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jueves, 28 de marzo de 2024
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El mercado inmobiliario local analizado por ojos expertos

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A pesar de momentos económicos adversos, que ya es un mal endémico argentino, a pesar de la pandemia de COVID 19 que tiene al país en vilo desde el mes de marzo del año pasado, con períodos de aislamiento casi totales y parálisis absoluta de algunas actividades, a pesar de todo ello Bolívar sigue creciendo.

Basta una recorrida por algunos barrios perimetrales al casco céntrico para observar que, al menos en lo que se refiere a la construcción de viviendas, no todo se ha detenido. Por el contrario, hay barrios en los que todas las semanas se inician nuevas obras particulares y, en algunos casos, se trata de emprendimientos importantes en cuanto a montos invertidos. En ese sentido es paradigmático lo que sucede en barriadas como Calfucurá, La Ganadera, Las Lomitas y la mayoría de las que se emplazan en la llamada zona sur de la ciudad. Allí se va conformando una especie de “pueblo nuevo”, mayoritariamente habitado por familias jóvenes, que buscan la posibilidad de desarrollar sus vidas en espacios más amplios, arbolados, abiertos. Casi espontáneamente y sin demasiada planificación, entre todos le van dando forma a un estilo de barrio residencial que genera un estilo de vida diferente.
Interesa saber, entonces, cuál es la verdadera situación actual del mercado inmobiliario bolivarense, que es el que da base a este tipo de emprendimientos colectivos. Para ello encuestamos la opinión de Daniel Salazar quien, con la autoridad que le dan sus varias décadas en el rubro inmobiliario y su claridad conceptual, se transforma en una inmejorable fuente de consulta periodística.

“Estamos en un momento del año muy particular. Durante el mes de enero siempre se para todo un poco más -explicó Salazar- por la feria judicial. Muchas de las propiedades que se ponen a la venta son producto de las sucesiones y, al estar cerrados los juzgados impide la realización de esas operaciones. Pero igualmente el mercado está muy tranquilo, cauteloso y selectivo. Y yo diría que los compradores hoy están más en busca de las oportunidades. Hay mucha diferencia entre el mercado de terrenos y casas y el de campos. Los terrenos son muy buscados para edificar, sobre todo en barrios populares o de quintas. En este último caso se trata de terrenos amplios, con muchos servicios y buena edificación alrededor, lo que le da más valor a la propiedad. Las casas en la planta urbana no están siendo muy buscadas en este momento, lo que sí hay es lo que se conoce vulgarmente como “revoleo” o permutas. Ante un negocio mayor a veces se entregan o toman casas como parte de pago.
“La gente que tiene su dinero en pesos busca una propiedad como reserva de valor. Esto se da en montos no superiores a 70.000 dólares; de allí para arriba el comprador ya se torna más exigente y, en términos relativos, baja bastante el precio. Las propiedades de montos bajos se pagan bien y las más caras (digamos de 100.000 dólares hacia arriba) tienden a la baja. Un comprador que tiene 150.000 dólares para hacer una inversión es muy común que lo piense y diga: ´compro en Punta del Este por este dinero´.

TERRENOS,
ESA BUSQUEDA
“Terrenos en la planta urbana prácticamente no hay en oferta. Los pocos que existen se están cotizando muy bien, precisamente por esa baja oferta. La zona norte de Bolívar tiene menos desarrollo y allí los valores son menores. En la zona sur, hay barrios como Melitona, San José o Casariego que ya están incorporados a la planta urbana, con la misma calidad de servicios. El gran desarrollo se está dando a ambos lados de la avenida Calfucurá, hasta el cementerio. Allí hay terrenos grandes, donde se puede hacer casas con pileta, quincho, tipo quintas. Son propiedades de hasta 2000 metros cuadrados que han generado un crecimiento muy importante. Y en relación a ello, el crecimiento es tan grande que hay que comenzar a pensar en cómo se integra todo ese sector a la ciudad. Tenemos una barrera allí con la Ruta 226. Eso genera peligro y, con el tiempo, va a quedar dentro de la planta urbana. Creo que es imperioso hacer un plan integral, con un buen desarrollo de colectoras y rotondas de accesos”.

