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El sur también existe. Desde Rincón de los sauces: Martín Briche

Escribe: Mario Cuevas.

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Siempre hubo música en la casa de Martín Briche. Su padre, Walter Osvaldo Briche, tenía una radio, La Rockola 96.1, y siempre estaban las melodías y las canciones perfumando el ambiente de su hogar. También estaban los instrumentos musicales, su padre era un músico autodidacta y un melómano que atesoraba las colecciones de revistas que contenían discos.

“Escuchaba esos discos en esos equipos que traían compacteras para tres, cinco discos – cuenta Martín – Me recuerdo escuchando en la cama Led Zeppelin II. Los primeros discos que tuve fueron uno de Steve Vai que me habían regalado, y también tengo bien marcado el disco de 1998 La Renga, el de la estrella; y el que me voló la bocha fue Californication, de Red Hot Chili Peppers.Estos discos fueron mis disparadores, a partir de ahí comencé a investigar, tocaba la batería, tenía facilidad para aprender música de manera autodidacta.”

La música y la radio siempre fueron de la mano en la niñez y adolescencia de Martín. De niño ya participaba en el programa de radio de su padre, Vuelos nocturnos que surcaba los sábados nocturnos bolivarenses por la FM

Milenium. “Mi padre pasaba música de los 70 y 80 y leía biografías de músicos, y yo tenía mi segmento propio dónde pasaba música y compartía el material que él tenía, fue en esa época que aparecieron los primeros cds. Después nos pasamos a otraradio que tenía programación todo el día, fue una linda experiencia, a mí me tocaba operar en la radio a partir de las siete de la mañana, y pasaba música con cds, alternando con publicidades.”

Tiempo después al hogar de los Briche, en Quirno Costa 137, llegó la radio propia, el estudio estaba emplazado en la habitación de Martín. A esta altura, a sus once años, era todo un operador técnico que movía potes y perillas en los programas que se emitían. “Se generaban lindas cosas, bailes, eventos solidarios – recuerda – Fue algo muy lindo porque toda la familia pudo acompañar el proyecto de mi padre”.

No fue extraño entonces que en ese ambiente Martín haya comenzado a desarrollar sus inquietudes artísticas. En las juntadas con amigos aparecieron las primeras zapadas, en su caso, canciones de La Renga, su banda de cabecera.

“En mi barrio, situado cerca de las vías, había varios músicos:los hermanos Seba y Juani Gutiérrez, Leandro Zendíny Facundo Méndez, que era con quién hacíamos más cosas. Tuve la suerte de rodearme con los chicos y conocer los músicos ya consagrados, Los Cohetes Lunares, Raúl Chillón y un montón de músicos”.

Martín tenía catorce años cuando armó su primera banda, se llamaba Último Réquiem, allí estaban Guillermo Zappacosta en guitarras, Gonzalo Fredes en voz y Marcos Fangio en bajo. Su máximo logro fue participar en un festival que se hizo en el playón de la estación del ferrocarril tocando cuatro temas de su autoría. “Ése fue el disparador para continuar haciendo música…”, recuerda.

Luego la vida de Martín tomó otro vuelo, un lindo vuelo, en 2006 comenzó a girar con el Circo Papelito. Fueron dos años recorriendo la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe, partes de Córdoba y La Pampa.

“Cerca de nuestra radio paraban los circos y siempre teníamos vínculo con sus integrantes porque iban a hacer publicidad a la radio – rememora – Yo siempre tenía la duda de cómo sería trabajar en un circo, con esa magia que se genera, la intriga, la aventura. Fue una linda experiencia porque pude ver una realidad diferente de la que veía en mi casa bajo techo. Había que ganarse el mango, trabajar, era hermoso recibir aplausos por algo que estabas brindando, sacándole una sonrisa a alguien, y pasa lo mismo con la música. El espectador va a presenciar un espectáculo porque necesita ese momento o esas dos horas para olvidarse de sus problemas u obligaciones. Del lado del artista es hermoso sacar por un ratito al público de sus momentos malos”.

Cuando Martín formó en 2016 su primera banda importante ya estaba viviendo en Rincón de los Sauces, Neuquén. El Circo Papelito estuvo presente a la hora de ponerle un nombre al nuevo proyecto, es que un día le llegaron recuerdos de aquellos concursos de cantores en el circo, cuando entraba a la pista una de las estrellas invitadas, Héctor Norman Bacas y lo presentaban como Terrible Norman.

Cuenta Martín: “TErrible NOrman, nació de la separación de dos bandas, Sátrapa y Sanata. Yo ya venía con Sanata tocando algunas canciones propias, salió una fecha y debutamos el 14 de noviembre de 2016 haciendo covers y algunas canciones propias. Éramos Luciano García en el bajo, Boris Florentino en batería, Lautaro Vázquez en guitarra y yo en guitarra y voz. Al año de van Luciano y Lautaro, se incorporó Charlie Stornini en bajo”.

Con esta nueva formación como tríolos TErrible NOrman registraron un ep con cinco temas, Alma Mater (2019). El ep fue mezclado y masterizadoen R.A.G Estudio de General Roca, Río Negro.

“Ese año también estuvimos en los legendarios Estudios Ion, dónde pasaron Luis Alberto Spinetta, Astor Piazzolla, Mercede Sosa, allí también se grabó el ciclo Encuentro en el Estudio, conducido por Lalo Mir – relata entusiasmado Martín – Tuvimos la dicha de grabar en ese estudio tres canciones en formato audiovisual. Lo que se toca en vivo no siempre queda plasmado en un estudio, pero se buscó generaren las canciones matices, ambientes, temas que no sean del todo predecibles”.

Con el rock duro como premisa fundamental, el trío de Martín suena potente, robusto, con mucha personalidad.En diciembre de 2020 TErrible NOrman ingresó en un impasse luego de grabar el single Pregunta el día.

El 1º de agosto de 2020, en plena pandemia,el músico bolivarense editó el single Espera la pena, un tema suyo que ya tocaba con TErrible Norman, un adelanto de su proyecto solista bajo el nombre de Martín Briche Lumbre.

El single se grabó en los estudios Home Studio, lo mezcló y masterizó Agustín Turco Marinelli, integrante de la banda Mustafunk, y participaron en calidad de músicos invitados: el propio Marinelli en guitarras rítmicas, Boris Florentino en batería, Charlie Stornini en bajo, Jorge Epulef en saxos y Hammond, y Nicolás Chivito Villagra en solo de guitarra.

“Hace casi dos años que estoy trabajando en mi material solista -nos resume Martín – Conté con la presencia de músicos de Rincón de los Sauces y de músicos sesionistas de Neuquén. Las canciones del disco van desde el funk rock, que es la base y la esencia del repertorio, pasando un poco por el blues, el reggae, algunos tintes de grunge; la búsqueda de un sonido limpio, generar ambientes, canciones que no sean muy predecibles. El contenido de las letras describe canciones personales, paisajes, momentos, estados. En poco tiempo van a poder escuchar las nuevas canciones de mi material solista que lleva como título Martín Briche”.

Próximamente Martín editará su segundo single, Solo pasa el tren.

También está al frente de la productora audiovisual Sur Creativo, que ha trabajado con artistas de la zona como Jorge Guajardo, Noe Pucci, July Salazar y Chino Mansilla.

El sur también existe escribió Mario Benedetti. Desde Rincón de los Sauces, Neuquén, el bolivarense Martín Briche continúa aportando su granito de arena para que esa frase siga siendo realidad.

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