaría que se hiciera un estudio para conocer cuántos vehículos se detienen en una esquina para que un peatón cruce cuando es obligación que se detengan, puedo asegurar que muy pocos. Yo ando todo el día trabajando de escuela en escuela y veo muy poco que respeten esa norma. También está el estrés que se genera al circular por Bolívar, en todos sus ámbitos: sea la zona de la avenida San Martín en horario de bancos y escuelas, los padres que llevan a los chicos, las motos. Somos pioneros en el tema de la no utilización de pirotecnia pero tenemos una contaminación sonora tremenda por el tema de los cortes de las motos. Y no es sólo un tema de los chicos jóvenes, nadie respeta las normas de circulación.
Y esto lo veo y comparto con cada persona que hablo. No se ven respuestas concretas a la hora de dar soluciones que no sean la colocación de lomas de burro, que la estadística indica por ejemplo, que en la esquina de Venezuela y Matheu hubo dos accidentes en dos días aún con lomas de burro colocadas. Por eso entiendo que te tema va más allá, es una problemática integral que no sólo le incumbe a Protección Ciudadana, sino que atañe a todos los organismos que quieran intervenir, se quieran involucrar, desde Educación, la Cámara Comercial, todos los que quieran pensar cómo seguir circulando y utilizando es espacio público.
En la medida que la población siga creciendo y esto continúe de esta manera a corto plazo tendremos un gran problema, mayor aún que el de la actualidad”.
“TRANSFORMAMOS EL PULMÓN VERDE DE BOLÍVAR EN UNA CHIMENEA PERMANENTE DE VEHÍCULOS”
E incluso en términos de costo-beneficio a nivel municipal, por hablar de números fríos, lo que se puede invertir en prevención de accidentes por el bien de la salud de la población es un ahorro concreto por la gran cantidad de lesionados y hospitalizados que generan los accidentes de tránsito…
– Por más que suene crudo hablar de esto hay que hacerlo. Un hospital que tiene una gran demanda por parte de la población, muchas veces en sectores como Traumatología, Rayos, estudios, camas y todo eso se ven permanentemente afectados, y tal vez otras patologías que no son evitables como puede ser una apendicitis necesita de un espacio que está ocupado por algo que sí puede ser evitable como son los accidentes de tránsito.
Por eso digo que el tema hoy está visto como una cuestión de poner lomas de burro para frenar, cuando lo que hay que sentarse a pensar es en todas las complicaciones que estamos viviendo los bolivarenses.
El parque mismo y su utilización es un indicador del tema. Los días sábados y domingos, una persona que quiera ir a respirar aire puro, que quiera ir con su hijo a enseñarle a andar en bicicleta, que quiera ir con su abuelo a caminar no puede hacerlo porque el parque está totalmente colapsado por los vehículos de combustión interna, sean autos, camionetas o motos. El pulmón verde de Bolívar, orgullo de la ciudad a nivel provincial, lo transformamos nosotros en una chimenea permanente de vehículos. Por todo esto es que nos tenemos que poner a pensar en cómo utilizamos el espacio público para que todos podamos convivir sanamente, resignando lo que tengamos que resignar en función del bien de todos.
Y esta misma preocupación te tiene como autor de proyectos concretos, como investigador de alternativas para solucionar esta problemática.
– Hace alrededor de tres años vivimos una situación concreta. Un amigo de mi hijo, un nene al que vi crecer en Del Valle, perdió la vida por no utilizar el casco. Salió a hacer tres cuadras, se cayó y el desenlace fue tremendo. A partir de ahí se me ocurrió escribir un proyecto, desde este paradigma, desde esta mirada integral, educativa, de prevención, de concientización, para luego sí, sin lugar a dudas, pasar al control por parte del Estado. Tuve la oportunidad de sentarme con el intendente, de presentárselo, le gustó la idea, me dijo que nos pondríamos a trabajar con un equipo técnico, cosa que no ocurrió. Así que quedó encarpetado.
Tengo una gran cercanía con María Laura Rodríguez, la presidenta del bloque de concejales del Frente para todos. El año pasado me reuní con ella, le mostré el proyecto, le gustó, lo transformó en un Proyecto de Ordenanza municipal que tenemos la satisfacción que el año pasado se aprobó en el Concejo y hoy por hoy tiene plena vigencia como Ordenanza. Fue votado por unanimidad por la oposición, entendiendo la necesidad de encarar esto. Pero lo que necesitamos es que se ponga en práctica, porque como en todo proyecto sin la voluntad política del Ejecutivo y sin la voluntad de llevarlo adelante, está el temor de que sea un proyecto más que quede archivado.
El proyecto fue sancionado a fin de año, sabemos que hay un receso, un reacomodamiento, pero estamos con toda la esperanza que en este 2023 nos podamos sentar con todo el Ejecutivo para seguir charlando. Me estoy incluyendo como un ciudadano más; siempre fui de la idea que las redes sociales, como canal de denuncia, no sirven si no se hace otra cosa. He recurrido sí hace unos días a las redes sociales para hacer un llamado de atención, pero con la conciencia tranquila de que durante mucho tiempo me preocupé, estudié, escribí, leí para ver cómo se puede solucionar este problema de convivencia urbana.
V.G.
