En el marco de los cuarenta años del Banco Credicoop, que se cumplieron estos días, en la filial local de la entidad financiera y ante un muy buen marco de público que colmó el espacio disponible fue presentado el jueves el libro El dinero de los argentinos en manos argentinas (2018), de Daniel Plotinsky, docente universitario, presidente de Idelcoop y ligado al movimiento cooperativo nacional desde principios de los años setenta.
El propio Plotinsky brindó una charla sobre los orígenes del movimiento en el país, desde que a principios del siglo XX los piamonteses italianos, los alemanes del Volga y los judíos plantaron la semilla del cooperativismo, que germinaría y se transformaría hasta llegar a la forma que le conocemos hoy. Con la fluidez y el dinamismo que le dan una sólida formación y un recorrido de muchos años en las aulas, Plotinsky pasó revista a los primeros intentos de establecer un sistema de crédito solidario entre vecinos que quedaban fuera de los bancos tradicionales, es decir pequeños y medianos empresarios y asalariados. No exento de algunas pinceladas de color que enriquecieron su ponencia, el relato fue estructurado en una línea de tiempo con escala en los episodios fundamentales que cimentaron el desarrollo de aquella idea primaria que derivaría, como representación fundamental, en un banco de características sociales que compite de igual a igual y sin perder su rostro humano en el voraz sistema financiero. Ese origen aconteció hace unos cien años, en Villa Mitre, barrio porteño hoy absorbido por La Paternal.
Años después llegaría el tiempo de las denominadas Cajas de Crédito que desembocarían en el Banco Credicoop en el umbral de la década del ochenta. Aquí late un dato central, subrayado por Plotinsky: la dictadura de Onganía desarticuló al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y vació de contenido a las Cajas, pero una audaz solicitada firmada en dictadura de Videla por la sorprendente cantidad de unas cuarenta mil personas produjo que los milicos abrieran la posibilidad de un retomar el camino, de lo que surgió la chance de crear un banco de perfil social, que podría ocuparse de lo que demandaban los firmantes pero también de cualquiera de las funciones de los bancos tradicionales: “Pensaron que no íbamos a querer; que si queríamos, no íbamos a poder, y que si podíamos, no íbamos a durar. Los jorobamos”, fue lo que dijo en su hora un circunspecto Floreal Gorini (así lo describió el disertante), quizá el emblema máximo del cooperativismo argentino. El testimonio está contenido en el libro de Plotinsky, que reúne la palabra de históricos dirigentes del movimiento, y que fue publicado por Ediciones Idelcoop y diseñado e ilustrado por empresas cooperativas.
Lo local y lo solidario, el ocuparse de los sectores de los que se ‘olvida’ la banca tradicional, es un norte que se ha mantenido a pesar de los avatares políticos del país que llevaron al cooperativismo de crédito a transformarse para subsistir. “Adecuarse, no adaptarse”, subrayó el autor, en línea con lo que le remarcó un viejo dirigente del movimiento que participó de la experiencia primigenia en Villa Mitre.
Eficiencia y democracia también pueden marchar armoniosamente de la mano, explicó el escritor en otro segmento de charla, el Credicoop lo demuestra con un modelo de organización que tiende a la horizontalidad a partir de la participación activa de los asociados (se habla de asociados, no de clientes) sin perderse en los laberintos de la burocracia y la ineficacia. El mismo punto fue puesto sobre la mesa por la presentadora de la jornada, Daniela Roldán, presidenta de la comisión de Asociados del Banco Credicoop (las comisiones de Asociados constituyen otra característica singular de esta entidad financiera), una institución que en contraste con la foto general en 2001 se salvó de la furia de los ahorristas que iban a destruir los bancos en los comburentes días del corralito, precisamente por haber establecido con la población otro tipo de lazo, no meramente comercial.
El volumen ve la luz en un tiempo de tensión histórica (todos los son) en el que quienes producen el dinero argentino, es decir los trabajadores, no deciden qué hacer con él sino oscuros mercaderes al servicio del capital internacional, como ha ocurrido en otros períodos históricos que favorecen la especulación financiera y los meganegocios de unos pocos en sacrificio del bienestar general de los argentinos.
Estuvieron presentes durante la charla representantes de la municipalidad de Bolívar y del bloque de concejales del oficialismo, referentes de instituciones intermedias, de organizaciones no gubernamentales, público en general y por la filial local del Credicoop, el actual gerente Roberto Salinardi, trabajadores del equipo que encabeza, el ex gerente y actual funcionario zonal, Simón Abraham, y Elbio Sarnari, ex presidente y actual miembro de la comisión de Asociados junto a algunos compañeros y compañeras del grupo, entre otres.
ACERCA DEL LIBRO
Este libro, producto de un trabajo historiográfico minucioso, recorre una de las realizaciones más significativas de la economía social y solidaria de nuestro país: la evolución de las cajas de crédito y los bancos cooperativos y, muy especialmente, la del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
El texto desarrolla el proceso de su construcción en el marco de las diversas circunstancias históricas, destaca el ideario de sus promotores, las fortalezas y debilidades del movimiento en cada etapa, sus luchas y logros, el papel de lxs dirigentes y los datos estadísticos que reflejan la evolución cuantitativa del sector.
Este trabajo es un aporte para lxs estudiosos del tema, para lxs militantes cooperativistas y para la formación de las actuales y futuras generaciones de dirigentes, funcionarixs, empleadxs y asociadxs de estas empresas del campo popular.
(De la página Idelcoop).
Chino Castro
