Finalizó días atrás el seminario de dramaturgia y dirección que dictó Duilio Lanzoni, y del que egresaron luego de ocho meses de trabajo Julio Sarrat (es de Sierras Bayas), Dalmiro Zantleifer Ojeda, Carlos Alberto Teijón, Marco Lanzoni Larracoechea y Candela Vallone.
Los mencionados presentaron sus creaciones el fin de semana pasado en la sala El Taller, de Artecon. Cada uno llevó a escena lo elaborado por un compañero, con la interpretación de actores y actrices que pertenecen al staff de Artecon.
El propio Lanzoni se mostró satisfecho con el resultado de la propuesta, que llevó a cabo por primera vez. “Hacía rato que lo veníamos madurando, este año me decidí a hacerlo y creo que el proceso fue altamente positivo”, resumió en declaraciones a este medio.
“Cada cual dirigió la creación de otro, en la búsqueda de resignificar o reescribir el texto escrito, transformarlo en un texto espectacular. Para que esto no se viese “manchado” por el propio autor, hicimos estos cruces”, explicó Lanzoni, que considera que de acuerdo a la recepción de los espectadores y de los propios los seminaristas, “la experiencia fue positiva, porque partí de la premisa de que no hay nada que se genere por efecto derrame, sino que hay que horizontalizar el conocimiento que uno pueda tener, poco mucho, luego de treinta años de no sólo dirigir sino de permanente estudio, búsqueda e investigación”. La dinámica de labor no consistió en una “bajada de línea”, sino por el contrario, “en un compartir lo que uno ha adquirido e intercambiarlo y ponerlo a debate en forma permanente”, lo que a criterio del dramaturgo “enriqueció el proceso”.
El teatro como práctica escénica, definió uno de los fundadores y actual director de Artecon, “es teoría y praxis, pero es la praxis finalmente la que le da sustento o no a esa teoría que estuviste investigando. A veces partís de una premisa dogmática o semiológica, y te encontrás con que la realidad de la puesta en escena transmuta esa idea original en otra que tenés que pensar a partir de la dialéctica”. Lo que se pretendió transmitir es que la dirección “es justamente una experiencia dialéctica en donde estamos mediando entre un texto escrito, los actores, el texto espectacular y el público. Y compartir por un lado las experiencias adquiridas y por el otro los conocimientos incorporados, permitió que cada uno empiece a desarrollar su propio empirismo”, afirmó el autor y director de Crepúsculo de los bueyes, la más reciente obra de Artecon.
En cuanto a la dramaturgia, “introdujimos al grupo en las técnicas tan precisas que tiene la escritura dramática. Avanzamos en el estudio de tres obras, cada cual fue realizando los trabajos, que fueron varios, y de ese total seleccionamos algunos para llevarlos a escena”, dijo el formador.
Lanzoni está conforme, pero no sabe si habrá una segunda vez de su seminario de dramaturgia y dirección. “Mi intención no es generar una especie de corriente pedagógica. Habrá que ver si se dan las condiciones y si se producen en mí las ganas de poner en práctica otra vez este aserto investigativo de intercambio, de compartir. Alguna gente me hizo el planteo de realizarlo fuera de la ciudad, que es una eventualidad que podemos llegar a evaluar. No podría responder con un sí ni con un no, pero hoy por hoy estaría más cerca de un no”.
NUEVOS ESCRITORES
La mayoría de los que comenzaron el seminario que se dictó desde abril en la sala El Taller con el auspicio de La Bancaria seccional Pehuajó, plantearon que su interés estaba más en la dirección que en la dramaturgia, “porque no sentían que estuviesen en ellos la necesidad ni las ganas de escribir un texto dramático”. Sin embargo, “los que llegaron hasta el final sintieron que superaban esa barrera, al poder escribir sus primeros trabajos para ser llevados a escena”, destacó finalmente Duilio.
Chino Castro
