Al frente de su banda, San Francisco al Sur, el cantante y guitarrista Santiago González Carretero acaba de publicar su primer disco, La misma esquina, con temas de su autoría y un seleccionado de colaboradores de la talla del bajista Bruno Irastorza, la cantante Santina Avendaño, el saxofonista ‘Tico’ Álvarez y el percusionista Franco Exertier Ramos.
La masterización estuvo a cargo de ‘Pepo’ Villanueva, también encargado, junto al propio González Carretero, de la mezcla en La Plata de un álbum que destila melancolía y amor por el rock argentino clásico pero con un enfoque moderno. El diseño y el arte de tapa corresponden a Jere Boado.
La misma esquina está disponible, desde el miércoles pasado, en plataformas digitales de audio, y vuela por las redes sociales.
En tu disco encuentro mucha impronta de rock argentino, algo de blues, pinceladas de Spinetta en alguna balada melancólica, ¿qué ‘ves’ vos?
González Carretero: -Para mí, es una amalgama de cosas que me gustan y que he escuchado desde que hago música y desde que disfruto de la música. Como decís, tiene cosas de blues, de soul, que es un género que estoy escuchando mucho ahora; influencia de Spinetta hay seguro, porque es uno de mis artistas más admirados y que más escucho. Y también algunos estilos de los que he empezado a apropiarme ahora, por ejemplo hay un aire de tanguito, que también incluye el bandoneón de Ricardo Rubén Exertier, y alguna cosa medio folclórica, como un aire de zamba. Yo les digo aires porque ambos representan mi visión de lo que son esos estilos. Por ejemplo la Zamba del cobarde no tiene la estructura formal de una zamba, es una cosa muy mía.
Es muy ecléctico el disco, comienza con un funk, aparece después algo muy pop, luego un par de blues, algo más soul también…
¿Encontrás un hilo conductor? No son canciones que compusiste en un mismo período pensando en el disco, sino con los años, incluso algunas ya habías dado a conocer en redes sociales y plataformas hace tiempo.
-Sí. Sin caer en la fácil, el hilo conductor soy yo en estos últimos años de composición y relación con la música. Están estos dos singles que publiqué hace años, y todo lo demás, que lo fui laburando paralelamente. No son cosas actuales, sino que en un proceso de unos tres años fui acumulando temas, grabándolos y finalmente los agrupé bajo un sonido que intenté sea lo más homogéneo posible. Unas de las canciones es de hace nada, tres meses, y decidí incluirla sobre el final, porque el disco iba ser de nueve.
El hilo conductor está también dado por el concepto de la misma esquina. Es un poco melancólico, ahí radica el concepto o la idea por detrás del disco, todos los temas están empapados de una cierta melancolía, del sentimiento de no encontrarse en la ciudad, de los días grises, de la nostalgia. Lo que yo sentía con este disco es la sensación de que no importa todo lo que camines o las vueltas que des, porque siempre te vas a encontrar con la misma esquina.
Esa esquina que cada cual lleva con uno dondequiera que vaya.
-Esa es la metáfora que llevó a este disco a unirse en una sola pieza.
“El disco peca de ecléctico; quiero que el próximo esté más marcado estilísticamente”
¿El álbum cierra algo o abre algo?
-Yo creo que cierra algo, un poco esa idea de canciones muy introspectivas, intimistas, melancólicas, relacionadas con esa esquina de la que hablamos, y me libera para empezar a buscar un estilo más marcado. Si bien el disco me encanta, peca de ecléctico creo. Me gustaría que el que viene esté mejor dibujado, y con todo más marcado estilísticamente, decantarme por el funk, por algo que tenga más homogeneidad.
Para poder seguir, tenías que publicar este trabajo.
-Claro, dejar todas estas ideas acumuladas en tres años de composición, que son diferentes unas de otras si bien poseen un hilo conductor, y empezar a componer pensando más en un disco, en una unidad. Acá fue agarrar un montón de temas compuestos durante un período de años. Ahora quiero algo más condensado, estilística y narrativamente, brindar una experiencia más homogénea, en todo aspecto.
Se advierte una madurez de Santiago como cantante. ¿Fue algo buscado, le pusiste especial énfasis a ese aspecto?
-Me esforcé mucho en adoptar un concepto: que la voz debe ir al frente. Antes, cuando componía o grababa, tenía pudor y en la mezcla dejaba mi voz atrás, me escondía atrás de la guitarra, de los instrumentos. Pero hoy el mensaje que quiero transmitir tiene más que ver con las melodías y con las letras que canto que con lo demás, que sirve de acompañamiento. Entonces sí, hubo muchísimo, muchísimo énfasis puesto en grabar las voces bien, regrabarlas, volver a hacerlas, editarlas, un montón de laburo con la voz que antes no desarrollaba. Estoy aprendiendo a cantar un poco mejor y me está sirviendo para gestar grabaciones más fidedignas en relación a las sensaciones que pretendo expresar.
Aunque su cabeza musical ya gira en torno a las nuevas ideas que está tramando, González saldrá a presentar La misma esquina en los circuitos porteño y platense de bares, centros culturales, etc. De hecho, ya lo hizo en un local de La Plata (Pura vida, show que llevó a cabo justo el día en que el álbum veía la luz en plataformas, el miércoles pasado) y en uno de Baires, y todo indica que hará lo propio en Bolívar, su ciudad. Mientras muestra ese material, irá poco a poco incluyendo en el setlist las nuevas canciones que vaya pariendo, las que apuntarán al futuro. Su banda de acompañamiento se compone así: ‘Colo’ Urrutia, en bajo; Francisco ‘Huevo’ Allende, en batería; Mateo Herrera, en guitarra; Franco Maldonado, en teclado, y Lucía Romero, en coros. Además de cantar, el autor de las canciones toca guitarra.
Chino Castro
