La semana pasada, en la vía pública, sucedió un hecho que tuvo como protagonista a un perro callejero. Éste, circulaba por las calles de Bolívar, manifestando algunos inconvenientes en su salud. Para la vista de los transeúntes, el animal parecía envenenado, y personas que pasaron por el lugar, suponiendo que el perro era víctima de algún tipo de intoxicación, sin consulta previa a algún veterinario, le cortaron una de sus orejas, adjudicando que de este modo se le cortaría la intoxicación.
Minutos más tardes, vecinos de la zona se contactaron con colaboradores de SAPAAB, para comentar lo sucedido y solicitar ayuda en caso que se pueda. De inmediato, integrantes de la ONG (que con mucho compromiso, esfuerzo, y dejando de hacer sus tareas) se acercaron al lugar, y allí se encontraron con que el animal en cuestión era “Pequitas”, un callejero que padece un tipo de Epilepsia, y sufre convulsiones.
La buena noticia era que Pequitas no había sido envenenado, sino que estaba atravesando una de las convulsiones que lo afectan a causa de la enfermedad que padece (por la cual recibe tratamiento). La mala noticia fue que, a causa del corte que recibió en una de sus orejas, Pequitas perdió mucha sangre y su vida estuvo en peligro.
Finalmente Pequitas se recuperó, como siempre, gracias a la incansable labor que realizan los voluntarios de SAPAAB, que a puro corazón lo dan todo, con los recursos que disponen.
El mensaje que busca transmitir la institución, es en primer lugar, que CORTAR LAS OREJAS DE LOS ANIMALES ENVENENADOS ES UN MITO, que es una información errónea que circula hace mucho tiempo, que es importante difundir este mensaje para que no sigan repitiéndose estos hechos.
Por otra parte, el mensaje de SAPAAB es que, ante este tipo de casos, lo que se deben hacer es llamar a un médico veterinario, idóneo en el tema, y que sea él quien indique el procedimiento a seguir.
Acerca de Pequitas, buscan un hogar que pueda darle tránsito definitivo, y también acompañar el tratamiento que se le está realizando. Así como Pequitas, hay muchos otros animales esperando un hogar.
Quienes estén en condiciones de poder darle espacio, pueden contactarse con SAPAAB a través de sus redes sociales, o con su voluntario de confianza.
L.G.L.
