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lunes, 13 de mayo de 2024
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¿El discurso del odio está en casa?

Beorlegui advierte que hay “una radicalización muy importante” de un sector de la oposición.

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ENTREVISTA AL CONCEJAL MARCOS BEORLEGUI, DEL FRENTE DE TODOS.

En principio, te pido una reflexión sobre el intento de asesinato a Cristina y sus repercusiones.
-Creo que lo que pasó el jueves por la noche es inédito, estamos siendo contemporáneos de un hecho que quedará en los anales de nuestra historia. Un atentado que pensábamos que no iba a suceder en nuestra época, que ese tipo de acciones de la política vinculada a la violencia había quedado lejos. Sorprende no sólo por lo que fue el atentado en sí, sino que da miedo por lo que podría haber sido, el asesinato de una persona pero las consecuencias políticas y sociales que habría traído aparejadas. Sea quien sea la persona víctima de un atentado, debe provocar que uno se movilice en todo su ser, pero cobra aún más relevancia tratándose de Cristina, una de las figuras públicas más importantes de los últimos por lo menos treinta o cuarenta años, y actualmente la persona más influyente en la vida política de nuestro país.

¿Y lo que se dijo después, las diferentes posturas políticas respecto del atentado?
-Yo creo que hay posturas que son un cliché, pour la galerie, porque no pueden no decir nada. Me parecen actitudes que rayan cuestiones más relacionadas con jugadas políticas que con el sentimiento real de que algo cambie. Cuando un sector político se levanta de un recinto ante un repudio, como lo hizo el PRO en Cámara de Diputados, te da la pauta de que se trata de un mero posicionamiento político. No creo que ningún dirigente del PRO avale un atentado, pero sí dan un mensaje a la sociedad.

¿Qué mensaje?
-Riesgoso, riesgoso. No haber seguido la sesión por no querer escuchar los argumentos de otros, es por lo menos autoritario. Por lo menos. Es una visión política. Podés no estar de acuerdo y debatirlo. Es importante escuchar cuando podés debatir, cuando te dejan debatir algo.

¿Hay una conexión entre esa actitud, de pararse e irse, y pedir un gran acuerdo nacional, como plantea parte de la oposición, pero dejando afuera de la mesa al kirchnerismo?
-Me parece un error dejar afuera al kirchnerismo, uno de los sectores más preponderantes de la coalición del gobierno. Sí hay una necesidad de demonizar al kirchnerismo, eso es evidente. La postura de no querer escuchar sus argumentos, que los tiene, equivocados o no… Y la persecución mediática, política y judicial de los dirigentes políticos del kirchnerismo… Esto es consecuencia de años de exposición de dirigentes kirchneristas a los que han denostado. Desde decirle jugador de play a Máximo Kirchner hasta acusar a otros de ser los mayores delincuentes que existen en el país.

Como vecinos en el café
El edil del oficialismo enfatiza que “hay una forma de hacer política de la que soy contrario, y me reniego mucho cuando la veo en acción. Porque también la observamos en nuestra ciudad, no hace falta mirar los grandes medios de comunicación ni la política macro, alcanza con alguna sesión de nuestro Concejo”. A su criterio, “últimamente estamos viendo una radicalización muy importante de un sector de la oposición bolivarense; llevan a la mesa de discusión diversos temas a través de potenciales: la transparencia de los dirigentes oficialistas, del intendente o el senador Bucca… Utilizan potenciales: el habría, el podría”.

¿Como un vecino común en un bar, en lugar acudir a la Justicia, que es lo que debería hacer un funcionario público?
-Si observan que hay corrupción, yo siempre digo lo mismo: deben ir a la Justicia. Después, si es creíble o no la Justicia, es harina de otro costal. Pero ese es el camino institucional. Eso clarificaría mucho respecto de cuándo un dicho es pura especulación política. Nadie plantea directamente que hay corrupción, pero sí se lanzan interrogantes sobre dónde están los fondos de tal obra, por ejemplo. Y cuando lo planteás en una red social o en una aparición mediática, es porque tenés la convicción de que esos fondos están donde no corresponde. Y si es así, en honor a la verdad tenés que decir dónde se encuentran, y si creés que se trata de un hecho delictivo, ir a la Justicia.

El discurso del odio está en casa, digamos.
-La construcción del discurso del odio envenena a la sociedad. E insisto: en algunas sesiones del Concejo hay planteos basados en potenciales: habrían, estaría, en esa línea; dónde estarían los dineros, así.

¿Es cada vez peor?
-Yo siento que sí, yo siento que sí. Sin ir más lejos, lo que sucedió con la permuta por la planta potabilizadora: se dijo que lo que se había hecho no era transparente, y no sólo que lo era, sino que también legal, una herramienta que se puede utilizar porque está normada. Al mes se tuvo que hacer una licitación y se aprobó lo mismo que se había rechazado. Se hizo el mismo negocio jurídico que se había enviado originalmente, lo que demuestra que lo hecho por el intendente era lo correcto, dado que se había trabajado previamente en la búsqueda de un terreno y no había otro. Esto demuestra cabalmente que en ese discurso de la falta de transparencia queda siempre un hilo, y hay gente que cree en eso, personas a las que les genera sentimientos de odio. Una parte de la sociedad no la está pasando bien, entonces hay un hervidero donde entra en combustión el discurso del ‘son todos delincuentes’.