EL CAMPO
ES OTRO MUNDO
“El tema campos es otro mercado, totalmente diferente. Se sabe que los campos agrícolas valen de otra manera porque van de la mano con el dólar y el precio de las commodities. Ahí hay que hablar de un rango entre los 4.000 y los 6.000 dólares por hectárea en la zona de Bolívar. Se entiende que un campo de cría vale un 50 por ciento menos que uno agrícola y para los campos mixtos hay que hacer un promedio y restarle algunos desperdicios que siempre tienen, sean lagunas, médanos, etc. Comparado con el mercado de casas, el rural es uno que ha mantenido los precios y ha crecido mucho comparado con valores de décadas pasadas.
“Respecto a los compradores de campos, digamos que casi no hay compradores locales para grandes extensiones. En esos casos son todos inversionistas de afuera, sociedades anónimas, grupos inversores que pueden venir a comprar a Bolívar. Por extensiones más chicas, estamos hablando de chacras de hasta 200 hectáreas sí hay gente local interesada. Igualmente, como sucede con las propiedades urbanas, también existe aquí la permuta”.

LOS CAMBIOS
EN LA ACTIVIDAD
“Algunas ventas se están haciendo. Creo que los colegas están trabajando todos. Claro que cambió mucho la metodología del trabajo. Hoy hay que publicitar, hay que seguir al cliente, asesorarlo. Ya no se trabaja más sentado detrás de un escritorio. Al cliente hay que salir a buscarlo y entonces todo se hace más sobre la base de relaciones o recomendaciones. Clientela fija no tiene nadie, pero siempre es importante el conocimiento de la gente y el nivel de buena atención y seguridad en la operación. En Bolívar cualquiera de las inmobiliarias puede hacerlo, pero el conocimiento y los buenos antecedentes influyen mucho”.

CAUTELA A LA HORA
DE INVERTIR
“La situación económica general, las cuestiones jurídicas, las distintas normativas que existen, hacen que le gente sea muy cautelosa a la hora de desprenderse de su dinero e invertir. En todos los órdenes: ya sea para instalar un comercio o para comprar una propiedad; pero indefectiblemente la propia historia nuestra dice que con una propiedad se está a cubierto. Hoy, o tenés atesoramiento en dólares o adquirís una propiedad, que es un refugio de valor importante. En ese sentido, quienes vivimos en ciudades como la nuestra tenemos algunas ventajas, porque estamos rodeados de campos y todos ellos están productivos. La pandemia no afectó al campo, porque todo siguió allí funcionando normalmente y ese sector de la economía es el que lleva a la rastra al resto”.

PANDEMIA Y PRECIOS
“La pandemia de algún modo nos conmovió a todos. En nuestro caso, tuvimos 45 días de cierre absoluto y en ese marco el dólar se disparó. Eso determinó que nos reuniéramos en el Centro de Martilleros y propusiéramos una baja del 30 por ciento en el valor de las propiedades, para ponernos a tono con los reportes que provienen de otras ciudades de la provincia. Hubo gente que accedió a ello y otros a medias y luego el mercado se fue readaptando. En realidad el mercado se hace solo, sobre la base de las ganas o necesidad de comprar y vender. Es la ley de la oferta y la demanda, que siempre funcionará igual en el mundo. El que se puso a tono con la realidad, vendió y el que quiso mantener el valor nominal en dólares quedó “colgado” de un precio que impidió esa venta. Pero en general el mercado se fue adaptando y allí marcamos una gran diferencia respecto, por ejemplo, a la Capital Federal donde, según algunos informes, transcurrió el peor año de la historia en el sector inmobiliario. Algo similar sucede en La Plata y en Mar del Plata”.

AUSENCIA
DE CREDITOS
“En este momento no hay líneas de créditos bancarias vigentes. Suponemos que, antes de las elecciones, algo irá a salir. Pero igualmente la gente está con mucha precaución a la hora de tomar créditos. Los UVA fueron muy buenos cuando salieron, pero la caída del salario real y la suba del valor de las viviendas hicieron que esos pagos se pongan muy pesados para algunos. Eso genera temores y precauciones. Habrá que ver qué es lo que se diseña, pero lo veo muy complicado porque, se haga el cálculo que se haga, hacen falta muchos más salarios que antes para poder sostener un crédito. Entiendo que si sale alguna línea, será de bancos oficiales”. VAC

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