Finalizó al medio día la santa misa celebrada en la explanada de la iglesia parroquial San Carlos, celebratoria en esta oportunidad del tradicional Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa y rememora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.

La grey católica local vivió el momento con profunda unción y a su término los participantes de la misa se retiraron con sus ramos de olivo bendecidos, simbólica representación de aquella entrada de Cristo como rey, a cuyo paso los hombres y mujeres tendían sus túnicas y hojas de palma, como señal de reconocimiento de su reinado sobre la tierra.

Los ramos consagrados son conservados por los fieles por ser representativos de la bendición de Dios y porque encierran en sí mismos los misterios de la resurrección y de la victoria de Jesucristo sobre el mal. Una recomendación vaticana, emitida durante el papado de Benedicto XVI, enseña que esos ramos no deben ser conservados como amuletos.

La misa en Bolívar fue celebrada por el cura párroco local, padre Mauricio Scoltore.