¿La construcción del discurso del odio es lo que llevó al intento de asesinato de Cristina, o por qué pasó?
-No estoy en condiciones de decirlo. Sí creo que las expresiones violentas de sectores mediáticos, políticos y las redes sociales, coadyuvan. Inoculan el odio en algunos sectores. Lo que no puede pasar es que metamos todo en la grieta, en la discusión: creer que esto está armado (en referencia a que haya sido orquestado por el propio kirchnerismo), es peligroso.

¿Vos creés que fue un desquiciado suelto?
-No, no, a eso lo tiene que determinar la Justicia.

Pero fue un lobo solitario o fue algo organizado.
-Lo debe investigar la Justicia, que lamentablemente se perdieron datos en el teléfono…

¿Vos no creés que haya sido algo armado?
-No, para nada, en absoluto. ¿Quién va a prestarse a semejante cosa? Sabiendo que va a quedar preso de por vida y condenado para siempre en lo social. No creo que haya alguien que se preste a eso. Ni tampoco que lo haya armado la vicepresidenta, ¿con qué necesidad?

Lo que te pregunté es si creías que el atentado podría haber sido organizado por algunos de los propios sectores que inoculan la animadversión al kirchnerismo.
-No, no sé, no, no estoy capacitado para responder eso. Yo no puedo plantear nada sin tener pruebas, porque de ese modo estaría haciendo lo que critico que se hace. Entonces yo confío en la Justicia.

¿Y se puede confiar en esta Justicia?
-Es la que tenemos. No queda otra. Con todas las cuestiones que generan suspicacias. Yo no voy a expresar, sin pruebas, que esto fue producto de un sector. Yo estoy viendo la causa, los pasos que se van dando, que son raros, sí, porque perder los datos de un teléfono… Hay peritos, un fiscal, una jueza, todo un esquema de investigación judicial que debe brindarnos respuestas a los argentinos. Luego entrará o no en la creencia del ciudadano. Lo que tenemos es una persona que gatilló a la luz de millones de argentinos en la cabeza de una vicepresidenta, una de las figuras más relevantes de nuestro país. Y eso sí no puede haber sido armado por un sector, el kirchnerismo, para obtener un rédito político, que es lo que se está escuchando mucho. Y que sea un desquiciado, hay claramente elementos para determinar su imputabilidad o no en términos de la psiquiatría. Después habrá que ver si actuó solo o inducido, si formó parte de un grupo. Se está investigando y hay que ser respetuosos, de otro modo estaremos cayendo en aquello que queremos erradicar.  

Chino Castro.

“Fue una plaza por la paz, y por la democracia”

El concejal Marcos Beorlegui participó, junto a decenas de miles de argentinos y argentinas, de la gran movilización en Plaza de Mayo el sábado pasado en repudio al intento de asesinato a Cristina y en apoyo de la figura de la vicepresidenta y máxima referente del peronismo y la coalición gobernante. Junto a él, estuvieron su par del bloque del oficialismo, Mónica Ochoa; el director municipal de Desarrollo Humano y Social, Alexis Pasos, y el ex director de Ambiente, Diego Junco.

“Había un clima de tristeza por lo ocurrido, pero se veía mucha familia. Una plaza repleta, yo he participado de algunas manifestaciones y la cantidad de gente y columnas que vi ahora, me llamó la atención. Pero sobre todo la cantidad de familias, de gente que se acercó con sus hijos, gente joven, que no venía plegada a ningún movimiento político partidario”, puso de relieve Beorlegui en un segmento de la entrevista exclusiva con este diario (ver nota principal).

“En el centro de la plaza, había personas que claramente no estaban identificadas con ningún partido político ni agrupación, mientras que las columnas -de La Cámpora, del Movimiento Evita y todas las demás- ocupaban las calles transversales. Había gente por todos lados, una cosa que yo no había visto; en una plaza que fue por la paz, y por la democracia”, completó el funcionario.

Las aguas bajan turbias

Algunos textuales con los que Beorlegui planta postura, en relación a un contexto nacional que estaría replicándose localmente:

Repudios ‘bajas calorías’: “No creo que ningún dirigente del PRO avale un atentado, pero dan un mensaje riesgoso a la sociedad. No seguir la sesión para no escuchar los argumentos del otro, es por lo menos autoritario”.

“Hay una evidente necesidad de demonizar al kirchnerismo”.

“Llevan (al Concejo) temas a discusión a través de potenciales: habría, podría”.

“Hay una forma de hacer política de la que soy contrario, y me reniego mucho cuando la veo en acción. No hace falta mirar los grandes medios ni la política macro, alcanza con alguna sesión de nuestro Concejo”. (…) La construcción del discurso del odio envenena a la sociedad. E insisto: en algunas sesiones hay planteos basados en potenciales”.

“En ese discurso de la falta de transparencia queda siempre un hilo, y hay gente a la que le genera sentimientos de odio. Una parte de la sociedad no la está pasando bien, entonces hay un hervidero donde entra en combustión el discurso del ‘son todos delincuentes’”.

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